«Invertí 400 euros en 2011 en Bitcoin y ahora me he comprado un piso en San Sebastián»

¿Hay mucha afición al Bitcoin en Gipuzkoa? Existen muchas leyendas en torno a las criptomonedas y también alguna que otra certeza. La primera, la más evidente, es que nadie quiere dar la cara para contar su historia. Y eso que a las que ha tenido acceso este periódico marchan bien en términos financieros. Muy bien, de hecho. Tanto es así que darían para una película. ¿O es que conoce a mucha gente que se haya comprado una vivienda con poco esfuerzo? La historia de Iñaki, nombre ficticio, responde a ese cúmulo de casualidades, en ocasiones hasta difíciles de creer.

Este donostiarra de 45 años nunca pensó que un despido laboral pudiera desembocar en un 'pelotazo'. Y es que invirtió «los 400 euros de su indemnización» en 100 Bitcoins, hace ya una década, cuando esta criptomoneda era mucho más desconocida que ahora y su valor estaba mucho más bajo. Sus amigos le reprochaban que 'gastara' ese dinero en algo tan etéreo en lugar de guardarlo para superar las adversidades de la vida. Pero a la larga ha salido ganando.

Su estrategia en todos estos años ha sido tan simple como efectiva: ir vendiendo según se doblaba la cotización de la criptomoneda. Y con su última gran venta, de 200.000 euros –tributó los 50.000 correspondientes en impuestos a la Hacienda Foral–, se ha «comprado un piso». Ahí es nada.

Llevando este caso a términos extremos, de rentabilidades que son casi imposibles de ver en el mundo financiero, este medio también ha conocido la historia de otro inversor de éxito, en este caso un burgalés que invirtió nada más y nada menos que 10.000 euros hace años, también cuando el Bitcoin estaba en pañales y muy pocos –por no decir ninguno– podían esperar que su cotización subiera como la espuma. Una apuesta fuerte, evidentemente, y también atrevida. Ya que cualquiera no dispone esa cantidad para invertir.

Esta persona ha llegado a acumular 20 millones de euros en su cuenta y su última venta fue de 8 millones. También en este caso el inversor llamó a las puertas de la Agencia Tributaria para declarar por la vía legal y ordinaria. Su factura fiscal ascendió a 2 millones.

Dos casos, cada uno con su estilo, que conjugan a la perfección las reglas de oro en este nuevo mundo del capital: comprar barato, vender caro y evitar que te roben. Porque los expertos advierten de la cautela con la que hay que operar en este universo. La mayoría de las criptomonedas no son controladas por ningún gobierno ni banco central. Si bien todas las transacciones quedan registradas, nadie sabe a quién pertenece el número de una cuenta de la moneda virtual, una ventaja explotada en algunas ocasiones por ciberdelincuentes y otros criminales para hacer el agosto.

Los expertos aconsejan invertir sólo lo que puedes permitirte perder y diversificar tu cartera. 'No pongas todos tus huevos en la misma cesta', aconsejan como mantra. «La regla número uno es no perder dinero. Y la regla número dos es no olvidar nunca la primera», dice el inversor estadounidense Warren Buffett. No es el caso de estos dos testimonios guipuzcoanos, cuyas historias con el Bitcoin han acabado en final feliz.

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