«Sería lógica una fórmula de gobierno como la que funciona en Pamplona y Navarra»
«Ya hay suficiente incertidumbre respecto al futuro como para azuzar el voto del miedo, no creo que la sociedad necesite este mensaje»
Pello Otxandiano encara el final de la campaña electoral con las manos abiertas para llegar a acuerdos con todos los partidos y no descarta un pacto de gobierno con el PNV si estos viran hacia «políticas progresistas» y «una agenda nacional ambiciosa». A lo que se cierra en banda es a actualizar esta entrevista —realizada hace una semana— y a responder a las polémicas declaraciones en las que el candidato a lehendakari de EH Bildu se negó a calificar a ETA como banda terrorista.
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– Andueza, candidato del PSE, ha aclarado que no va a gobernar con EH Bildu. ¿En caso de que ganen las elecciones y no reciban el apoyo de los socialistas estaría en peligro el respaldo de la coalición abertzale a Pedro Sánchez?
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Nació 1983. en Otxandio (Bizkaia) en Padre de dos hijas. Su bisabuelo murió en el bombardeo de la Legión Condor en su pueblo en 1936.
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Licenciado y doctorado en Ingeniería de Telecomunicaciones por la Universidad de Mondragon.
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Empezó su trayectoria política en 2011, cuando fue elegido concejal de EH Bildu en Otxandio. Ha sido director de programa del partido.
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Se presenta por primera vez como candidato de EH Bildu a lehendakari.
– En ningún caso. Nosotros no hacemos política convencional, no intercambiamos cromos y hacemos política con propósito. La voluntad de nuestra presencia en Madrid es conocida y es cerrar la puerta a un posible Gobierno de extrema derecha. Lo mismo ha sucedido en Navarra, donde hemos echado a la derecha reaccionaria representada por UPN. La nueva política que necesita esta parte del país, que tiene que ser de cooperación, responde a un proyecto de país. Hasta ahora no se ha puesto en marcha porque el PSE ha decidido seguir haciendo lo mismo, pero quien sale perdiendo no es EH Bildu, sino la sociedad vasca.
– ¿Mantiene la propuesta que hacía en precampaña para que gobierne la lista más votada?
– Ese planteamiento se engloba en una propuesta más amplia. Demos paso a una política de cooperación y dejemos de lado coaliciones exclusivas y excluyentes. Tenemos que interpretar el mandato popular que emitirá la sociedad vasca, que es avanzar en políticas de soberanía y en políticas progresistas. Hagámoslo de forma cooperativa tanto con los demás grupos como con los agentes sociales. Sería lógica una fórmula de gobernabilidad con las fuerzas de mayor representación. Funciona en Pamplona donde gobierna EH Bildu y en Navarra donde gobierna el Partido Socialista.
– También le ha tendido la mano al PNV para llegar a acuerdos, ¿podría darse un pacto de gobierno con ellos?
– Si el PNV asume que existe un mandato popular por avanzar en políticas públicas, más igualitaristas y más progresistas, y si está dispuesto a abordar definitivamente el debate del estatus político y a plantear una agenda nacional ambiciosa, podría ser. Eso sí, sin excluir en ningún caso a la izquierda confederal vasca y al PSE. No cerramos la puerta ninguna de esas opciones.
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– Habrá gente que vea a su partido como la fuerza del cambio y no entienda esa alianza.
– El cambio que se requiere es un cambio en la forma de entender la política. Hay que cooperar entre partidos políticos que tenemos planteamientos diferentes, pero también tenemos puntos de encuentro. Hoy nos encontramos con un planteamiento de gobierno que suman intereses partidistas y cortoplacistas. Eso es una fórmula tan reactiva que requiere del apoyo del PP y no genera estabilidad. El caso es Gipuzkoa. Se opta por excluir a la primera fuerza política, se hace un gobierno de coalición apoyándose en los populares y al día siguiente es incapaz de aprobar unos presupuestos. En el siglo XXI se requiere estabilidad.
