¿Quién será la diputada general de Gipuzkoa?

Por el momento, no está concretada la fecha para la constitución del nuevo gobierno de Gipuzkoa, aunque los plazos legales apuntan a finales de junio. Para ello, la persona candidata deberá tener en primera votación la mayoría absoluta de los votos, es decir, al menos 26 de los 51 escaños. En caso de no alcanzarla, se procederá a una segunda votación en la que será designada diputada general quien obtenga mayoría simple. En este escenario, en caso de empate, saldría vencedora la candidata de la lista más votada.

Maddalen Iriarte fue una de las grandes vencedoras de la noche, aunque sus posiblidades de llegar a la Diputación foral son limitadas. EH Bildu logró 22 junteros, es decir, cinco más que en los anteriores comicios. Durante su comparecencia tras conocer los resultados ayer por la noche, la candidata de la coalición abertzale señaló que abrirá las negociaciones para lograr «un gobierno de progreso». Pero los números solo le dejan dos opciones para liderar la institución foral.

La primera es acudir a una primera votación contando con los apoyos del PSE-EE, que ha obtenido siete escaños. La suma daría 29 asientos. Este escenario de gobierno bipartito es numéricamente factible, si bien chocaría con las declaraciones realizadas por el candidato socialista durante la campaña.

De hecho, José Ignacio Asensio apuntó durante el debate foral organizado por DV, que sus líneas rojas para apoyar un gobierno serían «que fuera estable, progresista y con un mínimo ético, para que no suceda lo que ha ocurrido con las listas de EH Bildu», en referencia a los 44 expresos de ETA que figuran como candidatos de EH Bildu, siete de los cuales terminaron por ser retirados por tener delitos de sangre.

Estas declaraciones invitan a pensar que los socialistas guipuzcoanos, a priori, no apoyarán la candidatura de Iriarte, y únicamente con los votos de Elkarrekin Podemos, se quedaría a dos puntos de la mayoría absoluta. Esto le deja a la candidata de la coalición soberanista una única opción con demasiados flecos sueltos: llegar a una segunda votación, contar con el apoyo de la formación morada, y que el PP no apoyara a la combinación del PNV-PSE-EE. En este escenario, a empate de votos, Iriarte resultaría vencedora de la pugna al ser la candidata más votada.

El PNV tiene claro que no repetirá su postura de 2011 y que no dejará gobernar a EH Bildu, pese a haber perdido tres escaños respecto a 2019, y situarse en 17. El bipartito formado por jeltzales y socialistas que ha gobernado la Diputación los últimos ocho años, suma ahora 24 junteros, por lo que Eider Mendoza deberá contar con una tercera fuerza que le permita alzarse con la institución foral en una primera vuelta.

La llave en este caso la tendrían el PP o Elkarrekin Podemos. La formación liderada por Mikel Lezama fue otra de las ganadoras de la noche, logrando tres junteros, dos más que en 2019. La combinación PNV-PSE-PP alcanzaría los 27 escaños, y los populares parecen dispuestos a tender su mano. «Apoyaremos siempre todo lo que sea bueno por y para Gipuzkoa y los guipuzcoanos. Sin ningún tipo de mochila, con absoluta libertad», apuntó Lezama en el debate foral organizado en Diariovasco.com.

Eider Mendoza tiene otra opción sobre la mesa, y es contar con los apoyos de PSE-EE y Elkarrekin Podemos, para alcanzar los 26 votos que le permitan gobernar. Ahora bien, la candidata de la formación morada, Miren Echeveste, advirtió de que su apoyo estará condicionado por tres cuestiones: «refuerzo de los servicios públicos, una apuesta por la transición ecológica y la igualdad, y una reforma fiscal». Esta tercera línea roja es la que a priori dificulta que puedan llegar a un punto de encuentro con el partido jeltzale.

Si el PNV desea conservar la Diputación guipuzcoana deberá evitar a toda costa llegar a una segunda vuelta, ya que si los populares se abstuvieran, un posible empate de votos con la combinación EH Bildu-Elkarrekin Podemos, le daría el liderazgo a Maddalen Iriarte, al ser la candidata más votada.