«Al escuchar los casos de trombos te entra miedo pero creo que no tenemos alternativa»
llumbe continúa con las inoculaciones con AstraZeneca y la mayoría de los vacunados reconocen tener ciertas «dudas y preocupación», pero anteponen la «responsabilidad social» de vacunarse
Patricia Rodríguez
Viernes, 12 de marzo 2021, 16:14
Las dudas sobre la seguridad de la vacuna de Astrazeneca, tras las noticias de que varios países suspendían la campaña por lotes sospechosos de causar trombos entre personas inoculadas, no pasaron de largo ayer en la cola para vacunarse en Illunbe, don de los comentarios eran constantes. Todos los que esperaban su turno se hacían eco y compartían sus impresiones. La coincidencia era casi unánime: «Es mejor vacunarse, que no hacerlo», a sabiendas también de que entre los vacunados son bastante comunes reacciones leves como fiebre y dolor en el brazo del pinchazo. En el recinto, convertido en 'vacunódromo' ahora que se ha acelerado la campaña contra el Covid, se han habilitado tres zonas -cada una se corresponde con una puerta- donde están inoculando con AstraZeneca con normalidad.
Izaro, Profesora en Oiartzun
«Las consecuencias de no vacunarme son peores»
Antes de conocer las informaciones sobre los casos de trombos registrados en diferentes países, Izaro «no lo tenía muy claro y ahora, al escuchar las noticias me ha dado por pensármelo dos veces si vacunarme o no pero creo que no podemos decidir mucho, no está en nuestras manos y no tenemos alternativa», explicaba ayer en la cola de Illunbe antes de vacunarse con la solución de AstraZeneca, por eso prefiere hacer «oídos sordos», «confiar» y pensar en las cosas positivas que está consiguiendo la vacunación. «Sabemos de cosas negativas por lo que nos está llegando pero también de los beneficios que se están logrando gracias a ellas. Pienso que el Gobierno Vasco no nos va a meter algo malo que nos provoque esas consecuencias», afirma.
Sin embargo, en cuanto supo de los casos de embolias y muertes que se han notificado en países como Italia o Austria, trató de esclarecer sus dudas con gente experta de su entorno , ya que le generó cierta «preocupación» y la conclusión que saca en claro es que «en realidad, todas las vacunas pueden provocar efectos». Además cree que las consecuencias de no vacunarse «son peores, por contagiarme yo y contagiar al resto de personas. Sobre todo me vacuno por la seguridad del resto de la comunidad, aunque respeto a aquel que no quiera hacerlo, cada uno es libre de decidir y no tacho a nadie de egoísta o irresponsable».
Amaia Rezola, Profesora en Villabona
«Quizá se haya corrido demasiado con esta vacuna»
«Es lo que toca», resume Amaia Rezola, profesora de tecnología en un centro escolar de Villabona. Las noticias llegadas desde Dinamarca le han creado «más dudas» sobre la seguridad de la solución de Oxford cuando antes de toda esta ola de incertidumbre generada «estaba muy segura de su eficacia. Pero ahora…», vacila, al tiempo que alude a la carrera frenética por la vacuna contra el coronavirus. «Quizá se haya corrido demasiado con esta vacuna o no se han realizado las pruebas suficientes, no lo sé, somos como conejillos de indias», asume esta docente de 40 años, que una vez reciba el pinchazo acudirá a su puesto de trabajo «manteniendo exactamente las mismas medidas sanitarias y teniendo el mismo cuidado, llevando siempre la mascarilla e intentando mantener las distancias de seguridad, aunque el taller donde damos la clase es muy pequeño y apenas hay distancias». Por eso, hasta que no se vacune a toda la población y se consiga la inmunidad seguirá actuando «igual que ahora», por ella y por las personas de riesgo de su alrededor, con su amona, de 97 años.
Sobre los posibles efectos secundarios, conoce a unos cuantos de sus compañeros que ya les han vacunado y han tenido «fiebre o malestar, pero solo durante un día», explica, asumiendo que a ella posiblemente le 'toque' guardar cama unas horas.
Jon Erauskin, Profesor en San Pedro
«No dudo para nada de su seguridad, no tengo miedo»
«Al que le da, le da. El porcentaje de trombos es igual sin vacunas y no dudo para nada de su seguridad». Así de tajante se muestra Jon Erauskin, de 46 años, y profesor de Primaria en un centro de Pasajes San Pedro, que acudió decidido ayer por la mañana a Illumbe para recibir la vacuna.
Al igual que muchos de los que esperaban en la cola, conoce de compañeros de trabajo a los que se les ha administrado la dosis de AstraZeneca y han tenido efectos secundarios. «A la primera que vacunaron ayer le fue muy bien pero el resto han pasado la noche rara o con décimas de fiebre, malestar o dolor en el brazo», explica sin darle mayor importancia. Una vez vacunado, acudirá a clase «igual de seguro que antes, porque es un centro muy pequeño con muy pocos niños».
Aritz González, Profesor en Oiartzun
«La incertidumbre está ahí aunque quiero vacunarme»
El director y profesor del centro Haurtzaro Ikastola de Oiartzun afirma que «la incertidumbre siempre está ahí, pero es algo más natural que todo esto». Se refiere a la oleada de desconfianza y las sombras sobre esta vacuna, que ya han retirado al menos una decena de países y espera ahora la respuesta de la
la Agencia Europea del Medicamento. «Desde pequeños nos han puesto un montón de vacunas, me acuerdo que con una cogí una fiebre terrible y lo pasé mal. También la antitetánica me dejó hecho polvo, pero es normal, como los síntomas que se están dando con AstraZeneca», afirma. El miércoles les empezaron a citar en esta ikastola y «ha habido que organizarse para no venir todos los profesores a la vez porque la mayoría ha tenido fiebre y mal cuerpo después de recibir la vacuna, y durante 24 horas», señala aunque cree que «los efectos secundarios no irán más allá».
Por todo ello, este docente esperaba ayer en fila india con «ganas» de vacunarse para «poder volver a la normalidad», aunque presume que tardará en llegar. «Al menos creo que algunas costumbres, como llevar la mascarilla, se van a quedar para siempre. Yo por ejemplo, en cuanto empiece con catarro me la pondré aunque ya no sea obligatoria», asegura.
Amaia Iribar, Profesora en Orio
«Te entra un poco de miedo, pero quiero confiar»
Amaia Iribar señala que tampoco ha tenido mucho tiempo para reflexionar sobre si vacunarse o no después de conocer las noticias sobre las embolias que sufrieron algunos pacientes. «Tenía interés por saber si podía decidir sobre ello o decir que no pero no supe como hacerlo, ni donde preguntar en Osakidetza. Parece que hay como una carrera por vacunarse, te metes en la rueda y no paras», explica Amaia Iribar, que demanda en ese sentido más información porque reconoce que «te entra un poco de miedo, aunque aquí estamos. Quiero confiar».
Jon Gurrutxaga, Profesor en Zarautz
«Si los sanitarios han sido los primeros en vacunarse...»
Jon Gurrutxaga expone que «si los sanitarios han sido los primeros en vacunarse será por algo y al final es en quienes confiamos. Además hay un sector muy importante investigando y gracias a ellos estamos aquí y se está avanzando» en la batalla contra el coronavirus. «Quiero ser optimista y hay que confiar, aunque sabemos que existe una mínima posibilidad de sufrir estos posibles efectos secundarios», dice.
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