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Tender puentes

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Gane quien gane el martes, la pregunta urgente de cómo volver a forjar consensos básicos debería tener respuesta

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Sábado, 31 de octubre 2020, 00:10

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Estados Unidos atraviesa uno de los períodos de su historia con más divisiones internas que se recuerda. La crisis ha ahondado un conjunto de grietas que la debilitan, económicas, sociales, raciales y también políticas. Republicanos y demócratas viven en dos mundos separados, sin intersecciones ni pasarelas entre ellos. No solo alcanza la escisión a los legisladores y activistas de cada partido, sino a muchos ciudadanos que se encuadran en uno u otro credo. Incluso el aspecto físico en no pocas ocasiones delata las preferencias ideológicas. En la recta final de la campaña, es llamativa la creencia apasionada de muchos militantes de que su candidato no puede perder y su convencimiento de que el rival encarna todos los males del universo. Joe Biden mantiene la esperanza de jubilar a Donald Trump con algún fundamento, porque las encuestas le dan una ventaja razonable y se han mantenido constantes durante semanas.

En los últimos días, acaricia una victoria en Texas, un bastión republicano, y ha consolidado su ventaja en Pensilvania, algo esencial para eliminar del todo las posibilidades de que su rival continúe cuatro años más en la Casa Blanca. Pero los republicanos hacen ver que los mítines multitudinarios de un inagotable presidente y las largas colas para votar de miles de seguidores trumpistas es una señal inequívoca de que los sondeos se equivocan. Gane quien gane el martes, la pregunta urgente de cómo volver a forjar consensos básicos debería tener respuesta. Se hace campaña profundizando en las diferencias, pero se gobierna con eficacia llegando a acuerdos con la oposición. Nada sencillo en una sociedad cuyos miembros tienen cada vez menos confianza en las instituciones y se sienten más inseguros ante el futuro, no solo por la labor destructiva de Trump en estos últimos cuatro años. La creciente desigualdad económica, la desaceleración de la movilidad social, la desintermediación de la política por el impacto de las redes sociales, la pérdida de la fe en los expertos, son fenómenos que van más allá del mandato populista que ahora termina. La labor de tender puentes del presidente que salga de las urnas será tan difícil como necesaria.

José M. de Areilza es doctor en Derecho por la Universidad de Harvard, Secretario General de Aspen Institute España, miembro del Colegio de Abogados de Nueva York y profesor de ESADE.

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