«El contrato 'social' para menores extranjeros no aporta demasiado»

- En el presupuesto de este año, la partida que más crece es la de infancia. ¿No se estaban dedicando recursos suficientes?

- Un inciso. Hablamos de una legislatura social, porque se van a desplegar acciones y proyectos sociales desde otros departamentos, que no están incluidos en el presupuesto propio del área de Políticas Sociales. Un ejemplo claro son ElkarEkin -programa para la inserción social a través de la formación y el empleo- y Adinberri -el centro de innovación para el envejecimiento en Pasaia-, una apuesta fundamental que ha pasado al Departamento de Proyectos Estratégicos. Pero sí, en nuestras cuentas la partida que más sube es la de menores.

- ¿Faltaban entonces recursos?

- Se ha hecho también todo un proceso de potenciar la prevención de la desprotección y la atención personalizada, pero lo que sobre todo ha hecho elevar el presupuesto ha sido la necesidad de abrir 50 plazas nuevas por la llegada de menores extranjeros no acompañados.

- El centro de acogida urgente UBA tuvo un problema de sobreocupación. ¿Está ya solucionado?

- Hubo un momento en que llegaban tantos casos de acogida urgente que no teníamos capacidad para que salieran a la red básica, pero ya está solventado. En 2019, y aunque a la baja, todavía han llegado más de 300 chavales.

- Es un perfil con riesgo de exclusión. ¿Cómo se puede evitar?

- Es complicado. Porque siempre se mira a la política social, como es lógico porque nos corresponde la atención. Pero influyen factores fundamentales, como la vivienda y el empleo, y también la enfermedad mental. Y otra cuestión es la regularización de los papeles, la Ley de Extranjería. En tanto no facilitemos todos esos aspectos, estaremos parcheando.

- ¿Está de acuerdo con la propuesta del Gobierno Vasco de hacer firmar a estos menores extranjeros un contrato de 'derechos y obligaciones'?

- En Gipuzkoa ya vemos que los menores, la gran mayoría, realiza procesos de inclusión muy buenos, y no tendrían ninguna dificultad de firmar este tipo de condicionamientos.

- ¿Lo ve necesario?

- En la realidad con la que trabajamos no aporta demasiado.

- 38.000 personas siguen cronificadas en la pobreza. ¿Están perdiendo capacidad las políticas sociales?

- Yo creo que no. Creo que el sistema de protección social atiende bien, pero vuelvo a esos factores que influyen para que esas personas salgan o no de la exclusión. En la encuesta de pobreza hay datos buenos, la integración plena sube, hay menos familias a las que les cuesta llegar a final de mes... Ahora, hay un dato preocupante. Pese a que hay una recuperación económica, hay un colectivo que no sale...

- La Diputación quiere hacer de Gipuzkoa el territorio con menor desigualdad. Pero en un análisis reciente del SIIS se advierte «una mayor polarización social». ¿No se está logrando entonces esa menor desigualdad?

- Yo creo que sí, y los datos así lo reflejan, pero se miden cuestiones diferentes. Trabajamos para reducir la desigualdad.