«Nos dijo que había abusado de su novia cuando estaba dormida y se puso a llorar»
El joven acusado de penetrar a su pareja sin consentimiento en una vivienda de Legazpi, para quien piden 9 años de prisión, pidió declarar hoy en último lugar
El juicio contra un joven acusado de abusar sexualmente de su novia mientras dormía en la casa familiar de ella, situada en Legazpi, dio comienzo ... este lunes con la declaración de la víctima, después de que la defensa del acusado solicitase que él testificase en último lugar, al final de la sesión que se celebrará hoy. La Fiscalía y la acusación particular piden 9 años de prisión por un delito de abuso sexual con penetración, mientras que la defensa pide que se absuelva al acusado.
La declaración de la víctima se celebró, a petición suya, a puerta cerrada. En un principio iba a realizarla frente a su expareja y presunto agresor, si bien finalmente este fue trasladado a una sala contigua para evitar la confrontación y la siguió por videoconferencia. En el escrito de la acusación particular del abogado de la joven, Lander Beobide, se recoge que un día de julio de 2018 el acusado y su representada, que entonces eran pareja, acudieron juntos a un concierto en Eibar.
Después regresaron a casa de ella, y él le propuso mantener relaciones sexuales, si bien ella se negó y se dispusieron a dormir. A la mañana siguiente la joven «nada más despertarse se percató, sin lugar a dudas, de que había sido penetrada vaginalmente», tras lo cual dio por finalizada la relación.
Tras declarar durante una hora, la sesión de ayer se completó con los testimonios de cuatro testigos. En primer lugar declararon dos amigas de la víctima, a las que esta relató lo sucedido. «Me contó que se fueron a dormir, que él quería tener relaciones y ella le dijo que no, que estaba cansada. Notó algo a la noche, pero no le dio más importancia y siguió durmiendo, aunque a la mañana ya se notó rara», indicó una de ellas a preguntas de la Fiscalía. «Me dijo que le había penetrado mientras estaba dormida», y en este sentido añadió que su amiga tiene «un sueño muy profundo. Hemos llegado a pegarle tortazos y ella estar seca».
«Estuvo una temporada muy mal, salía muy poco, no podía dormir sola y tenía pesadillas»
Sobre la repercusión que estos hechos tuvieron en la joven, su amiga aseguró que «estuvo una temporada muy mal, muy decaída. Salía muy poco, se cerró mucho en banda. No podía dormir sola y tenía muchísimas pesadillas».
La segunda testigo, también amiga de la víctima, indicó que le contó que «se despertó y que tenía a alguien encima. En ese momento no se enteró de lo que pasó, pero por la mañana se notaba dolorida, como si hubiera sido penetrada». La testigo también apuntó que la víctima «tiene un sueño muy profundo», y que tras lo sucedido «bajó mucho de peso, fumaba mucho, dejó de comer. Ella es muy alegre y extrovertida y cambió totalmente su forma de ser».
«Se puso de rodillas»
En la sesión también declararon dos jóvenes que eran amigos del acusado con quien formaban una banda de música. Uno de ellos relató que la víctima le relató lo ocurrido, y que días después, durante un ensayo, el encausado les confesó los hechos. «En la tercera o cuarta canción se paró, nos dijo que tenía que contarnos una cosa, se puso de rodillas, y nos dijo que había abusado de ella cuando dormía», aseveró uno de los testigos. «Nos quedamos en shock. Ese mismo día se acabó la relación con él», reconoció.
El otro testigo explicó que le preguntó al acusado si lo que se decía de él era verdad. «Me dijo que había abusado de ella dormida, y le dije: '¿sabes que eso tiene un nombre no, violación?' Dijo que sí, agachó la cabeza y se puso a llorar. Me quedé alucinado», relató.
El juicio se reanuda hoy en la segunda y última sesión con la declaración de más testigos, peritos psicólogos que hablarán sobre la afección de la víctima y también del encausado, y por último la declaración del joven, representado por el abogado Eduardo Bolea. Además de la pena de prisión, la Fiscalía pide que se indemnice a la víctima con 5.000 euros por los daños morales causados, mientras que la acusación particular eleva esa cifra a los 10.000 euros.
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