La marquesina de la estación del Norte se restaurará en Asturias y se recolocará en 2024

La cubierta metálica que desde 1881 ha dado la bienvenida a los viajeros en la estación del Norte fue desmontada entre febrero y marzo -un mes antes del derribo de la antigua terminal- y sus piezas han estado desde entonces amontonadas en un lateral de las vías de entrada a la estación desde Irun, junto a los edificios impares del paseo de Francia. Ayer al mediodía varios operarios, ayudados por una grúa de grandes dimensiones, empezaron a colocar las cerchas en camiones especiales que partieron a medianoche rumbo a Asturias.

Según explican a este periódico fuentes de Euskal Trenbide Sarea (ETS), el organismo público dependiente del Gobierno Vasco que se encarga de las obras de la nueva estación de Donostia, las piezas que componen la estructura serán restauradas en la empresa Lualva, en Carreño, ya que en Euskadi «no hay talleres tan específicos» para este tipo de procesos. Tras la restauración, la marquesina hará el viaje de vuelta hasta Donostia «para finales de este año» y se espera que pueda ser instalada de nuevo «en la primavera de 2024». Se colocará en su lugar original antes de que finalicen las obras de la nueva estación del Norte o Atotxa, que estará concluida en 2025 y dará servicio a Cercanías, Media Distancia y al Tren de Alta Velocidad (TAV) cuando esté operativo -como pronto, en 2027-.

La veintena de grandes cerchas que forman la marquesina empezaron a ser cargadas en camiones ayer al mediodía y la previsión es que esta semana toda la estructura descanse ya en los talleres de la empresa Lualva. El traslado de las piezas hará necesario el uso de cinco transportes especiales para mover 21 cerchas, cada una de las cuales mide 21 metros de largo y llegan a alcanzar los 4,5 metros de ancho.

El proceso previsto para restaurar la vieja estructura, que está protegida en el Plan Especial del Patrimonio Urbanístico Construido (Peppuc) del Ayuntamiento, consiste en aplicarle un tratamiento de granallado para retirar toda las capas de óxidos y residuos adheridos al hierro original, según explican desde ETS. El granallado es similar al chorro de arena, aunque lo que lanza son partículas abrasivas a gran velocidad.

Todo este proceso lo llevará a cabo la empresa asturiana Lualva, especializada en la fabricación de estructuras metálicas y equipos de calderería. Esta firma no solo restaurará algunas piezas, sino que también retirará las cerchas deterioradas que no sean originales (la marquesina ya ha vivido otras restauraciones en sus 142 años de historia) y fabricará otras nuevas con el fin de que la estructura del siglo XIX mantenga su fortaleza estructural cuando sea colocada de nuevo en la futura estación del TAV. La marquesina de menor tamaño que cubría la entrada de la estación desde el paseo de Francia también se enviará a Asturias para ser restaurada, con la idea de que dé la bienvenida a los viajeros en la futura terminal.

La estación del Norte de San Sebastián fue inaugurada en 1864. Obra del ingeniero Alexandre Casimir Letourneur, recibió su primer tren el 15 de agosto de hace 159 años. Por su parte, la estructura metálica que cubría las vías se instaló 17 años después, en 1881. Al tratarse de un edificio protegido con grado C en el Peppuc, cuando finalicen las obras de la futura estación que albergará el TAV, el edificio de la estación del Norte deberá ser reconstruido con su estética anterior, aunque se le añadirá un levante de dos pisos que doblará su volumen original. Sin embargo, la gran marquesina que cubría las vías mantendrá su estética histórica tras ser restaurada.

La cubierta tiene un peso total de 288 toneladas y una anchura de 20 metros por 77 de longitud. Se sujeta sobre columnas de fundición de 10,5 metros.