Mikel Lezama: «Para apoyar a Mendoza hay que negociar si entramos al gobierno»

- ¿Cómo vivió la noche electoral?

- Con muchos nervios porque el tercer juntero estuvo bailando tanto en vuestra encuesta en El Diario Vasco como en ETB. Con un 97% escrutado veía que nos podían dar el tercero y cuando sucedió sentí una enorme alegría. Estoy muy feliz porque en unas elecciones que se presentaban como una confrontación entre PNV y Bildu para mí es una tremenda emoción y un honor que en 15 días tanta gente haya salido de esa dicotomía y haya tenido esa valentía, esa personalidad y hasta esa frescura de cambiar a un proyecto como el mío.

- ¿Qué supone volver a tener grupo propio en las Juntas?

- Supone mucho porque hemos luchado en estas elecciones contra gigantes como el PNV y Bildu prácticamente sin recursos y hemos sido la segunda fuerza que más ha crecido, un 20% con respecto a 2019. Tener grupo propio supone el comienzo de esta refundación del PP de Gipuzkoa, supone tener personalidad propia en Gipuzkoa y poder ser quienes defiendan a Gipuzkoa en España y en Europa, y no al revés como venía siendo.

- En campaña marcó cierto perfil propio anunciando, a diferencia de su partido a nivel nacional, que estaba dispuesto a llegar a pactos con EH Bildu. ¿Mantiene esa idea?

- Yo nunca he hablado de pactos. Se ha jugado mucho con esa palabra. Yo siempre he hablado de poder apoyar medidas sea con quien sea si son buenas para Gipuzkoa. Evidentemente poco o muy poco tenemos que ver con Bildu. Nosotros tenemos muy claro que queremos una Diputación de Gipuzkoa de progreso, pero también de estabilidad y eso no lo da Bildu porque ya lo demostró. Nosotros sabemos lo que es formar un gobierno, sabemos qué gobierno queremos conformar. Otra cosa es la gobernabilidad.

- ¿Ese empeño que muestra en marcar un perfil propio tiene que ver con la necesidad, de alguna manera, de desmarcarse del discurso a nivel nacional para poder crecer en Gipuzkoa?

- Pero no aquí por ser guipuzcoanos. Entiendo que eso sucede también en Bizkaia, en Álava, en Cantabria y en toda España. Eso es algo que Feijóo sabe muy bien porque en Galicia hizo política por y para Galicia. A la gallega. Nosotros aquí hacemos política a la guipuzcoana y eso suma y es lo que somos capaces de transmitir a un gobierno nacional si lo preside Alberto Núñez Feijóo. Es la capacidad de influencia que vamos a tener. A la guipuzcoana vamos a ser más escuchados en Madrid que cualquier otro.

- Muriel Larrea ya anunció tras conocer los resultados que el PP se ponía a disposición del PNV y el PSE para darle la Diputación a Eider Mendoza. ¿Lo hacen con intención de formar parte del gobierno o solo para evitar que caiga en manos de Bildu?

- En principio para entrar en el gobierno, aunque habría que negociar. Creo que sería importante que tuviéramos presencia en Diputación porque Gipuzkoa se juega muchísimo. Tenemos unos retos de futuro importantísimos y necesitamos un gobierno progresista y de estabilidad y nosotros somos perfectos porque encajamos perfectamente en ambas piezas.

- ¿Aunque parece difícil, teme que Elkarrekin Podemos pueda adelantarse y les deje fuera de ese futuro gobierno?

- Yo no descarto absolutamente nada, pero habrá que ver y cada uno deberá dar sus explicaciones. Yo he mostrado mi vocación aperturista durante toda la campaña. Sé lo que nos diferencia a todos y lo que quiero es buscar cosas en común. Otros no lo han hecho así y serán los que tengan que dar explicaciones si quieren cambiar ese rumbo. Todo es posible, pero quiero pensar que PNV y PSE apostarán por la estabilidad.

- En campaña han sido muy críticos con el PNV denunciando su, entre comillas, sumisión a Bizkaia...

- Puede quitar las comillas.

- ¿Cree que esa denuncia les ha dado réditos?