– Le dice el PP al PNV que sus votos no serán gratis, como sí ocurrió en Gipuzkoa. ¿Le preocupa que si el PNV y PSE no logran la mayoría absoluta se acerquen a los populares?
– Existe la tentación de hacer lo mismo. Es curioso porque el PSE dice que no se fía del PNV porque tiene la tentación de arrimarse a EH Bildu, pero el PNV dice lo mismo sobre los socialistas, que no se fía de Sánchez. Esto se resuelve si cada uno de nosotros decimos qué vamos a hacer el 22 de abril. En Gipuzkoa alguna gente del PNV no hubiese votado al partido jeltzale si llegan a saber que iban a pactar con el PP. Existe la tentación de mantener el 'status quo'. Los mismo haciendo lo mismo. Es una fórmula agotada.
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– El PNV ha apelado al «voto del miedo» contra EH Bildu. ¿Es una estrategia que puede desgastar a la coalición abertzale?
– Azuzar el miedo más allá del cálculo electoral no me parece una buena opción política en estos momentos. Ya hay suficiente incertidumbre respecto al futuro y ya hay suficientes razones para sentir miedo. Por ejemplo, la posibilidad de una guerra mundial. No creo que la sociedad necesite de este tipo de mensajes. Lo que tenemos que ofrecer es esperanza, ilusión y un proyecto de futuro que necesariamente vamos a tener que ser gobernado por diferentes, porque esta parte del país no se puede gobernar con mayoría absoluta. Pero tampoco con coaliciones cerradas, a no ser que se quiera emplear la muleta de la extrema derecha cuando se produce un auge de la misma. Ese discurso no está muy acompasado con lo que la sociedad necesita.
– Por lo tanto, ¿la gran baza de EH Bildu es que ha dejado de generar rechazo?
– El tiempo pasa, las cosas cambian y EH Bildu se está adaptando a esta nueva época. Todo el mundo está cambiando. Arnaldo Otegi decía que Imanol Pradales ahora no viste con corbata. Más allá de gestos estéticos, cada uno tenemos que adecuar nuestro proyecto político a un tiempo nuevo.
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– ¿Esos nuevos tiempos pasan por marcar como objetivo una relación confederal con el Estado, como usted mismo ha señalado, y no la independencia, que ha sido la petición histórica de la izquierda abertzale?
– El debate en torno a la soberanía no es solo la cuestión identitaria. La soberanía es un instrumento necesario para hacer políticas que respondan a las necesidades de la gente y para hacer políticas públicas que se adapten a las características sociales y territoriales. Cada vez se necesitan más políticas kilómetro 0 y se trata de tener los instrumentos jurídicos lo más cerca posible. Nosotros siempre hemos visualizado el camino de la construcción nacional de forma progresiva y estamos haciendo un intento de encontrar puntos de encuentro. En un momento en el que se ha abierto el debate de la plurinacionalidad en el Estado, la izquierda independentista quiere participar en la deliberación. Lo que estamos planteando es una nueva relación con el Estado, en pie de igualdad, una bilateralidad que reconozca nuestro carácter nacional y que nos dote de suficiente fondo de poder. Además, queremos un sistema de garantías que proteja el autogobierno. El PSE tiene que aterrizar en el debate. Esto lo decía Jesús Egiguren, no puede ser que Sánchez sea más vasquista que el PSE.
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– Para ello proponen un acuerdo con el PNV —abierto a otros partidos vascos— para llevar una única propuesta a Madrid. ¿Han recibido alguna respuesta?
– El PNV lo que plantea es que los siguientes dos años tienen que ser para alcanzar el cumplimiento del Estatuto de Gernika y que después ya se verá. Es una ambición nacional muy débil. Dentro de tres años nadie sabe qué pasará en la política. En el último año y medio el PNV se ha pasado diciendo que este era el momento de abordar este debate. La segunda legislatura de Sánchez y un gobierno de coalición en Madrid que requiriera de los independentistas y federalistas abría esa oportunidad. Comienza una nueva legislatura en Euskadi, tenemos un acuerdo sobre bases y principios, y tenemos que plantarnos en Madrid con una sola voz para negociar el estatus político.
