«Un gobierno del PP con Vox tensionaría el Estado al extremo»

– Tras el debate Sánchez-Feijóo, ¿usted también es de los que cree que el presidente no tiene nada que hacer o queda partido?

– Desde el punto de vista de Euskadi ese no era el partido. Parece que estamos ante unas elecciones presidencialistas y que los demás somos convidados de piedra a los que nos toca firmar un contrato de adhesión. Esto no es así. Aquí nos jugamos quién va a representar a los ciudadanos vascos y a defender a Euskadi en Madrid durante los próximos cuatro años. Euskadi es una sociedad con una identidad propia muy marcada, con sus propias dinámicas sociales, económicas y culturales, además de con un grado de autogobierno importante. En consecuencia, lo importante es que haya allí alguien que defienda estos temas y pare los intentos de recentralización.

– ¿La polarización entre PSOE-PP deja al PNV sin espacio?

– Todas las campañas a los Cortes son complicadas porque es verdad que se polarizan. De ahí la importancia de lanzar el mensaje de que se vota para cuatro años y que es esencial que en Madrid haya una perspectiva vasca, por ejemplo, a la hora de hablar del reparto de los fondos europeos o de la energía aplicada al tipo de empresas asentadas en Euskadi. En el tema del euskera hay que estar atentos para que no vuelva a ocurrir que los fondos destinados a la lengua, dotado con 1.300 millones, el Gobierno central decidiera que solo 2 millones sean para el euskera.

– ¿El PNV estaría dispuesto a facilitar de nuevo la investidura de Sánchez?

– Siempre intentamos ser responsables. La investidura de Sánchez se produjo en un escenario de inestabilidad, en el que no había manera de llegar a un acuerdo y con unas elecciones que se repitieron a los seis meses. No solemos votar a favor de las investiduras, solo lo hemos hecho en tres ocasiones, pero en 2019 lo hicimos y salió adelante por solo dos votos. Otros que hablan mucho del bloque progresista se abstuvieron.

– Han insistido en que el voto del PNV será muy caro. ¿Qué van a pedir a cambio?

– Nos debemos la ciudadanía vasca. Si alguien nos llama y pide nuestros votos, no iremos con un cheque en blanco, presentaremos nuestro programa y exigiremos garantías de cumplimiento para que no se repitan las circunstancias de esta última legislatura con las transferencias. Somos responsables y entendemos la situación, pero no vamos con un contrato de adhesión. Queremos que los temas que preocupan a los vascos en el día a día se tengan en cuenta.

– ¿Cuáles son las líneas rojas, las cuestiones irrenunciables para apoyar a Sánchez?

– Es gravísimo lo que está pasando con Vox y la normalización que quiere hacer Feijóo con su entrada en las instituciones,algo que puede tener consecuencias. También me preocupa la dinámica del PSOE que en su programa electoral recoge un plan de cohesión territorial que tal y como está formulado supone una auténtica LOAPA (Ley Orgánica de Armonización del Proceso Autónómico, aprobada en 1983). Ahí no podemos entrar. No marcamos líneas rojas, sino verdes, y éstas se encuentran en nuestro programa electoral.

– ¿Y si el PSOE no admite los planteamientos del PNV y el voto jeltzale fuera determinante, dejarían caer a Sánchez?

– Entiendo que el que se dejaría caer sería el propio Sánchez si no acepta nuestras reclamaciones. El que se tendría que mover sería él. Además, los planteamientos del PNV siempre son transaccionables, nos ponemos en el zapato del otro. Por otra parte, tenemos que escuchar su posición respecto a Euskadi, porque hasta ahora no sabemos nada de nada y en el debate tampoco se aludió a nosotros.

– ¿Qué supondría para Euskadi un gobierno PP-Vox?

– Sería negativo no solo para Euskadi, sino para todo el Estado. La tensión política se incrementaría mucho, porque habría intentos muy serios de recentralización. Vox dice lo que dice: ilegalización de partidos, algo que me trasladó Abascal directamente en el debate de la moción de censura, desaparición de la Ertzaintza, delito de sedición... En consecuencia, otras fuerzas reaccionarían. Los dos grandes partidos españoles están encauzando el Estado a una política de extremos, de conflicto y choque constante, cuando nosotros apostamos por la estabilidad y por llegar a acuerdos.

