No me enteré de cuándo dieron vía libre para utilizar palabrotas en periódicos, radios y televisiones, en todos los formatos habidos y por haber, analógicos ... y digitales. Hasta hace dos días aquí mismo, si querías escribir «eso» porque el mensaje lo requería, tenías que poner «p__a»; por lo menos yo lo hacía (pensando en mi madre). Hace bien poco todavía consulté en nuestro Libro de Estilo si se podía decir «follar» y constaté que sí; por eso lo escribo con todas las letras, que si no, ni se me ocurre.
Pero todavía me asaltan las dudas cuando veo un cartelón en una bici publicitaria: «Qué influencers ni qué ostias, publicítate aquí». Y creo que he fruncido el ceño. No soy una ofendidita pero me ha llamado la atención, paralelamente, ver hoy un vídeo de Tamara Falcó publicitando la Cuaresma como «embajadora de la religión cristiana» y promocionando una aplicación digital de oración con el versículo de Juan 13:1. Estoy en un estado de asombro discontinuo, lo mismo viendo la histórica escena del Despacho Oval que a Locomotoro (un chiripitifláutico de la prehistoria de TVE) en tiktok con mensajes políticos de izquierdas. Pues se conserva bien, por lo que veo, el compañero del Capitán Tan y Valentina…
No se firmó el acuerdo de las tierras raras de Ucrania, un loco quiere montar un Gaza D'Or, el mundo se desmorona pero siempre habrá un malo inocentón que piensa que me va a pillar con el sms «mamá se me ha estropeado el móvil, llámame a este número».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión