El Camino del Norte, ruta popular hacia Santiago
La costa de Gipuzkoa es una de las opciones más escogidas entre los caminantes que optan por «buenas vistas y tranquilidad» en su travesía hacia tierras gallegas
Viernes, 25 de julio 2025, 02:00
El Camino Francés, el Portugués, el del Norte, el Primitivo, la Vía de la Plata, el Camino Inglés y el Camino a Fisterra y Muxía. ... Todos parten de un lugar distinto pero tienen el mismo destino: Santiago de Compostela. Desde que en el siglo IX se descubriera la tumba del apóstol Santiago y posteriormente se trasladara a Galicia, un incontable número de personas ha completado la Ruta Jacobea. Una peregrinación cristiana que se ha mantenido viva a lo largo de los años. Tradición que en la actualidad sigue movilizando a miles de personas que trazan su propio 'Campus Stellae' –el que divisó Pelayo para descubrir la tumba del apóstol– para alcanzar la catedral de Santiago.
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Los motivos para hacer el Camino son tan variados como el origen de los peregrinos. Algunos vienen desde países del norte de Europa tras recorrer cientos de kilómetros y su objetivo es, simplemente, disfrutar de la tranquilidad de la ruta. Otros parten de distintos lugares de España y su motivación principal es religiosa. También los hay que optan por el Camino para hacer algo de deporte, y los que lo hacen por todas estas razones juntas. El Camino de Santiago tiene sitio para todos.
Lo saben bien en los albergues de peregrinos, donde todos los días acogen a personas llegadas de todos los rincones del planeta. Es el caso del Hospital de Peregrinos de Santa Ana, en Pasai Donibane, una de las paradas habituales en el Camino del Norte, ruta escogida frecuentemente por los caminantes. «Muchos lo llaman albergue, pero en realidad es un hospital de peregrinos», aclara Xatur Telletxea, responsable del lugar. «Cuando digo que es un hospital me preguntan si tenemos médicos o enfermeras. Es una confusión muy común, pero en este caso es un hospital porque damos hospedaje a los peregrinos».
En el Hospital de Peregrinos de Santa Ana, «de apenas 14 plazas», conviven durante unas horas y comparten lecho viajeros sin ningún tipo de vinculación entre sí. «Lo que nos une es el Camino», exclama el alemán Wolfgang Behn tras llegar exhausto a Santa Ana. «Vine en avión desde Múnich hasta Bilbao y de allí a Irun en autobús. Estoy haciendo el Camino del Norte». Tiene por delante «45 días» hasta llegar a Santiago de Compostela, pero no es la primera vez que lo hace. «En 2017 hice el Camino Francés desde Saint-Jean-Pied-de-Port (Donibane Garazi). Esta es la cuarta vez que lo hago».
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Día especial para peregrinos
Después de una dura etapa de 20 kilómetros, Wolfgang valora aún más lo que le aporta el Camino. «Ha sido duro porque tenía muchas subidas pero merece la pena. Me gusta la tranquilidad, la naturaleza, los ríos... En Alemania no tenemos estos paisajes». Pero también tiene otros beneficios para el alemán. «Lo religioso es importante para mí. Además, este año coincido con el día de Santiago, así que todavía más. Aprecio la calma cuando entro a las iglesias, la música en algunas, me gusta esa soledad. También me sirve para hacer deporte, que no está de más».
Su anfitriona durante la noche será Teresa, la hospitalera del albergue. «Duermo en un cuarto aparte. Soy la encargada de recibirlos, explicarles el funcionamiento y ponerles el sello en la credencial del peregrino. Tienen duchas, aseos y, en definitiva, todo lo necesario para pasar una noche». A pesar de que no se conocen, los gestos de solidaridad entre los peregrinos abundan en el Camino. «Cuando un caminante llega tarde y no tenemos sitio para dormir, uno de los que está dentro se ofrece para dormir en un colchón, en el suelo, para que todos puedan pasar la noche a cubierto», asegura Xatur.
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Junto a la vieira y a la catedral, otro de los distintivos del Camino es el propio día de Santiago Apóstol. Hoy, como todos los 25 de julio, se celebra una festividad muy especial para los peregrinos. Una fecha que tiene un sentido singular para Tiago Dobaño. Forma parte de un grupo de esplais –movimiento de 'boy scouts' de Cataluña– que como actividad de verano están realizando el Camino del Norte. «Tiene un significado especial porque es mi santo y además vengo de familia gallega. Es algo que me motiva. Lo celebraremos con una tarta de Santiago», cuenta el joven catalán.
«El Camino –añade– es algo que todos deberíamos hacer en algún momento de nuestras vidas. Puede ser un reto personal pero también es una manera de conocer el país y todos sus caminos». Con parada en el albergue Akarregi de Getaria, este grupo de 'boy scouts' de Barcelona completará en las próximas semanas el Camino del Norte.
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«Se ve el mar todo el rato»
A medio camino entre Zarautz y Getaria, dos peregrinas completan una etapa a cientos de kilómetros de casa. «Somos neerlandesas, de Utrecht. Hemos viajado en avión hasta Oviedo y a Irun en autobús. Estamos haciendo el Camino del Norte», relatan Nouria Mgouni y Laursa Sawka, de 19 y 18 años. «No creo que lleguemos a Santiago de Compostela porque sólo tenemos diez días, pero intentaremos disfrutar de lo que podamos. Las vistas son increíbles, puedes hacer la ruta viendo el mar todo el rato», elogia Nouria. «Queríamos salir de Holanda y probar algo distinto. Simplemente andar y ver qué nos encontrábamos», comentan las dos jóvenes llegadas de Países Bajos.
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