– Usted ha sugerido al PSOE que facilite gobiernos autonómicos del PP, fórmula que serviría para evitar la entrada de Vox. ¿También lo propone para hacer presidente a Feijóo?

– En Castilla y León la línea se sobrepasó por parte de los dos partidos. El PSOE tenía claro que les venía bien que el PP necesite a Vox porque así se retratan. Por su parte, Feijóo tuvo el descaro de aprobar que entraran en el Gobierno. Es decir, le importó más conseguir poder que normalizar a la ultraderecha. No pensó en un plazo medio-largo y en cohesionar a la sociedad, sino en atrapar el poder. Los dos se han situado en los extremos. En un Parlamento hay que buscar mayorías y con la ultraderecha hay que actuar como la CDU en Alemania, impedir que formen parte de la ecuación.

– ¿El PNV daría su apoyo a Feijóo para que sea investido, conformando una nueva mayoría, si Vox no entra en la ecuación?

– Nuestra prioridad es que los temas de Euskadi estén reflejados en Madrid. Los dos grandes partidos focalizan todo en la investidura, algo que se ventila en un momento, pero hay mucho más en juego, por ejemplo, que haya inversiones destinadas a Euskadi. Para ello es importante la voz del PNV porque si no nadie va a pensar, por ejemplo, en la industria vasca o en la creación de empleo aquí. Mucho menos en la defensa del autogobierno.

– Sí pero, ¿facilitarán la investidura de Feijóo si éste deja fuera a Vox?

– El PP ya ha dado el paso de pactar con Vox, lo han asumido. El voto más barato lo tiene con Vox. Ya se han retratado con ellos El planteamiento que hace Feijóo es el de 'todos a la cárcel': otra vez del delito de sedición y modificar el Código Penal. Así que esa circunstancia que me plantea no se va a dar.

– Usted se ha mostrado harto de la política de encontronazos. ¿Cómo prevé que será la próxima legislatura?

– Desgraciadamente seguirá la tónica habitual que hemos visto hasta ahora. El sistema político español se tiene que volver a reasentar. Vemos una política de regate corto, de disimulo, de marketing, de grandes anuncios que finalmente no se convierten en nada y de caricaturizar al adversario. Será una legislatura sin duda complicada y tensa.

- Algunas encuestas apuntan a que el PNV perderá un diputado en Bizkaia y que EH Bildu lo ganará. ¿Teme que les superen?

- La gente nos conoce. Sabe cómo actuamos y cuál es nuestro perfil. Somos firmes, con convicciones, pero a su vez capaces de llegar a acuerdos y de traer proyectos concretos a Euskadi. Vamos a tener un buen resultado, con la prioridad de conseguir grupo parlamentario. Aspiramos a ser la primera fuerza.

- ¿Estamos ante un cambio de ciclo, si tenemos en cuenta además los resultados en Gipuzkoa del 28-M?

- Fuimos la primera fuerza en Euskadi con el 35,2% de los votos, seis puntos por encima de la segunda. También se dijo que estábamos ante un cambio de ciclo cuando Podemos ganó en toda Euskadi y el cuando PSOE arrasó en su momento. Hay partidos que tiene picos. El PNV es más regular, puede bajar o subir un poquito, pero siempre está ahí. Esto del cambio de ciclo ya me lo han anunciado tantas veces...

- En todo caso, el escenario en Madrid ha cambiado, con PNV y EH Bildu compartiendo protagonismo. ¿Le molesta o por el contrario es mejor que la coalición se haya integrado en el Congreso?

- En la pasada legislatura fue evidente que se dio una invasión competencial del autogobierno y, sin embargo, EH Bildu, junto con ERC, votaron a favor de esas leyes. No lo entiendo, máxime en un partido que se proclama independentista. Hasta hace poco nos criticaban diciéndonos que íbamos a Madrid a por un plato de lentejas y ahora ellos van allí y se consideran importantes. También denostaban el Estatuto y el Concierto. Para ellos todo eso era una birria, y ahora reivindican competencias. Eso es bueno y para mi partido supone una victoria moral enorme.