La famosa presentadora griega que disfruta en San Sebastián: «Arzak es el monstruo sagrado de la cocina vasca»

Estos días Donostia ha contado con la visita de una turista muy especial en la ciudad. Se trata de Katerina Kainourgiou, una aclamada presentadora y actriz griega que cuenta con casi un millón de seguidores en Instagram y que participa en varios programas de televisión del país helénico. La actriz ha compartido a sus miles de seguidores su visita al restaurante Arzak, a bares de la Parte Vieja y en la playa de La Concha, todo ello acompañada de su pareja, Panagiotis Koutsoubis.

La actriz de 39 años decidió hacer una escapada romántica al extranjero poco antes de regresar a la televisión y optó por visitar San Sebastián, tanto para disfrutar de la playa como de la gastronomía vasca, especialmente esta última, ya que la actriz visitó varios bares de la Parte Vieja, además de darse un homenaje en el restaurante Arzak, en donde incluso se fotografío en la cocina con Elena Arzak, hija del prestigioso cocinero donostiarra Juan Mari Arzak. «Arzak es el monstruo sagrado de la cocina vasca», no dudó en escribir junto a la fotografía.

La actriz es bastante conocida en Grecia, en donde presenta el programa 'Super Katerina', un programa matutino de entretenimiento transmitido por la cadena Alpha TV. En el programa puede verse a Katerina presentando una mezcla de historias de entretenimiento, estilo de vida e interés humano, así como las últimas noticias, moda y gastronomía todos los días de la semana.

De hecho, Katerina Kainourgiou compartió en Instagram varias instantáneas de su viaje, la última hace apenas unas horas, algunas en las que posa casual y otras en la que posa con un vestido en lo que aparentemente sería la terraza del Hotel Nobu, en donde podría estarse alojando junto a su pareja durante su estancia. «Descubriendo nuevos horizontes...», también escribió.

Según algunos medios locales griegos, tanto ella como su pareja estarían atravesando los primeros meses de su relación y ambos han pasado también unas largas vacaciones en París, en donde su pareja de 35 años «suele hacer negocios».