El lehendakari arropó ayer en Arrasate a la plana mayor del PNV de Gipuzkoa en el intenso pulso que mantiene su partido con la izquierda ... abertzale en esta campaña tan polarizada. Horas antes de que se iniciara el pasado jueves la campaña el lehendakari denunció la falta de sensibilidad de la izquierda abertzale en alistar en sus candidaturas a 44 expresos de ETA, siete de ellos con delitos de sangre. Era todo un aviso a navegantes. Urkullu aprovechó ayer el acto de apoyo a Eider Mendoza para volver a pasar a la ofensiva para dejar en evidencia este débil flanco de la coalición soberanista en el inicio de su campaña, agravado sobre todo por la ausencia de explicaciones mínimamente razonadas a semejante decisión. Una polémica medida que sin duda cuestiona la credibilidad de la formación que lidera Otegi sobre anteriores pronunciamientos sobre el reconocimiento a las víctimas de ETA. Urkullu, en su interpelación a EH Bildu, volvió a poner en evidencia el endeble suelo ético por el que camina una coalición que sigue sin abjurar el terrorismo que causó 853 muertos en sus cuatro décadas de existencia.
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Arrasate fue ayer el escenario de los mítines de PNV y EH Bildu, y aún retumban por sus calles la desgarradora denuncia de Adei Carrasco, hijo del exedil del PSE asesinado hace 15 años, que en una entrevista en este periódico hace dos meses desveló cómo en su colegio le hacían 'bullying' todos los días por ser hijo de quien era. El relato de esa miserable persecución sufrida por Adei envilece cualquier posición meliflua ante semejantes vejaciones sufridas por quienes han padecido el terror en sus carnes. Viene este caso a colación porque sería inadmisible que algún día Adei pudiera comprobar con lógica indignación que el asesino de su padre estuviera en una candidatura y optara a ser concejal en su mismo pueblo.
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