Embalses «por encima» de la media en Gipuzkoa

El Añarbe, por ejemplo, la presa más grande de Gipuzkoa y que abastece de agua a Donostia y varios municipios colindantes, ha tenido que desembalsar en las últimas semanas una cuarta parte del pantano para hacer frente a la época «más lluviosa» del año. Concretamente, desde el 21 de noviembre hasta el pasado lunes día 11 se han vertido al río Urumea aproximadamente 9,3 millones de metros cúbicos, lo que equivale a más de un tercio del consumo anual de los diez municipios que conforman la mancomunidad, alrededor de 106.000 vecinos. De ahí que destaquen la «ausencia de problema alguno para el abastecimiento» del territorio.

Precisamente noviembre ha sido el mes del año más lluvioso en el territorio, donde se ha recogido un 37% más de agua que hace doce meses. En la presa se han llegado a acumular 355 litros por metro cuadrado, cuando el promedio a estas alturas suele ser de 259.

Así las cosas, y tras 'dejar escapar el agua' durante algo más de dos semanas de manera casi ininterrumpida, el embalse se encuentra en estos momentos al 88% de su capacidad, atesorando 33 metros cúbicos. «Respecto a la media estamos ligeramente por debajo, pero no porque haya llovido menos, sino porque evitamos que el embalse supere ciertos niveles de llenado haciendo desembalses preventivos siempre y cuando el Urumea nos deje», aseguran desde Aguas del Añarbe, donde tras las lluvias recogidas durante las últimas jornadas, el llenado del embalse se ha incrementado en casi un 5% en apenas dos días. «Estamos muy lejos de tener los problemas que se están viendo en estos momentos en otras comunidades autónomas», afirman.

Desde URA destacan la «situación de normalidad» que atraviesa Gipuzkoa, recordando que los embalses tanto del territorio como del conjunto de Euskadi son «muy elásticos» en el sentido de que «las precipitaciones tornan pronto en incrementos significativos en los porcentajes de llenado». Asimismo, los meses venideros «son aquellos del año con la mayor probabilidad de que concurran lluvias significativas» que ayuden también a hacer un buen acopio de agua.

Así las cosas, todos los embalses presentan un mejor aspecto que en 2022, que fue uno de los ejercicios más cálidos en el territorio. El de Aixola está prácticamente al 100% de su capacidad, mientras que los de Barrendiola y Arriaran, que abastecen a una población de 26.015 y 36.398 personas respectivamente, superan el 100% del llenado, prácticamente duplicando los datos del pasado año a estas alturas. Ibai -Eder, que nutre a casi 70.000 vecinos, está al 93%, mientras que Lareo e Ibiur rozan el 80%. El embalse de Urkulu es el que menos agua acumula de todo el territorio, con el 66% de capacidad, si bien supera en cinco puntos lo acumulado a estas alturas del pasado ejercicio.