– ¿Quieren desarmar la Ertzaintza?
– Algo falla cuando la Ertzaintza desobedece las órdenes del Ejecutivo, desafía y amenaza con que el Tour no pase. Eso apela a una revisión del modelo. Nosotros no planteamos quitar medios a la Ertzaintza, solo revisar el modelo. Y nos fijamos en los modelos más avanzados de Europa, donde más armas no equivale a más eficacia para garantizar la seguridad ciudadana. Hay que ampliar el concepto de seguridad y tenemos un problema con la policía autonómica.
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– En su programa electoral plantean reducir la deducción por compra de vivienda. ¿Por qué?
– Tenemos las tasas de emancipación más bajas de Europa y el precio del alquiler ha subido un 20% en los últimos cinco años. Si el acceso a la vivienda es un derecho, y lo es, las instituciones tienen una responsabilidad porque tienen que garantizar que eso se cumpla. ¿Cuál es la causa de que no se cumpla? Los precios están desorbitados en la compra y alquiler y la solución contrastada en el contexto europeo es que esos precios se regulen dotando de suficiente parque público de vivienda que sean capaces de regular los precios. Cuando se dice que el 35% de la vivienda del Estado está en Euskadi, sí es verdad, pero hay que decir que el Estado español está a la cola de Europa. Aquí se ha considerado que el mayor proveedor de vivienda tiene que ser el mercado y el sector privado y se ha confiado en la autorregulación.
– ¿Pero eliminarán la deducción?
– Planteamos que a quienes tienen hoy una hipoteca no se le toque la deducción. Cuando el PNV dice que la queremos quitar es mentira. Lo que estamos planteando es revisarlo de aquí en adelante, que es lo que dice el plan director de vivienda del Gobierno Vasco. Quien quitó esta deducción en 2018 en Navarra fue un consejero del PNV de Geroa Bai.
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– Pradales le ha criticado con dureza por querer «controlar» Kutxabank. ¿Cuál es su planteamiento con la entidad bancaria?
– Kutxabank tiene que responder a un interés social con una perspectiva de país. Tenemos miedo de que pierda arraigo, que pierda compromiso con el territorio. Las cajas de ahorro fueron un instrumento financiero crucial, pero después, con el proceso de bancarización se perdió el control social y público sobre ellas y se convirtieron en un banco. Actualmente tenemos fundaciones bancarias que son propietarias de los bancos, que reciben dividendos de Kutxabank y tienen posibilidades de invertir en sectores productivos, proyectos estratégicos e industriales... El modelo de la fundación Kutxa en Gipuzkoa, donde el patronato responde a la representación política de las Juntas Generales es un de los ejemplos. Hay un cierto 'control' sobre un instrumento muy importante.
El candidato se niega a responder preguntas de ETA tras la polémica
Pello Otxandiano se negó a actualizar esta entrevista al no responder a tres preguntas sobre la polémica surgida el pasado lunes en una entrevista radiofónica en la que el candidato de EH Bildu calificaba a ETA como «un grupo armado» y no como organización terrorista. Horas antes ya había eludido condenar a ETA al ser interpelado por cuestiones de memoria en el debate electoral organizado por DV. Ante esta situación, se le preguntó ayer, con el fin de añadirlo a esta entrevista, por qué no califica a ETA de organización terrorista, si entiende el malestar de las víctimas ante su 'no' condena y si su postura puede erosionar las relaciones de EH Bildu con el Gobierno de Sánchez. Desde la izquierda independentista eludieron responder a estas cuestiones como así también lo hicieron a otros medios que solicitaron una actualización similar a las entrevistas concedidas con anterioridad.
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