Cuatro localidades serán los nuevos laboratorios

El proyecto Deba y el proyecto Gipuzkoa Alzhéimer, con quinientos voluntarios, han sido la tarjeta de visita para que Cita Alzhéimer haya conseguido incorporarse a la élite del instituto Karolinska, pero también para poder participar en diferentes proyectos europeos y americanos. Se implicó a debarras y beasaindarras y ahora se quiere involucrar también a otras cuatro localidades, San Sebastián, Irun, Eibar y Tolosa. Se han celebrado ya las primeras charlas informativas que es posible que se extiendan también a Ordizia.

Desde Cita se explica que tras una campaña pública se programaron las diferentes charlas dirigidas a personas de más de 50 años. Solo en Donostia reunieron a más de 300 personas en el Museo de la Ciencia. «Se trata de dos proyectos diferentes en el que también hemos sido elegidos para participar. Ahora necesitamos reclutar voluntarios para el primero, que exige contar con una cohorte de 6.000 personas en Europa». Las ciudades implicadas son Toulouse, Barcelona, Amsterdam y Edimburgo, además de Gipuzkoa. «Los 6.000 estarán parametrizados y todo deberá estar organizado para que en 2019 y 2020 puedan comenzar a recibir fármacos».

Es como ese PGA que implica a 500 ciudadanos guipuzcoanos que cada año se someten a pruebas vinculadas con la enfermedad sin padecerla y que, además, son muy fieles a la iniciativa. Solo que en este caso, los europeos quieren llegar a 6.000 voluntarios y, además, administrar medicamentos.

«Con los nuestros seguimos trabajando, aunque hay que reconocer que somos mucho más lentos que hace unos años, porque se nos acumula el trabajo», reconocen los responsables de estos proyectos.

El segundo tiene que ver con Estados Unidos y con la empresa farmacéutica Novartis, que trabaja de forma conjunta con una fundación.

Aquí se estudia y analiza a personas en lo que se denomina fase preclínica, es decir, no tienen síntomas, pero podrían desarrollarla. Deben pasar el screaming para saber si entran dentro del colectivo para poder administrarles fármacos y comprobar si tienen un efecto real.

La razón de que se hagan los estudios en fase preclínica es que se calcula que los primeros síntomas, muy leves, se inician veinte años antes de que la enfermedad se desarrolle plenamente. Una vez más y a falta de curación, se trata de prevenir las diferentes demencias que desarrolla la población.

«Participar en todos estos proyectos nos anima a seguir en este camino, pero sobre todo nos permite estar en el panorama internacional, decir en determinados foros que eso que proponen nosotros ya lo hemos hecho. En este sentido hay que insistir en la importancia que tuvo el proyecto Deba y los estudios con los 500 voluntarios para poder entrar en estos proyectos».

La juventud de los investigadores que trabajan en el centro también es destacada por Pablo Martínez Lage, director de Cita.