El Náutico, emblema de la modernidad donostiarra
La bahía donostiarra es aún más pintoresca si se observa desde la terraza de uno de los edificios más característico de San Sebastián: la del Club Náutico
El Diario Vasco
Jueves, 7 de julio 2016, 17:07
Pocas perspectivas de la bahía donostiarra hay más hermosas que la que puede observarse desde el Club Náutico, «el primer edificio moderno en su género de España y uno de los más importantes a nivel europeo», en palabras del arquitecto José Ángel Medina Murua, autor de la última remodelación del singular inmueble. Catalogado como «bien cultural con categoría de monumento», es una de las siluetas más reconocibles de la ciudad. Pero ¿cuál es su historia?
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El 24 de octubre de 1929, el mismo día en la que la bolsa neoyorkina se desplomaba estrepitosamente provocando la gran depresión económica en la que se sumieron tanto los Estado Unidos como Europa, en la ciudad alemana de Frankfurt un grupo de arquitectos debatían y teorizaban en el Congreso Internacional de Arquitectura Moderna (Ciam) sobre lo que deberían de ser las nuevas bases de la construcción de una vivienda «racional y razonable», con la que se debía dar solución al masivo crecimiento de las ciudades y a las necesidades de sus ciudadanos. Dentro de ese grupo de arquitectos, entre los que destacaban Gropius, May, Le Corbusier o Giedion, entre otros muchos, los guipuzcoanos José Manuel Aizpurua y Joaquín Labayen, creadores del edificio del Club Naútico donostiarra, participaron «de forma entusiasta» de aquella corriente arquitectónica revolucionaria.
Cuando se menciona el Náutico todo aquel que lo conoce inmediatamente evoca en su mente el edificio blanco con forma de barco que 'fondea' junto al Ayuntamiento. Pero lo cierto es que en sus orígenes fue mucho más atrevido. Estaba pintado de varios colores y la escalera, era roja. Y aunque ahora sea una estampa habitual y hasta discreta de nuestro litoral, en aquellos remotos años veinte tamaña modernidad fue acogida con recelo y críticas. Los donostiarras veían cómo crecía aquella mole, aquello que sustituía al viejo Real Club Náutico (un edificio de una sola planta con una terraza en la que había una pequeña estructura de madera) y, menospreciaban la obra viéndola como «un cajón antiestético», un «atentado».
Pero el proyecto siguió adelante y, 87 años después, el Náutico continúa siendo el símbolo de la modernidad y el racionalismo que situaron a San Sebastián entre las ciudades de vanguardia del siglo XX.
Sin duda es una de las maravillas de Gipuzkoa y, por eso, te invitamos a que disfrutes de este vídeo, que no sólo ensalza el edificio del Club Náutico sino que, además, ofrece una perspectiva de la bahía única y bellísima.
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