El acusado, de espaldas, durante la primera sesión del juicio. a.s.j.

El crimen de Elgoibar, entre el asesinato y el homicidio

Las acusaciones defienden que el acusado actuó con alevosía, mientras que la defensa se opone a esa tesis

Aiende S. Jiménez

San Sebastián

Viernes, 28 de mayo 2021, 17:12

El juicio por la muerte de Pablo Acuña se debatirá entre dos tesis: el asesinato o el homicidio. Así lo han expuesto las partes durante ... sus alegaciones previas, en las que han presentado al jurado cuál será la versión que tratarán de acreditar durante las sesiones del juicio. El crimen se cometió el 11 de mayo de 2019 en Elgoibar, cuando tras una discusión en un bar entre la víctima y el acusado, este le atacó y le asestó dos cuchilladas, una de ellas mortal, y también hirió a la pareja de Pablo, a la que acuchilló tres veces.

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Las acusaciones ya habían adelantado en sus escritos de acusación que defenderán que el acusado E.M. cometió un delito de asesinato, pero la defensa, en esas calificaciones preliminares, solicitaba la libre absolución. Sin embargo, en su turno de palabra, el letrado de la defensa declaró que su cliente «es culpable», pero de un delito «de homicidio».

Tras la constitución del jurado popular, formado por 9 hombres que conforman el tribunal titular y 2 mujeres que son suplentes, el magistrado presidente de la sala, Jorge Juan Hoyos, les tomó juramento y el juicio comenzó con la lectura de los escritos provisionales de las partes. Tras ello, ha sido el momento de las alegaciones.

El Fiscal ha sido el primero en hacer referencia a la diferencia entre el asesinato y el homicidio. «En este caso, es que hay alevosía, que el acusado se aseguró el resultado -la muerte de Pablo Acuña- sin que hubiera riesgo para él». Respecto a la posibilidad de aplicar atenuantes que rebajen la pena de prisión que pide para el acusado, ha comunicado que este depositó ayer 5.000 euros en el juzgado, por lo que valorará la posibilidad de aplicar la atenuante de reparación del daño. El Fiscal solicita 20 años por asesinato y 4 por lesiones agravadas por el ataque a Jaqueline, la pareja de Pablo, que resultó herida.

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Por su parte, la acusación que ejercen dos hermanas de la víctima, solicita la misma pena de 24 años que la Fiscalía. A su juicio el acusado actuó con alevosía, ya que la muerte se produjo «mucho tiempo más tarde que el incidente en el bar». Asimismo indica que Pablo Acuña «no tuvo ninguna opción de salir de esa agresión por la espalda» y asegura que el encausado «ha tenido formación militar en el manejo de armas». Sobre la atenuante de reparación del daño planteada, señala que los 5.000 euros depositados no son «una reparación no es sustancial y no debe tenerse en cuenta».

En el caso también actúa como acusación Jaqueline, la mujer a la que el acusado hirió de arma blanca ese día, que defiende que lo suyo fue un asesinato en grado de tentativa, y no unas lesiones como defienden el resto de partes, por el que pide 10 años de prisión. Su letrado defiende que está viva «gracias a la cazadora que llevaba y a que pudo meterse en el portal». «El primer ataque se dirigió contra ella, fue un ataque muy violento, de tres puñaladas seguidas, dirigidas al corazón», afirma. Respecto a la alevosía, señala que «no fue un acto de explosión en un momento de discusión. Hubo una discusión previa horas antes, lo preparó y les siguió y les atacó de forma sorpresiva».

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El abogado de la defensa ha iniciado su alegato recordando que en un principio solicitaba la libre absolución, pero señalando al jurado que iba a «facilitarles el trabajo». «Mi cliente es culpable, pero no de los delitos de los que se le está acusado». Por ello defenderá la tesis del homicidio, al entender que no hubo alevosía, que se trató de «un encuentro casual, desafortunado, y que fruto de una pelea, se produjo desgraciadamente», y afirma que el acusado «se arrepiente» de lo que hizo.

El juicio continuará el lunes, con la declaración del encausado, y también de varios testigos, entre ellos Jaqueline, testigo principal porque estaba en el lugar de los hechos y porque también resultó herida.

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Pelea en un bar

Aquel 11 de mayo de 2019, hubo una trifulca en el bar Lagunak de Elgoibar, cuando Pablo se enfadó porque el acusado había estado bailando con su pareja. Ambos tuvieron un enfrentamiento que no llegó a mayores. Sin embargo, cuando Pablo y su novia, Jaqueline, regresaban a su casa de madrugada, el acusado les siguió armado con un cuchillo de «11,3 centímetros de hoja», tal y como recoge el escrito de acusación de la Fiscalía de Gipuzkoa.

Cuando llegaron al portal de la casa de la mujer, «el encausado se abalanzó» sobre ella «por la espalda dándole tres cuchilladas», dos en la espalda y una en el hombro. Jaqueline «logró refugiarse en el interior del portal», pero Pablo salió corriendo y el encausado «corrió tras él».

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«Una vez lo hubo alcanzado», prosigue el fiscal, «el encausado le asestó dos cuchilladas, la primera por la espalda, y tras girarse la víctima, ya de frente, una segunda en la región clavicular, seccionándole la arteria aorta, de manera que falleció por shock hipovolémico –pérdida masiva de sangre– breves instantes después«. El acusado huyó del lugar, dejando moribundo a Pablo en el suelo, y se camufló entre la multitud que participaba en la Vuelta a Elgoibar, una marcha popular que daba comienzo justo en ese momento. Sin embargo, los asistentes alertaron a la Ertzaintza de su presencia, ya que iba sin camiseta, en vaqueros y en evidente estado de embriaguez. Pese a todo, realizó 11 kilómetros de caminata, hasta que fue detenido.

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