Miren Gorrotxategi: «La sociedad vasca está preparada y madura para un tripartito de izquierdas»
Candidata a lehendakari por Elkarrekin Podemos ·
«Desde que existimos nos han dicho que no es posible, pero nosotros somos perseverantes y persistentes y no vamos a cejar en ese objetivo»En una campaña atípica, con mascarillas y mítines con aforo limitado, Miren Gorrotxategi (Abadiño, 1967) es la única cara nueva entre los aspirantes a ... Ajuria Enea. La candidata de Elkarrekin Podemos no siente que sea una desventaja y sale a por todas, dispuesta a traer el «cambio» y la «renovación» a Euskadi, pese a que el viento de los sondeos no sopla a su favor.
-En una campaña atípica como esta, ser la debutante, ¿es una desventaja?
-Es verdad que lo soy, pero no lo siento así. Es una situación más de una campaña en la que la comunicación es el reto.
-¿Qué quiere transmitir Miren Gorrotxategi?
-La necesidad de un cambio en Euskadi. El PNV es un partido que hace muchas cosas bien pero se trata también de una formación profundamente de derechas. Siempre que se enfrenta a decisiones económicas hace prevalecer los intereses de Confebask en lugar de los de la mayoría social vasca. Cuarenta años en el poder corrompen y el clientelismo en Euskadi es conocido y asumido por toda la población.
-Acusan a Urkullu de haber realizado recortes. ¿Ustedes los descartan? ¿Hubieran gestionado la crisis de otra manera?
-Absolutamente. Entre otras cosas, sabemos que una situación de crisis social y económica exige un mayor gasto y que se van a recaudar 3.000 millones de euros menos en impuestos. Los recortes desde un punto de vista político y de justicia social son inadmisibles, pero también desde el punto de vista económico. Lo vimos en la gestión de la anterior crisis. Los recortes produjeron mucho sufrimiento, desigualdad, pobreza y exclusión social, y no sirvieron para revitalizar la economía. Nosotros proponemos otras alternativas.
-¿Como cuáles?
-La Tasa Covid. Nadie se hace rico en una isla desierta o sin el apoyo de un sistema económico, social, fiscal y político que le ayuda y favorece. Esa opción tiene que ser correspondida con responsabilidad. Si siempre debe ser así, ahora mucho más. En Euskadi hay una reforma pendiente de la política fiscal porque es injusta y no es suficientemente progresiva. Tenemos que caminar hacia una mayor progresividad y un mejor reparto de las cargas.
-Pero la fiscalidad es una competencia de las Juntas Generales y no del Gobierno Vasco...
-Es verdad que son las haciendas forales quienes la gestionan, pero también que el Parlamento Vasco tiene competencias. El Estatuto de Autonomía recoge la capacidad de generación de impuestos y lo vamos a aprovechar.
-¿Hasta qué punto habría que endeudarse?
-Nuestros economistas han calculado que con 4.000 millones de euros se podría hacer frente a la bajada de ingresos por la vía de los impuestos ordinarios y generar empleo público para revitalizar el mercado.
-Una medida de este calado precisaría el visto bueno de Madrid. ¿Han iniciado las gestiones?
-Así es, otorgar capacidad de endeudamiento por encima del techo del gasto del 3% es algo que tiene que posibilitar el Gobierno central.
-¿Pero lo han tratado?
- Negociar con el Ejecutivo central esa capacidad de endeudamiento corresponde a las instituciones autonómicas, en este caso, el Gobierno Vasco.
-Desde su primera comparecencia como candidata el 2 de marzo, en cada ocasión que ha tenido ha planteado de la necesidad de un tripartito de izquierdas, pero EH Bildu y PSE-EE han rechazado una y otra vez esa idea.
-Escucho a los líderes de los otros partidos y soy consciente de que las probabilidades no son altísimas, pero claro que es posible. No hay que olvidar que cuando Patxi López afirmaba que no pactaría con el PP, al final lo hizo. Por otra parte, todos recordamos cuando Pedro Sánchez dijo que no dormiría tranquilo si tuviera a Pablo Iglesias de vicepresidente. Sin embargo, uno pactó para ser lehendakari y el otro lo ha hecho para ser presidente.
