Urkullu censura a EH Bildu por «mirar a otro lado o jalear» hechos violentos

El candidato del PNV a la reelección como lehendakari, Iñigo Urkullu, lamentó ayer que en la Euskadi de 2020 haya quienes «ante unas vulneraciones de derechos humanos pongan el grito en el cielo y ante otras miren para otro lado y las jaleen o aplaudan». Urkullu pronunció estas palabras en el acto electoral celebrado en el edificio Tabakalera de San Sebastián, en el que también intervinieron la cabeza de lista por Gipuzkoa, Bakartxo Tejeria, y el presidente del EBB, Andoni Ortuzar. Entre los asistentes se encontraban el diputado general, Markel Olano, y el alcalde de Donostia, Eneko Goia.

Las palabras del candidato jeltzale se enmarcan en el encontronazo producido entre su partido y EH Bildu a cuenta de los incidentes ocurridos el pasado viernes en el acto electoral de Vox en Sestao, unos hechos que se han colado de rondón en la campaña y llevan camino de convertirse en el eje central. En la localidad vizcaína resultó herida en la cara por una pedrada la diputada de Vox Rocío de Meer. Urkullu condenó el ataque, una actitud que fue calificada de «equidistante» por Maddalen Iriarte, la candidata a lehendakari por EH Bildu. La coalición, lejos de condenar los incidentes, afirmó que «frente a quienes bombardearon Gernika no vale la tolerancia».

Urkullu, en referencia a EH Bildu, aunque sin citarla, denunció con tono enérgico que la actitud de la coalición «es inaceptable, no hay dos varas de medir los Derechos Humanos. El compromiso ético nos atañe siempre y en todos los casos». El candidato recordó que hace cuarenta años Nestor Basterretxea y otras 32 personalidades de la cultura vasca firmaron el 'Manifiesto de los 33'. Entre ellos Eduardo Chillida, Koldo Mitxelena, Xabier Lete, José Miguel Barandiaran, Julio Caro Baroja, Manuel Lekuona o Martin Ugalde. «El Manifiesto 'Garaiz gabiltz; todavía estamos a tiempo' –subrayó Urkullu– fue un grito desgarrador de 33 nombres propios de la cultura vasca. Un grito angustioso que clamaba contra el uso de la violencia y apostaba por la democracia, el respeto a los derechos humanos y la convivencia». Urkullu reprochó que fue una llamada que sus destinatarios «no atendieron y causó a sus firmantes el desprecio y el rechazo de quienes, pasados cuarenta años, siguen sin querer reconsiderar su actuación».

En este sentido, resaltó que «no debemos olvidar el pasado. Tenemos que construir un nuevo futuro asentado en los valores de la cultura de la paz, la convivencia y los derechos humanos. Frente a la razón de la fuerza; el compromiso ético y democrático».

El presidente del EBB, Andoni Ortuzar, abundó en la misma cuestión. El líder del partido pidió «respeto» a las ideas «evitando la bronca, el lío innecesario, la trifulca o el follón. Respeto para plantear ideas y programas, cualquiera que sean». Ortuzar recordó que se celebraba el Día Internacional del Orgullo LGTBI, para quienes también pidió respeto.

Urkullu, una vez lanzado el mensaje del «compromiso ético», centró su discurso en la necesidad de apoyar a la cultura. En el marco de Tabakalera, el histórico edificio donostiarra rehabilitado para convertirse en un referente en este ámbito, el candidato reconoció el enorme impacto que ha sufrido este sector desde que se desató la pandemia, un sector que por cierto ha sido muy crítico con las instituciones por sentirse abandonado. Urkullu, consciente de este malestar, aseguró que «ahora tenemos que ayudar a levantar la cultura y su industria. Es el momento de devolverle lo que nos da día a día. No dejaremos caer la cultura de Euskadi», enfatizó.

Urkullu terminó su alocución recordando que «esto no se ha acabado» –en referencia a la pandemia– y subrayó que frente a una «minoría ruidosa empeñada en poner palos en las ruedas, quejarse y buscar culpables, solo hay una manera de salir: trabajando en equipo».

En su turno, el presidente del EBB apeló, al igual que hizo el sábado, a sudar la camiseta de la selección vasca. Ayer no se la enfundó, pero volvió a pulsar la tecla de las esencias. «Somos abertzales de manos a la obra –destacó Ortuzar–. Abertzales con el buzo puesto y la camiseta de la selección. De construir ladrillo a ladrillo, piedra a piedra». Ortuzar incidió en el reto que lanzó Urkullu el sábado, volver a situar el paro por debajo del 10% y no recortar los recursos para familias y empresas, reconociendo que para lograrlo «deberemos endeudarnos».

La cabeza de lista por Gipuzkoa, Bakartxo Tejeria, destacó que la respuesta dada por las instituciones y la ciudadanía a la pandemia «nos lleva a concluir que somos un pueblo solidario y responsable, que sabe enfrentarse a los desafíos, capaz de sobreponerse a las adversidades».