Otra persona infectada eleva a 52 los casos activos entre usuarios de residencias

El coronavirus sigue siendo una amenaza para las residencias de mayores de Gipuzkoa, que suman un nuevo positivo en las últimas horas después de que se registrara un caso más en el centro Mizpirualde de Bergara, donde ya se contabilizaban 13 afectados. Así, en estos momentos hay un total de 52 residentes en Gipuzkoa con Covid-19, según el último balance ofrecido este domingo a la tarde por la Diputación de Gipuzkoa. La expansión del virus se ha contenido esta semana.

La red residencial del territorio está compuesta por 65 centros y 5.425 plazas, y los casos de afectados por coronavirus se centran en cinco residencias de cuatro poblaciones. Alai-Etxe de Donostia es la que registra más contagios de Gipuzkoa, con un total de 26 positivos. Le sigue Mizpirualde, con 14 casos; Santa María Magdalena de Hernani, con 8; Sagrado Corazón de Errenteria, con 3, y La Paz de la capital guipuzcoana, con 1 positivo.

En la actualidad, 11 de los enfermos por Covid-19 requieren de atención hospitalaria y se encuentran ingresados, mientras que otros 44 están siendo atendidos en la planta social del Hospital de Eibar, centro de referencia para la atención de casos de coronavirus derivados de las residencias de Gipuzkoa.

Además, en las últimas horas no se ha registrado ningún otro fallecimiento, por lo que hasta ahora, en lo que va de la segunda ola ha habido 32 muertes de residentes. La primera fue el 15 de agosto y la última el pasado martes. Los peores meses de la pandemia dejaron 168 fallecidos. Por otro lado, hay que contabilizar 52 recuperados entre los ancianos de las residencias desde que el virus volvió a afectarles. Los primeros positivos de esta segunda ola se registraron el 11 de agosto.

Los datos de las últimas horas suponen una leve tregua para las residencias de mayores Gipuzkoa, en una semana en la que las familias y los trabajadores de estos centros se han manifestado en Donostia en demanda de más personal y medios, ante la situación «insostenible» que viven y que se ha visto «agravada» por la pandemia.

Cientos de profesionales recorrieron el pasado martes las calles del centro de la ciudad para pedir la renovación «urgente» de su convenio después de tres años sin acuerdo y que les llevó a otra jornada de huelga. El impacto del paro se vio limitado en los centros por los servicios mínimos del 100% en enfermería, auxiliares y limpieza establecidos por el Gobierno Vasco, pero muchos de los trabajadores salieron a la calle a reclamar «mejores condiciones de trabajo y más personal y medios».

Después de 243 días de huelga -el primero fue el 28 de septiembre de 2018, tras meses de negociaciones sin éxito-, en marzo pasado decidieron aparcar los paros debido al Covid. El martes sumaron una nueva jornada de huelga más a sus espaldas, la 244 en la que denunciaron que la situación actual es «aún peor» que a comienzos de año, cuando tuvieron el contacto con patronales y Diputación. Desde entonces no se han reunido.