«Ekaitz era un deportista nato al que le gustaba mucho competir»

Distintos clubes de herri kirolak, tanto de Bizkaia como de Gipuzkoa, han mostrado sus condolencias por el fallecimiento del markinarra.

Aunque una lesión en la espalda le había obligado a retirarse de las competiciones de esa disciplina deportiva hacía casi un año, Ekaitz mantenía con ellos una estrecha vinculación. «Estuvo unos cinco o seis temporadas en marcha», señaló uno de sus mentores. «Lo vi entrar en el club y ahora lo veo irse. Es terrible», lamentó. «Era alegre, vital, pero en el momento de la prueba, las bromas sobraban, lo daba todo, sacaba su genio y competía al máximo, con todo su esfuerzo», añadió en referencia al markinarra.

«Controlaba mucho la cuerda y de ahí que siempre se colocaba al principio, en primer o segundo lugar», indicaron desde la entidad deportiva. «Era normal que viniese a los entrenamientos y de hecho compartíamos experiencias también de otras disciplinas como las marchas de montaña, que le gustaban mucho», recalcaron sus amigos, muy afectados por el fatal suceso. «Es difícil de creer», reiteraron.

El menor de los dos hijos de una conocida familia de Markina -su hermano dirigió durante años la banda municipal de música- trabajaba en una fundición de Etxebarria y acababa de comprar un piso con su novia. «Era buena persona, muy 'jatorra', deportista, dinámico e implicado en la localidad», detallaron personas cercanas.

De hecho, numerosos vecinos tuvieron ocasión de coincidir con él en las labores de rastreo que se activaron hace apenas quince días para localizar al octogenario que permaneció desaparecido durante tres días en la localidad. «Contaba con jornadas libres y no dudó en sumarse como voluntario para ayudar. Tenía una gran calidad humana», recalcaron.