El canal que garantizará el suministro de agua a Donostialdea estará listo en 2026
Tras 18 años con el proyecto parado, las obras comenzarán la próxima primavera y tendrán un coste de 36,3 millones de euros
La construcción de la alternativa al canal bajo del Añarbe empieza a fluir. Al fin. El convenio para la ejecución y explotación de esta infraestructura, que permitirá garantizar el suministro de agua potable a 318.000 vecinos de Donostialdea, fue aprobado el 21 de julio por la sociedad mercantil estatal Aguas de las Cuencas de España (Acuaes), y ayer se escenificó su rúbrica con la sociedad Aguas del Añarbe-Añarbeko Urak. Tal como enfatizó la presidenta de la mancomunidad hidráulica, Jaione Hervás, el proyecto llevaba 18 años congelado a la espera de conseguir su financiación, pero «de una vez por todas» se ha logrado gracias a los fondos europeos Next Generation y se pone en marcha. Las obras serán licitadas en octubre y se prevé que su adjudicación sea en marzo de 2023, con el fin de poder iniciarlas en abril, según detalló la directora de Acuaes, Rosa Cobo. Tendrán una duración aproximada de «tres años» y requerirán una inversión cifrada en 36,3 millones de euros. Son 30 más IVA, de los que el 80% se sufragarán con la ayuda de la Unión Europea y el 20% restante lo asumirá Aguas del Añarbe.
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La nueva conducción será una alternativa al único canal que ahora abastece a los diez municipios que integran la mancomunidad, que abastece al área de San Sebastián-Bahía de Pasaia: Donostia, Astigarraga, Errenteria, Hernani, Lasarte-Oria, Lezo, Oiartzun, Pasaia, Urnieta y Usurbil. Entre todos suman una población de 318.000 habitantes, prácticamente la mitad de Gipuzkoa.
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A la conclusión de las obras de la construcción hidráulica, prevista para el primer semestre de 2026 –el plazo límite que establecen los fondos Next Generation para la puesta en marcha es el verano de ese año–, se podrán acometer las esperadas tareas de reparación y mantenimiento del conducto actual, que fue creado en 1958 y presenta problemas de inestabilidad y de pérdidas de caudal debido al paso de los años. Estas operaciones son «imposibles» de acometer sin una infraestructura alternativa, dado que necesitan realizarse en seco, por lo que requerirían la suspensión del suministro. Sin embargo, el actual conducto solo podría cerrase «unas horas» sin que repercutiera en el abastecimiento, según apuntó Hervás. De ahí la necesidad de una alternativa.
La firma del convenio tuvo lugar en la Estación de Tratamiento de Agua Potable de Petritegi (ETAP), en Astigarraga, donde acabará el nuevo conducto. En ella participaron Hugo Morán, secretario de Estado de Medio Ambiente; Denis Itxaso, delegado del Gobierno en Euskadi; Eneko Goia, alcalde de Donostia; así como las citadas Jaione Hervás, presidenta de la Mancomunidad de Aguas del Añarbe, y Rosa Cobo, directora general de Acuaes, la sociedad mercantil del Ministerio para la Transición y el Reto Demográfico.
Desde Hernani
Los cinco intervinientes en el acto hicieron referencia a la «enorme» dilación que ha sufrido este proyecto, que ya en 2009 fue considerado de «interés general» por parte del Gobierno central, al incluirlo en sus presupuestos generales para 2010. El propio Morán, entonces portavoz de medio ambiente del grupo parlamentario socialista, participó en el debate. Ayer reconoció que «teóricamente, la obra tenía que haber estado en funcionamiento en torno a 2013 o 2014». Entonces, «poco» podía imaginarse que el proyecto iba a estar acumulando polvo en distintos cajones hasta ahora, y que le iba a «tocar retomarlo» ya como secretario de Estado, para asignar una partida de los fondos Next Generation para su financiación. «Creo que se podía haber hecho antes», se sinceró Hugo Morán.
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La nueva infraestructura hidráulica se divide en dos partes. La primera arranca en la propia presa de Añarbe, desde donde se soltará el caudal de abastecimiento al río Urumea. Las aguas discurrirán durante 17,1 kilómetros por el propio cauce fluvial hasta el azud existente cerca de la actual central hidroeléctrica de Lastaola, en Hernani, que dejará de existir como tal y se transformará en una estación de bombeo. En este punto que Añarbeko Urak adquirió en propiedad hace más de una década, comenzará la segunda fase del traslado hídrico. De este modo, la misma cantidad de agua soltada en la presa, será captada e impulsada hacia una nueva tubería de hormigón armado, mediante la que se conducirá el agua hasta la ETAP de Petritegi. Su puesta en funcionamiento podrá ser programada para 'secar' el canal bajo del Añarbe cuando sea necesario.
La nueva estructura acabará así con la dependencia «total» de la estructura creada en 1958 para garantizar el agua en todos los grifos de Donostialdea. La presidenta de Añarbeko Urak, Jaione Hervás, la calificó ayer como «imprescindible» para que, una vez construida, la mancomunidad que preside «pueda acometer un plan plurianual de inversión» en la «rehabilitación y consolidación» del conducto creado hace más de 60 años. Desde entonces, aunque según los técnicos es «bajo» el riesgo de que quedara inutilizado por un posible derrumbamiento o deslizamiento de tierra, las consecuencias de algo así serían «gravísimas».
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Hervás se congratuló por poder emprender «por fin» la alternativa del canal bajo. Según Cobo, las obras se licitarán en octubre, se establecerá un plazo de dos meses para que las constructoras presenten sus ofertas. La adjudicación se prevé en marzo y en abril arrancarán las obras.
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