Juan Kruz Mendizabal, ex vicario general de Gipuzkoa condenado por «tocamientos deshonestos».

Munilla autoriza la presencia del exvicario Mendizabal en unos ejercicios espirituales

El condenado por «tocamientos deshonestos» a dos menores estuvo bajo la tutela del obispo de Vitoria en unas jornadas sacerdotales vinculadas a la Cuaresma

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Jueves, 13 de abril 2017, 18:14

El ex vicario general de Gipuzkoa Juan Kruz Mendizabal, condenado en un procedimiento eclesial por "tocamientos deshonestos" a dos menores, abandonó una semana el monasterio en el que está recluido para participar en unos ejercicios espirituales en Álava con el permiso del obispo donostiarra, José Ignacio Munilla.

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Fuentes del Obispado donostiarra han asegurado a Efe que Munilla autorizó la salida de Mendizabal para que tomara parte, junto a otros sacerdotes, en estos ejercicios espirituales vinculados a la celebración de la cuaresma.

"Es una reclusión también. No se trata de una excursión al monte", ha recalcado la misma fuente, al tiempo que ha explicado que durante la semana de marzo en la que Mendizabal tomó parte en estos ejercicios estuvo bajo la tutela del obispo de Vitoria, Juan Carlos Elizalde.

La reclusión sigue

El Obispado ha negado que se haya "levantado la reclusión" a Mendizabal durante estos días, sino que se ha seguido en otro lugar en el que el exvicario ha cumplido además con uno de los requerimientos que deben seguir los sacerdotes.

El Obispado de San Sebastián reveló el pasado mes de enero que Mendizabal había sido condenado en un procedimiento eclesial por "tocamientos deshonestos" realizados a dos menores en los años 2001 y 2005.

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El Obispado decidió relatar los hechos (cometidos cuando Mendizabal ejercía de sacerdote en una parroquia donostiarra), tras constatar que los afectados por los abusos habían decidido hacer público el caso.

Días más tarde, un hombre de 36 años acudió al Obispado de San Sebastián para denunciar unos hechos similares y relató con detalle los tocamientos a los que presuntamente le sometió Mendizabal en 1994, cuando él tenía 13 años, durante un campamento.

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El Obispado decretó entonces nuevas medidas preventivas contra Mendizabal, quien desde entonces está obligado a vivir en un monasterio del que sólo puede salir con permiso del obispo, y no puede contactar con menores si no es en presencia de otro adulto.

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