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Carlos Iturgaiz comparece ante los medios de comunicación el domingo por la noche, una vez conocidos los resultados electorales. PANKRA NIETO

Iturgaiz admite que la alianza con Cs ha provocado un «retroceso» electoral

Achaca a la abstención los malos resultados en medio de críticas internas, que apelan a la moderación para reconstruir el proyecto del PP en Euskadi

Ainhoa Muñoz

San Sebastián

Martes, 14 de julio 2020, 09:19

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¿Qué ha fallado? La respuesta a esta complicada cuestión es la que hoy se hace el PP vasco para tratar de comprender por qué, elección tras elección, su proyecto político en Euskadi va perdiendo adeptos. Los malos resultados que los populares cosecharon en las urnas el domingo de la mano de Ciudadanos –se dejaron por el camino cuatro escaños respecto a 2016 y casi la mitad de votos que ambas fuerzas hubieran obtenido conjuntamente entonces– ha vuelto a situar al centroderecha constitucionalista en Euskadi en una posición de total debilidad parlamentaria. Ahora, coinciden en el PP, toca abrir un periodo de profunda reflexión interna para dar con la clave que les permita conectar de nuevo con el electorado vasco.

El propio Carlos Iturgaiz reconocía ayer el «retroceso» que ha supuesto «el tándem Casado-Arrimadas». Aunque, lejos de hacer autocrítica, achacó la debacle electoral a una alta abstención que, según dijo, les ha perjudicado. Pero no todos hacen el mismo análisis.

Los recelos que ya despertó en febrero la alianza con el partido naranja, gestada e impuesta desde Génova, volvieron a salir ayer a la luz. Y, a la espera de que este viernes el voto extranjero pueda otorgarles un sexto escaño por Bizkaia –están a un centenar de papeletas de arrebatárselo a EH Bildu– hay quienes creen que ir de la mano con un partido sin implantación en ninguno de los tres territorios y que ha renegado en numerosas ocasiones de las singularidades vascas, les ha podido penalizar en las urnas. «Un fracaso predecible», según confiesa un dirigente del PP.

«Debemos reorganizarnos. Pero seguiremos siendo un bastión constitucionalista»

iturgaiz

El PP vasco, que vive en funciones desde febrero, podría adelantar a otoño su congreso regional

refundación

A nadie se le escapa, sin embargo, la obviedad de que, esta vez, la unión no ha hecho la fuerza y que la suma con Cs no ha conseguido frenar la tendencia descendente que los populares vascos arrastran desde 2005, hasta situarles hoy en mínimos históricos. Por eso, su alianza con los liberales será otra de las cuestiones que tendrán que abordar en su particular estudio sobre qué ha fallado el 12-J. Aunque a prácticamente nadie le sorprendió el desenlace final que otorgó el domingo las urnas. «Ya barajábamos este varapalo», sentencian fuentes del partido.

Opción constitucionalista

La pelea por hacerse con el espacio de centroderecha en Euskadi volvió a situar a PP+Cs frente a un PNV imparable. De ahí que en el partido atribuyan también el gran resultado que obtuvo Alberto Núñez Feijóo a una falta de alternativa en Galicia que ocupe el mismo espectro político. Por eso, desde la entente insistirán en que son la única opción constitucionalista real en el Parlamento de Vitoria. Ese será su papel. Ya lo dijo Iturgaiz el domingo y lo volvió a repetir ayer: «Defenderemos el Estatuto de Gernika, la Constitución, las libertades y un País Vasco fuerte dentro de España».

Dentro de esa reflexión interna, PP+Cs valorará también si la estrategia electoral empleada por Iturgaiz, con 'tics' más conservadores, ha sido la acertada. Que la alianza no ha dado sus frutos es una realidad irrebatible, pero toca profundizar si el discurso que ha llevado a cabo el expresidente del PP vasco –una apuesta personal de Casado después de defenestrar a Alfonso Alonso– se amolda a la realidad que vive actualmente la sociedad vasca.

Desde el partido, de hecho, apelan a la moderación para poder erigirse en verdadera alternativa al nacionalismo vasco. Y ponen de ejemplo el perfil centrista y abierto de Feijóo –«un espejo en el que mirarse»– para defender que esa es la estrategia para conformarse como una fuerza útil en la Cámara vasca. El temor por la irrupción de Vox no es baladí, por eso confían en no competir con un partido de extrema derecha y diferenciarse sin paliativos de esta formación.

Después de la crisis interna que vivió el partido tras la confrontación de Alonso con Génova, y siendo consciente de que el revés electoral ha debilitado al PP en Euskadi, Iturgaiz reconoció ayer que el partido –que vive en la interinidad desde finales de febrero– necesita una «reorganización» para volver a resituarse. Y aunque Génova no tiene prisa para convocar el congreso regional que elegirá a la nueva dirección del PP vasco, el propio Iturgaiz –que cuenta con el aval de la dirección nacional para coger de nuevo la batuta del partido– ya contempla que este mismo otoño se pueda celebrar el cónclave.

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