El virus arruina las fiestas del verano

Sin duda, supone un mal augurio para las fiestas patronales de la mayoría de las localidades vascas que aún se mantienen en pie, y sobre las que ya se cernía la sombra de una cancelación que resulta inevitable. Al menos, en su formato tradicional.

De este modo, Irun confirmó ayer que no celebrará tampoco el Alarde tradicional de San Marcial, igual que se suspendió el mixto, aunque sí confía en poder organizar el voto en la ermita. El tradicional desfile de escopetas del 30 de junio, llegaba inmediatamente después de las distintas celebraciones de San Juan y San Pedro, que asimismo es más que probable que caigan del calendario festivo. Entre otras, también asoman al precipicio abierto por el coronavirus los Sanfermines de Pasai Antxo, las Madalenas de Errenteria y los Saninaziyuek de Azpeitia en julio, más fiestas de agosto como las de San Esteban y San Bartolomé o incluso, ya a primeros de septiembre, las de Guadalupe en Hondarribia y las Euskal Jaiak en distintos puntos de Gipuzkoa, que en el caso de Donostia coincidían con la Bandera de La Concha. En el supuesto de que pueda disputarse la popular regata de traineras, es evidente que será sin la muchedumbre habitual que año tras año abarrota los aledaños del muelle, Urgull y la Parte Vieja.

En este sentido, la Asociación de Municipios Vascos (Eudel) confirmó las recomendaciones para todos los eventos que se puedan organizar este verano «hasta el 15 de septiembre», lo que, por ejemplo, de momento no englobaría al Zinemaldia. Entre estos consejos, cita establecer un aforo máximo de 250 personas sentadas, con una distancia de seguridad de dos metros. En caso de eventos al aire libre, ruega mantener un espacio de cuatro metros cuadrados por persona, algo antinatura en cualquier ámbito social, y más en un contexto festivo.

Los alcaldes de Donostia, Eneko Goia; Vitoria, Gorka Urtaran; y Bilbao, Juan Mari Aburto, hicieron pública ayer la suspensión de sus fiestas, una resolución «coherente» con las recomendaciones de Eudel y «consensuada» junto al lehendakari y los consejeros del Gobierno Vasco, así como con los diputados generales de los tres territorios. A juicio de los primeros ediles, no quedaba otra salida tras haberse tenido en cuenta «los criterios de salud pública respecto al límite de los aforos en el espacio público para realizar actividades al aire libre y eventos multitudinarios», del todo incompatibles con unas fiestas.

Sin embargo, los tres alcaldes se han comprometido a «elaborar un calendario de diferentes actividades culturales, artísticas y de ocio» durante este verano «atípico», con el fin de dar vida a la ciudadanía en un momento «complejo», pero también a sectores como la hostelería o el ocio. «No será como la Aste Nagusia que hemos conocido siempre», avanzó Eneko Goia, pero, «dentro de las posibilidades y las limitaciones que vamos a tener», Donostia contará durante la época estival con varios «actos culturales y de ocio» en los «formatos que sea posible». Para ello, buscarán «fórmulas y eventos que permitan compatibilizar el disfrute con las garantías de seguridad necesarias».

Para el alcalde donostiarra, el panorama que deja el Covid-19 «no es una situación deseada por nadie, pero hemos priorizado la salud a cualquier otra consideración» a la hora de organizar el verano «de otra forma».

En Irun, el Ayuntamiento y la Junta de Mandos anunciaron ayer la suspensión del Alarde de San Marcial y sus actos previos como la elección de las cantineras, el Alardealdia o la Revista de Armas. Hace tres semanas, el Alarde mixto ya confirmó su suspensión. Asimismo, se han eliminado todos los actos institucionales salvo el cumplimiento del voto, cuando la corporación suba al monte San Marcial el 30 de junio. Será un encuentro, subrayan, «estrictamente institucional».

En el consistorio irundarra están «trabajando actualmente» en la organización de «unas fiestas adaptadas a las circunstancias» actuales. Así, asumen que los días 29 y 30, festividades de San Pedro y San Marcial, «serán diferentes» este año, y llaman a los irundarras a decorar ventanas y balcones con los colores y la bandera de la ciudad, pero también a realizar un ejercicio de «comprensión y responsabilidad individual» para «ayudar a cumplir con las exigencias» derivadas de las medidas para evitar la propagación del coronavirus.

Las dos ciudades con más habitantes de Gipuzkoa, San Sebastián e Irun, han sido las primeras en confirmar la suspensión de sus fiestas de verano, al menos con el formato tradicional. Hasta la fecha, habían sucumbido a la crisis sanitaria algunas celebraciones en barrios de distintas localidades, además de otras más multitudinarias como las de San Telmo en Zumaia o Santikutz en Legazpi, que no han podido festejarse este mes.

Sin embargo, pocos municipios han comunicado una decisión oficial respecto a su verano. En el horizonte asoman las fechas de San Juan en sitios como Arrasate, Eibar, Hernani y Tolosa, con sus hogueras la víspera del 24 de junio. Tampoco hay confirmación de los 'sanpedros' ni en Lasarte-Oria ni en Pasaia. La pandemia amenaza las celebraciones de Santa Isabel en Zumarraga y Usurbil, Madalenas en Errenteria -donde prevén actos alternativos-, Santa Ana en Ordizia, San Ignacio en Azpeitia..., donde es seguro que no habrá corridas taurinas. El Covid-19 embiste también contra los programas festivos.