Los partidos renuevan sus programas para el 12-J y priorizan la sanidad, los cuidados y la reactivación económica
La inusual campaña por la crisis del coronavirus se centrará en las estrategias para evitar daños similares en futuras epidemias y en las medidas urgentes para recomponer Euskadi
La crisis del coronavirus ha supuesto un mazazo de primer orden para una sociedad vasca que, de forma mayoritaria, vivía confiada en las bondades ... de un entramado institucional, económico y social solvente capaz de protegerla de cualquier adversidad. Reflejo de esa ausencia de problemas graves tras el fin de ETA eran unos partidos ocupados en debates identitarios, 'alta política' (nuevo estatus), o en buscar fórmulas para preparar la Euskadi del futuro aprovechando la tranquilidad del presente. Así, a las fallidas elecciones del 5 de abril las distintas formaciones acudían con programas centrados en el tipo de relación que Euskadi debe tener con España, o en cómo cumplir de la manera más efectiva posible con los Objetivos de Desarrollo Sostenible establecidos por la ONU para 2030.
El virus de Wuhan ha hecho saltar todo por los aires. Las luces largas en la autopista se han tornado por necesidad en cortas para alumbrar una empedrada carretera comarcal llena de curvas. La mirada ya no se dirige de manera prioritaria a 2030, sino a mañana y pasado mañana. Y no podremos ir a 120, sino a 60.
Reconstrucción
Las prioridades, preocupaciones y preguntas del votante a las que hay que dar respuesta están más que nunca relacionadas con su realidad diaria tangible, con las 'cosas del comer'. Por ello, todos los partidos han actualizado sus programas electorales de cara a la cita con las urnas del 12 de julio. Se incluyen medidas que ni se habían planteado hace tres meses, se da más realce a otras, se aceleran plazos para lograr determinados objetivos, y se incorporan planes de choque, emergencia o reconstrucción (cada uno lo llama a su manera).
Las preocupaciones del votante están hoy más relacionadas que en abril con las 'cosas del comer'
cambio de paradigma
Una legislatura que se presentaba fácil de digerir en lo tocante a la administración ordinaria de los recursos públicos, van a ser cuatro años de vértigo. Un mandato que exigirá al próximo Gobierno Vasco gran diligencia en la gestión del día a día y capacidad de adaptación a un escenario tan inédito como imprevisible, sin perder de vista la necesidad de seguir construyendo la Euskadi de la próxima generación.
Tres son los principales asuntos que marcarán el debate de la campaña y la acción política de la legislatura 2020-2024: el sistema sanitario, el modelo asistencial a mayores y dependientes, y cómo afrontar una crisis económica de alcance todavía desconocido con unos recursos mermados en un escenario de caída histórica de la recaudación y necesidad urgente de incrementar el gasto social y de impulso económico.
No es casualidad que estos tres sean los principales focos de atención. Los dos primeros se corresponden con carencias descubiertas a raíz de la epidemia. El ataque del coronavirus ha sobrepasado y tensionado al sistema sanitario vasco y al modelo asistencial de residencias, y ha dejado al descubierto la necesidad de reforzar los servicio de atención primaria, cuestión en la que están de acuerdo casi todos los partidos. Y la crisis económica es una consecuencia directa del parón que ha producido el estado de alarma, que amenaza con llevarse por delante miles de empresas, negocios y empleos.
Los programas incluyen medidas inimaginables hace tres meses y planes de choque ante la recesión
Novedades
Es en esos terrenos donde se va a jugar la partida. Y donde PNV, EH Bildu, Elkarrekin Podemos, PSE y la coalición de PP y Ciudadanos van a tratar de convencer a los electores de que sus planteamientos son los más adecuados para salir del atolladero en que nos ha metido el Sars-Cov-2.
Los argumentos
A falta de que haga público esta semana su programa electoral, el lehendakari Urkullu volverá a apelar a la confianza de los electores en el «modelo PNV: gestión eficaz, instituciones sólidas y un proyecto claro para superar esta crisis». Seguridad frente a aventuras desconocidas. El candidato a la reelección presentará como aval haber cumplido su promesa de situar (antes de la llegada del virus) el paro en Euskadi por debajo del 10%; unas cuentas saneadas que dan margen para que Euskadi pueda ahora endeudarse y aplicar políticas expansivas de aumento de la inversión productiva y el gasto social; una gestión sanitaria que a pesar de que Euskadi haya sido uno de los focos más importantes de contagios no ha colapsado los hospitales; y una política social, con la RGI como punta de lanza, que ha servido de modelo para iniciativas similares, como el recién aprobado Ingreso Mínimo Vital en el conjunto del Estado. Los jeltzales, por otro lado, prometen no hacer recortes, anticipándose a los augurios que ya lanzan los partidos de la oposición.
Entre los pocos consensos está el de la necesidad de reforzar los servicios de atención primaria
Osakidetza
Entre ellos EH Bildu, que defenderá que «nuevos problemas requieren nuevas soluciones». La coalición soberanista discute que no haya habido recortes en Sanidad, Educación y políticas sociales, y considera que las carencias que han salido a la luz con la emergencia sanitaria son consecuencia de las políticas de austeridad que siguieron a la crisis de 2008, los recortes y las privatizaciones. Ante este modelo que califica de «neoliberal y ecodepredador» y que considera «agotado», propondrá una alternativa basada en un reforzamiento del sector público y en un sistema impositivo «más solidario», con la inclusión, entre otras medidas, de una «fiscalidad verde» y una Tasa Covid en el IRPF, Sociedades, Patrimonio y Sucesiones, para que «los que más pueden contribuyan más».
