Condenado a cinco años y medio por acuchillar a un hombre en un bus en Villabona

Los hechos ocurrieron sobre las 2.40 horas del día 27 de octubre de ese año, en un autobús de la compañía TSST que circulaba dirección Tolosa procedente de San Sebastián y que se había detenido en una parada en la calle Nueva de Villabona. Según recoge el escrito de conformidad, el acusado, de 37 años y origen nicaragüense, «con el ánimo de causar su muerte, apuñaló reiteradamente y de forma sorpresiva con una navaja de 10 centímetros de hoja, alcanzándole plenamente en una ocasión en el cuello y otra bajo la axila izquierda» a la víctima, un joven de 22 años de nacionalidad hondureña.

«Durante varios minutos el procesado le asestó varias puñaladas colocándose sobre él, pese a los reiterados e infructuosos intentos del resto de pasajeros de separar a los contendientes. La agresión se prolongó durante varios minutos en los que el procesado tenía inmovilizada a la víctima mientras le apuñalaba con gran intensidad», continúa el escrito. Tras la agresión, el agredido fue trasladado al Hospital Donostia «sangrando abundantemente» y tuvo que ser intervenido quirúrgicamente. Por su parte el agresor huyó del lugar y se deshizo del arma blanca utilizada arrojando la navaja en una zona ajardinada cercana al lugar donde se había detenido el autobús.

Agresor y víctima se conocían. El ya condenado y su mujer alquilaron una habitación al agredido, aunque tiempo después la situación se complicó y le echaron de casa, lo que derivó en situaciones de acoso al primero por parte de la víctima. Esa noche se encontraron casualmente en el autobús y se originó la trifulca.

Sobre las heridas que sufrió la víctima, «por su localización y características, las lesiones fueron graves al recaer zonas con estructuras sanguíneas importantes cuya lesión puede producir la muerte, si bien ésta finalmente no se produjo gracias a la intervención del resto de pasajeros del autobús que evitaron que el procesado siguiera agrediéndole impidiendo que hubiera un compromiso vital y permitiendo que estuviera estable durante su traslado e ingreso hospitalario». Como secuelas, la víctima sufre un perjuicio estético «moderado», con una cicatriz «de 7 cm hipertrófica en cara lateral izquierda del cuello; cicatriz de 9 cm hipertrófica en región pectoral y cicatriz de 3 cm en palma de la mano derecha».

Según el escrito fiscal, con el que el acusado se conformó, «la mala relación previa entre el procesado y la víctima, la agresividad del procesado en el momento de los hechos, las características del arma utilizada, la intensidad y reiteración de las puñaladas, la zona corporal de la víctima a la que se dirigían las mismas, la duración de la agresión y los inútiles intentos del resto de usuarios del autobús para separar al procesado, revelan la intención» del acusado «de acabar con la vida de la víctima».

El acusado aceptó por tanto la pena de 5 años y seis meses de prisión por un delito de homicidio en grado de tentativa, una pena algo superior a la mínima establecida para este tipo delictivo. Asimismo, se le impone la prohibición de acercarse a la víctima a más de 500 metros durante 16 años, en los que tampoco podrá comunicarse con él, y deberá indemnizar al agredido con 13.331,14 euros.