-Otegi asegura que pensar en un tripartito es «ciencia ficción».
-Es un miedo y una inercia que tiene porque en cuarenta años no han sido capaces de llegar a un acuerdo. Cuando decimos que somos el partido del 'sí se puede' es porque lo hemos demostrado. También dijeron que no llegaríamos al Congreso, que no podríamos llevar adelante una moción de censura o estar en el Gobierno. Desde que existimos nos han dicho que no se puede y nosotros, como tenemos clara la hoja de ruta y no debemos nada a nadie, somos persistentes, perseverantes y no vamos a cejar. La objetividad de la realidad nos da la razón. En Euskadi nos están diciendo que no se pueden acercar las dos orillas de PSE y EH Bildu y nosotros creemos que sí.
-¿Realmente ve a EH Bildu más cerca de un proyecto de izquierdas que de uno nacionalista identitario?
-EH Bildu tiene esos ejes políticos y ha priorizado el identitario sobre el de izquierdas. Es lo mismo que ha hecho el PSE. Por eso hablo de esas sinergías y de que es la hora de que las abandonen porque están muy condicionadas a la existencia de ETA, pero hace diez años que ETA no existe. Los pasos que la sociedad ha dado para abandonar esos condicionantes y hacia la normalización tienen que trasladarse a los partidos políticos.
-Durante la precampaña hubo ataques a sedes y al domicilio de la propia Mendia, que ya dijo que no puede gobernar con quien no condena la violencia.
-Resulta difícil de comprender que EH Bildu no haya podido transitar en ese proceso de normalización y aceptación de esta palabra. Pero creo que es una cuestión interna de esta coalición que llegará en cualquier momento. El contenido, la acepción, sí lo han asumido, pero con otras palabras. Es perfectamente posible gobernar con EH Bildu, aunque no utilice la palabra condena porque emplea otras que significan exactamente lo mismo. Hay que dejar que pueda completar su proceso interno. Utilizar como línea roja infranqueable el uso de la violencia con fines políticos está absolutamente cubierto.
-Urkullu critica el tripartito de izquierdas porque es «anacrónico y obsoleto», y dice que nadie le va a dar lecciones en materia social.
-Es curioso que lo tilde de anacrónico y obsoleto y, sin embargo, se arrogue esa característica para hablar de sí mismo en materia social. ¿Que es de izquierdas? Todos los avances sociales que existen en Euskadi, la RGI por ejemplo es uno de ellos, no le corresponden al PNV. En todo caso, si los jeltzales han hecho algo con la RGI es empobrecerla en los últimos años, sobre todo desde la última crisis económica. Todavía en Euskadi no se ha recuperado la cercanía de la RGI al salario mínimo interprofesional. Los recortes son notables. El 30% de las personas que podrían recibir la RGI no lo están haciendo, un tercio de las que la reciben no consiguen salir de la pobreza y todo esto se debe a los recortes de los últimos años.
-Mantiene su intención de llamar el 13 de julio a Mendia y a Iriarte para conformar ese gobierno progresista.
-Si los números dan, sí.
-Si el tripartito no se produce, ¿sería un fracaso?
-Sería una gran decepción y un fracaso para la ciudadanía vasca porque cuando deposita un voto de izquierdas, lo que espera es un Gobierno de izquierdas y no que siga el PNV. En cuarenta años de democracia la ciudadanía vasca ha votado mayoritariamente y nunca hemos sido capaces de conformar un Gobierno de izquierdas. Ya sabemos por qué, el obstáculo que ha existido hasta ahora. Hace diez años que ETA no existe y la sociedad está preparada y absolutamente madura para iniciar esta andadura y superar las inercias del pasado. Lo que debe primar en este momento más que nunca es que las izquierdas dejen de un lado lo que les separa y den relevancia a lo que les une.
