El nadador donostiarra Eduardo Blasco reside y entrena actualmente en Fuerteventura. E.B.

Rescate marítimo: de la teoría a la práctica

El donostiarra Eduardo Blasco, actual campeón de España de Salvamento y Socorrismo, está en contacto con diversas ONG para involucrarse como voluntario en los rescates humanitarios

Ana Vega

San Sebastián

Lunes, 31 de enero 2022, 08:04

Eduardo Blasco (San Sebastián, 12 de agosto de 1994), es de familia donostiarra y visita estas tierras siempre que puede pero, por circunstancias de la ... vida, toda su carrera deportiva ha transcurrido lejos de su lugar de nacimiento. Cuando era pequeño sus padres se trasladaron a Canarias y allí se forjó como nadador. Ha competido hasta en siete disciplinas distintas pero donde más ha destacado ha sido en natación, natación con aletas y salvamento y socorrismo, siendo esta última modalidad donde mayores éxitos ha cosechado. Su nombre puede no ser muy conocido por el público en general pero tiene un curriculum deportivo que deja boquiabierto. Se ha proclamado treinta y ocho veces Campeón de España Absoluto en distintas modalidades, cuenta con 57 medallas logradas en Campeonatos de España Absolutos y ha batido 35 récords de España, el último, recientemente en la prueba de arrastre en los estatales de Salvamento y Socorrismo.

Publicidad

Estos días se encuentra en Fuerteventura, donde entrena y reside, preparándose para el próximo Mundial de Salvamento y Socorrismo que se celebrará en septiembre en Italia. Pero de reojo mira al futuro.

Eduardo se ha puesto en contacto con varias ONG para poder aportar su granito de arena en las tareas de salvamento. «Siempre me ha tirado mucho el salvamento marítimo. Tengo hecha la formación de rescate y creo que puedo ayudar en este entorno. He hablado con varias ONG pero con quien más contacto he establecido ha sido con el Aita Mari. Me tira mucho porque es muy nuestro y su proyecto es transparente». El donostiarra cuenta que tras varias conversaciones con el capitán de la embarcación, la tripulación cuenta con él para poder embarcarse junto a ellos en próximas operaciones. «Soy consciente de que nadar rápido y arrastrar un muñeco no tiene nada que ver con salvar vidas. Yo tengo mi formación en rescate marítimo pero luego está el momento de la verdad». El capitán del Aita Mari, Óscar Fernández, asegura que cuenta con él para próximas misiones. «Edu, aunque ya sabe que en rescate humanitario lo de menos es nadar, cumple con el perfil que buscamos en un voluntario acuático». Ambas partes han acordado aplazar la participación de Eduardo Blasco en las misiones del Aita Mari hasta que pase el Mundial de Salvamento y Socorrismo. «Eduardo tiene ahora sus compromisos deportivos y como nosotros solemos tener más de una salida al año confiamos en poder contar con él a partir de verano».

Mientras tanto el donostiarra tiene otros frentes abiertos y no sólo deportivos. «Me gustaría volver a Euskadi, opositar y poder entrar en la Marítima para seguir cerca del agua que es mi entorno y continuar haciendo deporte. También tengo la intención de ampliar mis estudios de Derecho pero aplicado al deporte y así poder intentar cambiar las cosas que creo que se pueden mejorar».

Publicidad

Frustración deportiva

Este donostiarra es muy crítico con el sistema educativo, que ve totalmente incompatible con el deporte de alto rendimiento. «No debemos hacer elegir a los jóvenes, es importante que se formen y que esto sea compaginable con una carrera deportiva. Solo así podremos contar con un sistema deportivo robusto, evitando la frustración deportiva o tener deportistas sólo en disciplinas que ofrecen grandes réditos económicos y además, poco formados».

Eduardo Blasco es un firme defensor de que todos los cuerpos y fuerzas de seguridad, sean de la clase que sean, abran la puerta a los deportistas que quieran ligar su futuro a los citados cuerpos. Se trata de un modelo tradicionalmente instaurado en países vecinos como Italia, Francia o Alemania que «nos están pasando por encima en cuestiones deportivas y, sobre todo, en resultados».

Publicidad

No le convence que se achaque la falta de ayudas al hecho de dedicarse a un deporte minoritario o como a él le gusta llamarlo, 'no mediático'. «No creo que nadie piense que la Halterofilia, el Bádminton o el Remo son deportes de masas y sin embargo conocemos a sus referentes en España».

A pesar de tener la categoría de Deportista de Alto Nivel otorgada por el Consejo Superior de Deportes, no lo ha tenido nada fácil para llegar a donde ha llegado. Ha recorrido las península y las islas y ha ido allá donde más le ayudaban para poder seguir practicando deporte. Ha residido y entrenado en Canarias, Euskadi, Alicante, Castilla León, Cantabria... «Ha sido agotador, he ido donde me han ayudado y sobre todo en pandemia, he estado allá donde permitían seguir entrenando». Pero, lejos de quejarse, se siente agradecido por cómo le han ido las cosas. «Tengo la enorme suerte de tener mucho apoyo institucional y también privado. Gracias a esto me he podido dedicar enteramente al deporte y los resultados han posibilitado la perpetuación de dicha situación. soy un privilegiado y por ello creo que tengo una responsabilidad con mis compañeros».

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete los 2 primeros meses gratis

Publicidad