Keith Richards desea que sus hijas esnifen sus cenizas

Hace décadas que muchas veces Keith Richards no deja indiferente a nadie cuando abre la boca. El guitarrista de los Rolling Stones ha sido noticia en esta ocasión al declarar que no le molestaría que sus hijas esnifen las cenizas de sus restos mortales. Yo mismo les dejaré la pajita, ha dicho en una entrevista al diario británico Mirror. Es una tradición familiar, ha apostillado.

Richards, de 71 años, tiene dos hijas de su matrimonio con Patti Hansen, Theodora, de 30 años, y Alexandra, de 28. Y dos hijos más de su primera relación sentimental estable, con la italiana Anita Pallenberg, Marlon y Angela.

El músico confesó en 2007, en la revista musical NME, que había esnifado las cenizas de su padre, Bert, mezcladas con cocaína. Ante la pregunta de lo más extraño que había intentado esnifar, Richards contestó: Mi padre. Esnifé a mi padre. Fue incinerado y no pude resistir mezclarlo con un tiro. No le hubiera molestado, no le importaba una mierda. Me sentó muy bien, todavía sigo vivo.

Un día después, la leyenda del rock se arrepintió y publicó un comunicado en la web del grupo, alegando que todo era una broma. Pero en su biografía Life, el músico recogía estas palabras: Como perro viejo que soy, dije que [la declaración a NME] se sacó de contexto. Ni lo negué ni lo admití. La verdad del asunto es que después de tener las cenizas de mi padre en una urna negra durante seis años, porque no tuve fuerzas para esparcirla a los vientos, finalmente planté un robusto roble inglés para esparcirlo alrededor. Y cuando quité la tapa, un hilo de las cenizas se volaron y cayó en la mesa. No podía simplemente limpiarlo, así que pasé mi dedo por encima y me esnifé el residuo. Cenizas a cenizas, de padre a hijo.

El músico inglés publicará este próximo viernes 'Crosseyed heart', su primer disco en solitario en 23 años, y el tercero de su trayectoria lejos de sus ompañeros de los Rolling.