-Si se alcanzara el pacto, supondría sacar de Ajuria Enea al socio preferente del Gobierno de coalición en Madrid. ¿Es posible conjugar las dos opciones?
-Absolutamente. El Parlamento Vasco tiene una composición y el Congreso otra y las relaciones entre las fuerzas políticas son distintas. Si el PNV no apoya al Gobierno de coalición estaría optando por uno formado por el PP, Vox y Ciudadanos. Es legítimo que haga esa apuesta, pero tendría que aclararlo. De todos modos, Urkullu ya ha dicho que le parecería bien, que no sería raro pactar con Ciudadanos. Creo que es un discurso que aquí no sería muy entendible.
-Tanto PSE como Elkarrekin Podemos se arrogan la gestión del Gobierno de coalición. ¿Qué proyección puede tener en Euskadi? ¿A quién beneficia más?
-A los ojos de toda la cuidadanía ha quedado bastante clara la autoría, paternidad y maternidad de medidas como el Salario Mínimo Vital y los ERTE.
-¿Por qué es más útil un voto a Elkarrekin Podemos?
-Porque somos capaces de algo que no han podido hacer ni EH Bildu ni PSE, que es armonizar los ejes identitario y social. El PSE que gobierna con Urkullu no ha tenido ninguna incidencia en la cuestión social. Los vascos no son ni conscientes de que el PSE está gobernando con el PNV.
-En su propuesta de tripartito, ¿dónde quedaría el derecho a decidir?
-Es una cuestión fundamental que deriva directamente del principio democrático y que se aplica a todos los ámbitos, también al identitario.
-Al final de 2019, Elkarrekin Podemos facilitó los presupuestos de 2020 desde la oposición y firmó el nuevo estatus. ¿Está de acuerdo?
-No estaba en el momento en el que había que acordar los Presupuestos y no importa lo que hubiera hecho yo en ese momento. Las cuentas se aprobaron y es ley a la que estamos obligados y sujetos todos. No existe ninguna posibilidad de cuestionarlos.
-¿Qué posición va a mantener si no entra en el Gobierno?
-La política consiste en llegar a acuerdos entre diferentes, sobre todo, cuando no existen mayorías absolutas. Estamos condenados a negociar. La cuestión es sobre qué materias, en qué términos y con qué objeto.
-¿Le preocupa la abstención?
-Muchísimo. La legitimidad del resultado es menor cuanto menor es la participación. Por eso decíamos que era precipitado convocar elecciones.
-La mayoría de las encuestas le dan una tendencia a la baja.
-En este contexto de pandemia es muy difícil hacer pronósticos. El CIS habla de un abanico de entre 11 y 13 parlamentarios y me quedo con esa tendencia a la subida.
-¿Con qué resultado se daría por satisfecha?
-No pongo ningún límite, ni por arriba ni por abajo.
«Pintar mandalas y hacer sudokus me ayudaba a desconectar»
La dirigente morada pasó el confinamiento en el domicilio familiar de Durango que comparte con su pareja, Igor, y sus hijos adolescentes, Paul y Maren. Una oportunidad para compartir espacio con ellos y recuperar parte del tiempo que en las última fechas no había podido ofrecerles por los compromisos políticos que debía atender. El adelanto de las elecciones autonómicas al 5 de abril provocó que Podemos Euskadi realizara su proceso de primarias para designar a su candidata a lehendakari prácticamente a la carrera, lo que implicó largas jornadas de trabajo y reuniones para Miren Gorrotxategi y su equipo. «Febrero fue muy intenso», recuerda.
Confinada desde el 15 de marzo, pasó «mucho tiempo» en su balcón. Un espacio desde el que homenajear al personal indispensable que se enfrentaba a la Covid-19, pero también desde el que otear algunas de las montañas a las que tanto le gusta ir, leer libros o informes de trabajo y desconectar. «Pintar mandalas y hacer sudokus -recuerda- era lo que más me ayudaba».
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