La Tasa Covid
También a favor de la Tasa Covid, de una «fiscalidad verde» y de un nuevo modelo socioeconómico está Elkarrekin Podemos, que estima que tras el estado de alarma «no podemos volver a la vieja normalidad de precariedad, desigualdad y contaminación» y, entre otras medidas, propone «blindar» el gasto en Sanidad y Educación destinando a estas materias un mínimo del 7% y el 6% del PIB, respectivamente.
El PSE, socio de Gobierno del PNV, admite que «el paradigma ha cambiado» y que la legislatura que viene debe ser «de reconstrucción». Ante ello, ha diseñado un programa sobre tres ejes fundamentales: Salud, Economía-Empleo, y políticas sociales bajo el epígrafe 'No dejar a nadie atrás'. Entre otras medidas, plantea la revisión de los sistemas asistencial y sanitario, o inyectar fondos en la economía a través de planes Renove como los que impulsó Patxi López para coches, electrodomésticos, calderas, renovación de edificios, máquina-herramienta, etc.
La coalición de PP y Cs criticará las subidas de impuestos que plantean otros partidos y apostará por una «fiscalidad favorable» para «aliviar» la situación de ciudadanos y empresas y fomentar así el consumo y la reactivación económica. También incidirá en el «clientelismo» y las «corruptelas» del PNV, abogando por reducir el «gasto superfluo» priorizando la recuperación y el empleo.
Las propuestas
PNV
5.000 millones extra para amortiguar la crisis y «sin recortes»
El PNV guarda con celo su programa electoral, que presentará esta semana. A falta de medidas concretas, sí ha dejado entrever que en esta situación excepcional no tendrá reparo en relajar la disciplina fiscal de la que siempre ha hecho gala y endeudarse para promover una política expansiva que revitalice la actividad, el empleo, y permita cubrir las necesidades de política social. Los jeltzales estiman que con un endeudamiento de 2.000 millones más la ayuda procedente de Madrid y Bruselas, se podrá contar con 5.000 millones extra. A pesar de las dificultades, afirman que «no habrá recortes».
EH Bildu
Un cambio de rumbo con más sector público y nuevos impuestos
EH Bildu propone «fortalecer» el sector público, principalmente la Sanidad y la Educación, con más personal sanitario y docente. Así, plantea consolidar 7.000 plazas temporales en Osakidetza y 10.000 profesores más para el próximo curso. Para aumentar los ingresos, defiende desarrollar una «fiscalidad verde» y, hasta que se produzca una reforma fiscal, aboga por instaurar una Tasa Covid, un recargo en los tramos altos del IRPF, en el Impuesto de Sociedades para las empresas que mejoren sus resultados más de un 10% anual, y en los impuestos de Patrimonio, y Sucesiones y Donaciones.
Elkarrekin Podemos
12.750 millones para crear 28.000 puestos de trabajo
Elkarrekin Podemos propone un plan de choque cuyo principal argumento es invertir 12.750 millones de euros durante la legislatura con los que se crearían 28.332 empleos. La mayoría (22.700) a través de un 'plan de empleo público garantizado'. Por áreas, serían 4.000 en la Sanidad Pública, 2.750 por la integración de las residencias en el sistema sociosanitario, y 9.000 en Educación con un plan de refuerzo de plantillas, recursos e infraestructuras. Para financiarlo, plantea nuevos impuestos «verdes», una Tasa Covid, y un endeudamiento de 4.000 millones este año y 2.000 en 2021.
PSE
El reto de dar una «respuesta integral» a los dependientes
Reorganizar el Sistema Vasco de Salud, incrementar la plantilla de Osakidetza con al menos la mitad de los contratos eventuales actuales, o fijar un 'stock' mínimo de reserva estratégica de material sanitario son algunas medidas que proponen los socialistas vascos. En cuanto a las residencias, llaman a reflexionar sobre la idoneidad de integrar el sistema de cuidados en el sanitario para dar una «respuesta integral» a los dependientes, y a revisar el modelo para facilitar los cuidados en casa y que cada persona «decida dónde quiere ser atendida». Para animar la actividad, se apuesta por los planes Renove.
PP+Ciudadanos
Claridad en el empleo público y apoyo a familias y empresas
La coalición PP+Cs aboga por «gestionar mejor» y «de forma transparente» el empleo público antes de pensar en incrementarlo. Apoya la convocatoria de OPEs en Osakidetza y Educación que consoliden puestos necesarios y acaben con las bolsas «que suenan a colocaciones a dedo». Apuesta por apoyar a las familias y a las empresas con «menos impuestos, más ayudas directas y planes de conciliación reforzados para facilitar el teletrabajo a quien lo necesite». También por aligerar «gasto superfluo» en la Administración y «revisar todo lo que ha fallado, como Osakidetza o Lanbide».
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