El Covid y la guerra de Ucrania incrementan la demanda de búsqueda de orígenes
La pandemia y la guerra de Ucrania han incrementado la demanda de búsqueda de orígenes. La crisis sanitaria «ha interpelado mucho al sentimiento del ... ser. Ha atacado a esa parte más existencial». De ahí que decenas de personas adoptadas que no conocen a su familia biológica hayan acudido al servicio Lotune, el programa de gestión de apoyo a la adopción de la Diputación de Gipuzkoa, para «conocer que estaban bien. Que no habían muerto por Covid», explica la coordinadora del servicio, Conchi Alicostes. Lo mismo ha sucedido con las personas ucranianas y rusas que residen en el territorio tras haber sido adoptadas por familias guipuzcoanas. «No es que quieran encontrar a sus familiares, lo que quieren es cerciorarse de que están bien».
Sea como fuere, entre quienes sí quieren ir hasta el final y conocer a su familia biológica la mayoría buscan a su madre. «Suelen ser procesos muy complicados y traumáticos para ambas partes», por eso, desde el departamento de Políticas Sociales ofrecen apoyo tanto a las personas adoptadas como a la familia biológica.
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A pesar de que una media de veinte personas adoptadas solicitan el expediente al año, «no todas terminan el proceso. Algunas lo dejan y lo retoman más adelante, cuando están preparados. El proceso no suele ser muy rítmico». Al igual que los resultados. No todos quieren conocer a su familia de origen, pero sí sus orígenes, su historia. «La búsqueda de orígenes es una necesidad esencial de las personas que está reconocida y los adoptados tienen un agujero que necesitan llenar». En estos procesos, «el vacío es lo que peor se vive. O que la otra persona no quiera contactar. Detrás de cada adopción siempre hay un motivo y conocerlo te reconcilia».
La mayoría de adoptados buscan a su madre. El vacío o que la otra parte no quiera contactar es lo que peor se vive
El último año en Gipuzkoa tuvieron lugar tres adopciones nacionales, frente a una internacional, según datos de la propia Diputación. Desde 2001, un total de 113 niños y niñas fueron adoptados en el territorio, dentro del programa de adopciones nacionales, lo que supone una media de cinco al año. Destaca el año 2010, con catorce adopciones, y 2016 y 2019, con diez en cada uno.
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