Seis muertos la última década en Gipuzkoa por accidentes en instalaciones de gas
El Departamento de Desarrollo Económico registra en diez años 24 siniestros en el territorio que se han saldado con 45 heridos
Mientras Zaldibia sigue de luto llorando a sus dos vecinos, técnicos, peritos, bomberos y ertzainas continúan buscando una respuesta al mal funcionamiento de la caldera ... que, a pesar de haber sido revisada en noviembre, el miércoles generó una sustancia letal que se cobró la vida de Soledad y de Dylan. La joven de 25 años y su bebé de 17 meses son las sextas víctimas mortales registradas en Gipuzkoa durante la última década como consecuencia de accidentes en instalaciones de gas. Los anteriores siniestros mortales sucedieron en marzo de 2020 en Azkoitia, cuando ardió una churrería ambulante con la pareja de veinteañeros que lo regentaba en el interior; y hace casi diez años, en mayo de 2012, tras una explosión de gas en un caserío del barrio arrasatearra de Gesalibar.
Así consta en la relación de accidentes en instalaciones de gas que maneja el Departamento vasco de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente, en la que se notifican 24 siniestros durante los últimos 10 años en Gipuzkoa, uno de ellos sin heridos. El resto de los sucesos se han saldado con un herido grave y 44 leves, además de los seis fallecidos. Estos accidentes se han tenido lugar en once municipios del territorio, la mayoría en Donostia (8), seguida de Errenteria (3), Azkoitia, Irun y Bergara, con 2 cada uno, y Zaldibia, Arrasate, Elgoibar, Eskoriatza, Orio y Tolosa, con sendos incidentes.
El Gobierno Vasco tiene registrados 44 siniestros en el conjunto de la CAV, de ellos 10 en Bizkaia y otros tantos en Araba, ninguno con víctimas mortales.
De media, cada año se registran entre dos y tres accidentes con heridos en instalaciones de gas en Gipuzkoa. En la gran mayoría de los casos, los daños personales no suelen revestir gravedad, y los más frecuentes suelen estar relacionados con una mala combustión. Un calentador defectuoso, un taponamiento de la chimenea, una estufa en mal estado, una rejilla tapada o una mala conexión con el conducto de humos son algunas de las deficiencias que pueden contribuir al aumento de la accidentalidad.
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Dylan y su madre murieron en su casa de Zaldibia por intoxicación por CO, que es la fórmula química de monóxido de carbono, un gas altamente tóxico que también recibe otros nombres como 'asesino silencioso' y que provoca la conocida como 'la muerte dulce', ya que el que lo inhala no es consciente de ello porque es inodoro, incoloro e insípido. Aún se desconoce por qué se produjo esa concentración letal que se llevó por delante la vida de madre e hijo, aunque el padre de familia pudo sobrevivir a la tragedia y fue él mismo quien alertó al 112. El jueves fue dado de alta en el Hospital de Zumarraga y se recupera en casa de unos familiares.
Poco antes de que llegara la pandemia del coronavirus, el confinamiento y las posteriores restricciones, tuvo lugar el anterior accidente con fallecidos debido a una explosión de gas. Sucedió en Azkoitia, la tarde del 6 de marzo de 2020. Dos jóvenes vizcaínos de Sestao, recién casados perdieron ese viernes la vida en el incendio de la churrería ambulante que regentaban y que desde hacía unas semanas habían instalado en la esquina de la calle Ibai Ondo con el puente hacia la parroquia de Santa María de la Real. El fuego devoró con rapidez el remolque en el que quedaron atrapados, y tras sofocar las llamas, ambos fueron hallados calcinados en el interior.
Hace casi diez años se registró el tercer siniestro mortal de la década en Gipuzkoa, según la relación de accidentes en instalaciones de gas del Departamento de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente, que atribuye aquel accidente fatal a «una explosión de gas butano por una fuga en la instalación». La tragedia sucedió el 11 de mayo de 2012 al barrio arrasatearra de Gesalibar. Dos personas fallecieron a consecuencia de la explosión en un caserío y otra persona fue evacuada en estado muy grave al Hospital de Cruces.
La explosión se produjo en torno a las 3.30 horas de la madrugada, si bien los vecinos no descubrieron las dimensiones del incidente hasta pasadas las 7 de la mañana. El inmueble quedó totalmente destruido por la deflagración, cuya onda expansiva lanzó restos de cristales y persianas a más de cincuenta metros de distancia del caserío.
No obstante, los accidentes con fallecidos son la excepción. Casi medio centenar de personas han resultado heridas la última década en siniestros con instalaciones de gas. En marzo de 2019, por ejemplo, cuatro personas resultaron heridas leves por intoxicación por CO, y en 2017 en Donostia también se notificaron dos heridos leves en sendos accidentes. Cinco personas resultaron afectadas por intoxicación por monóximo de carbono en marzo de 2016 en Errenteria, y otras tres en enero del mismo año, por las mismas causas, en Bergara.
Una caldera atmosférica que no estaba en buen estado provocó cuatro heridos leves en Irun en junio de 2015, y en octubre de ese año dos donostiarras sufrieron heridas leves por la mala combustión en un calentador. Un año antes, un conducto de humos mal conectado intoxicó, de forma leve, a 3 personas en Irun.
Recatados con mareos, dolor de cabeza
Aunque no está recogida en la lista del Gobierno Vasco, en diciembre de 2019 se registró en Donostia un siniestro que se saldó con 9 intoxicados, que fueron rescatados con mareos, dolor de cabeza y vómitos y que afortunadamente lograron salvar la vida. Todos eran vecinos de dos viviendas ubicadas en el Paseo de Oriamendi, en Miramon, y resultaron intoxicadas tras inhalar monóxido de carbono a causa de la mala combustión de una caldera. Siete de los afectados tuvieron que ser trasladados al Hospital Universitario Donostia, cinco en estado grave con dos de gravedad, con mareos, dolor de cabeza y vómitos.
La trabajadora de la limpieza logró salvar la vida de todos ellos al dar la voz de alarma. Cuando llegó a casa se encontró a sus propietarios, un matrimonio y sus dos hijos, «mareados, desorientados y vomitando, pero conscientes». Gracias a que dio aviso a SOS Deiak evitó la tragedia. «De buena se han librado. Si no es por ella que entró en casa en ese momento... Les salvó la vida», aseguró entonces el responsable de los servicios de bomberos.
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