Diego Leonet
El responsable del recién fundado Colegio de Criminología de Euskadi lamenta la «falta de reconocimiento» de la profesión
Todos los hemos visto en series como CSI. Con sus pizarras llenas de anotaciones y resolviendo crímenes escabrosos. Pero los criminólogos no están sólo en ... las películas. En Euskadi hay alrededor de 700 personas con el título de criminología y, aunque sea un oficio desconocido para muchos, está presente en la oferta universitaria desde 2010. Además, el pasado mes de mayo el colectivo consiguió un hito que llevaban persiguiendo más de diez años. Fundaron el Colegio Oficial de Criminología de Euskadi tras un largo proceso de peticiones y trámites. Diego Leonet, pasaitarra de 60 años, es uno de los responsables del colegio, y cuenta cómo ha sido este arduo proceso.
«Todo comenzó en 2015. Para fundar el colegio, primero hay que tener una asociación formada por profesionales, alumnos y profesores, así que la creamos en noviembre de ese año. En 2018 presentamos al Gobierno Vasco la documentación para fundar el colegio». Pero las cosas se torcieron nada más iniciar los trámites. «Tuvimos algunos problemas y en 2023, cinco años más tarde, tuvimos que volver a presentar toda la documentación. Esta vez el proceso ha sido mucho más ágil y hemos conseguido finalizarlo en menos de dos años».
Así, el 8 de mayo de este año se funda el Colegio Oficial de Criminología de Euskadi. «Es una profesión muy desconocida no solo para la sociedad sino para la propia administración. Ahora vamos a tener una entidad con una legitimidad mucho mayor de la que puede tener una asociación, porque ya somos una entidad aprobada por la ley a la hora de reclamar nuestro puesto en la sociedad», indica Leonet. «Tenemos esa capacidad de poner en valor la figura de los criminólogos y de explicar a la sociedad quiénes somos y qué podemos aportar, pero también a las administraciones porque somos los grandes desconocidos».
El pasaitarra hace especial énfasis en la situación laboral que viven los criminólogos. «El problema es que te dicen que las salidas laborales son trabajar en Justicia como asesor de jueces, en centros de menores, centros penitenciarios, policía y demás oficios, pero todo eso es mentira. La criminología no está recogida en la relación de puestos de trabajo de la Administración. No existe esa reglamentación, así que no te pueden contratar como criminólogo. Entonces, tienes que irte al ámbito privado o bien ponerte a trabajar por tu cuenta».
Critican que la criminología «no esté recogida en la relación de puestos dela Administración»
A la hora de opositar, la carrera de criminología tampoco ofrece ventajas. «Si haces una oposición para policía, no tienes más puntos por haber hecho criminología ni te dan preferencia para entrar a la policía judicial. Puntúan otras carreras pero la criminología no. Sólo pedimos que puntúe porque es la ciencia que estudia el delito, queremos presentarnos en igualdad de condiciones».
La administración pública no puede contratar criminólogos porque «no existe ese puesto». Por lo tanto, tienen que buscar otras opciones. «Hay personas que trabajan en el ámbito escolar, en proyectos de prevención del bullying. Otros en credibilidad del testimonio, es decir, analizar si una persona está diciendo la verdad en su declaración. También los hay que ofrecen sus servicios en el apoyo emocional a cuerpos y fuerzas de seguridad. Somos una ciencia multidisciplinar, hemos estudiado derecho, psicología, sociología, antropología, medicina…».
También existe la oportunidad de elaborar informes periciales. «Son despachos criminológicos que suelen ser contratados por abogados. En estos casos, el criminólogo se dedica a recoger todos los informes y redactar un único parte. De esta forma se destacan los apartados importantes y se le facilita el trabajo a los jueces porque no es operativo trabajar con informes de 700 páginas cuando tienes muchos expedientes».
Puntos negros en ciudades
Leonet propone una salida «necesaria para muchos ayuntamientos» en los que la figura del criminólogo podría ser clave. «Nos llenamos la boca de hablar de los puntos negros de las ciudades pero sólo los identificamos. La criminología ambiental trabajaría en la reordenación de los espacios urbanos para la prevención de los delitos», explica. «Ésta sería una de nuestras posibles funciones dentro de un ayuntamiento, trabajar coordinados con el departamento de urbanismo y con la guardia municipal para identificar los problemas en el bienestar de una ciudad y atajarlos desde el punto de vista criminológico. Realizar un estudio del entorno de un criminal, su modus operandi…».
Desde el Colegio Oficial de Criminología de Euskadi quieren dejar claro que solo quieren colaborar. «En muchos sitios se ven amenazados y creen que vamos a quitarles el puesto de trabajo. No es así, un criminólogo no va a sustituir a un psicólogo o un trabajador social, va a colaborar con todos ellos. Quizá algunas personas están haciendo una función que les sobrepasa y necesitan ayuda. No venimos a pelear, venimos a trabajar y a colaborar».
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