- Si algo nos diferencia a los guipuzcoanos es que somos más de hacer que de decir, pero llega un punto en el que ves las injusticias y a veces te quejas. Siempre ha habido una dependencia tremenda del PNV al Euskadiko Buru Batzar, a Bizkaia. A los vascos nos ha costado diez veces más San Mamés que Anoeta, por no hablar del soterramiento del tren, las vías de metro de Bilbao y de Donostia, los aeropuertos y, por supuesto, la Ley de Aportaciones. Cada año pagamos 60 millones de más y desde que se hizo la última corrección, 74 millones. Es una barbaridad y nadie alza la voz. Queremos lo que nos merecemos, ni más ni menos.

- ¿Esperaba los resultados de EH Bildu?

- Sinceramente me los esperaba. En los últimos años el PNV se ha encontrado muy cómodo con el crecimiento de Bildu, a los que en su día dejó gobernar. Yo no vi al PNV de Ortuzar ni al PNV de Egibar frenando a Bildu. Ahora bien, una vez Bildu dio el salto a la política nacional, ¿qué es lo que les diferenciaba? Probablemente el modelo económico. Pero ha llegado un punto en el que para los nacionalistas Bildu juega el mismo papel que el PNV, por lo tanto a mí no me ha sorprendido. Es algo que hemos dicho hace tiempo que podía pasar y por eso me alegro de que hayamos mejorado en representatividad y podamos ser llave de gobierno en Juntas Generales para evitar que Bildu entre.

- ¿Cree que el PP ha recuperado entonces ese papel que tuvo hace años de dique de contención del nacionalismo?

- Espero que sí. De hecho nuestra intención es romper con esa uniformidad que dice que ser guipuzcoano es esto y ser vasco es esto otro. Ser guipuzcoano es ser lo que cada uno quiera porque cada uno lo siente a su manera. No me gusta utilizar palabras como dique de contención, simplemente queremos romper con dinámicas. No queremos una Gipuzkoa monocolor.

- ¿Le ha sorprendido que la inclusión de exetarras en las listas de EH Bildu no les haya pasado factura?

- No me ha sorprendido pero sí que me ha apenado. Intuía que no les iba a afectar y es una pena porque me parece, y siento sonar fuerte, de una enorme bajeza moral.

- A nivel personal, ¿qué supone para usted, un candidato nuevo, con poco bagaje, de un partido que llevaba años pasándolo mal, este resultado?

- Un orgullo.... (se emociona). Es que se ha sufrido mucho. Soy nuevo, llevo cuatro años en política y no ha sido fácil porque vengo de una etapa en la que prefiero no meterme. En esta etapa tan polarizada y en 15 días, porque no he tenido más tiempo, que la gente haya confiado en mí es indescriptible. Ahora mismo no hay mayoría absoluta que supere mi sensación.

La noche se alargó para Mikel Lezama y muchos de los que forman el Partido Popular en Gipuzkoa, que ayer apenas habían podido dormir unas pocas horas tras la larga celebración por los resultados electorales. Por la mañana tocaba recoger la sede cuando escucharon que Pedro Sánchez iba a comparecer a las once de la mañana.

La sorpresa que se llevaron con el anuncio por parte del presidente del Gobierno de la convocatoria electoral el próximo 23 de julio fue monumental, no en vano no solo opacaba el éxito del candidato popular a la Diputación de Gipuzkoa, sino que obligaba a poner desde ya mismo en marcha toda la maquinaria que tiene que ver con el voto por correo.

«Lo hemos recibido con mucha sorpresa», confesó Lezama. «No ha habido tiempo para la reflexión y el respiro y ya estamos con anuncios electorales».

En su opinión, este movimiento del presidente del Gobierno tiene un motivo: «Creo que ha sido un ejercicio de Pedro Sánchez, que ha visto que hay una tendencia que apunta a un cambio de ciclo y a una ruptura aún mayor que la que había en los partidos de izquierda, para no dejar hablar de esa debacle y para liderar esa ruptura de la izquierda anunciando que el voto útil es él. Pero sinceramente pienso que la sociedad está agotada de tantas elecciones y no sé hasta qué punto es positivo no dejar un respiro. Veremos qué sucede, pero todo parece bastante atropellado», señaló un Lezama con la agenda cargada.