Final de alto voltaje con el 'perdón' de Otxandiano sin condenar a ETA
Sánchez pide «llamar las cosas por su nombre» y Pradales se compromete a no gobernar con EH Bildu mientras «sigan teniendo esta asignatura ética pendiente»
La campaña entra en su recta final y el 'cisne negro' del pasado se ha colado en escena. La polémica por la no condena del ... terrorismo de ETA por parte del candidato de EH Bildu, Pello Otxandiano, se ha apoderado de este final de la partida con las espadas en alto y todavía los últimos indecisos por decantar. Otxandiano movió ayer su posición al pedir perdón por si sus palabras pudieran haber herido a las víctimas de ETA y se envolvió en la bandera de la 'reconciliación' de una Euskadi que, en su opinión, ha pasado ya página de la violencia. Es la recta final que no quería EH Bildu, que prefería una carrera más tranquila y sin aspavientos. La incógnita, como siempre, pasa por los efectos que puede tener la reapertura de una causa de 1980 contra Arnaldo Otegi por el asesinato de un directivo de Michelin. A estas alturas no parece que sea determinante. ¿Y si tiene efecto bumerán para quienes quieren implicar a Otegi?
La campaña se cierra con las espadas más en alto que nunca y mucha incertidumbre
La campaña ha permitido ver hasta qué punto hemos superado algunos bucles identitarios. El eje social y las discusiones sobre la Sanidad pública, la seguridad en los barrios y la reforma del Estatuto de Gernika han terminado por encender algunas discusiones. Pero al final ha aflorado el viejo pasado que parecía enterrado y que ha emergido por sorpresa, «A las cosas ha que llamarlas por su nombre y ETA fue una banda terrorista derrotada», apreció ayer Pedro Sánchez en Bruselas frente a quienes quieran ver una fisura entre el PSE y La Moncloa. El gesto del presidente puede ayudar a corto plazo a Andueza y a Pradales en su apuesta electoral, pero también remover las cosas en Madrid. Se equivocan quienes piensan que el Gobierno se plantea romper con Bildu, más allá de que el PP de Alberto Núñez Feijóo interpreta que el desenlace electoral vasco puede terminar por debilitar la mayoría presidencial. Ayer se evidenció que las cosas han llegado a este punto a pesar de que no parecía en un principio. El eje derecha-izquierda había venido para quedarse. Pero han emergido nuevas variables que dislocan el análisis.
Otxandiano, de hecho, ha pedido perdón a las víctimas de ETA por sí sus palabras pudieran herir. De esta forma intenta recuperar terreno en el debate electoral. El aspirante de EH Bildu intenta soltar lastre ante la presión de los candidatos rivales, pero se resiste a 'condenar' el terrorismo.
A EH Bildu se le ha torcido al final la campaña electoral que había planificado
La discusión sobre la memoria y el pasado de la violencia es la que más ha tensado las cuerdas entre los aspirantes a lehendakari. Ciertamente el candidato de EH Bildu se ha visto obligado a soltar lastre en este asunto, que ha complicado la recta final de su campaña, y le ha movido a expresar su empatía con quienes han sufrido la violencia y a anunciar que EH Bidu se compromete a ser un agente de reconciliación.
El otro Rubicón del debate fue anunciado por Pradales cuando anunció que EH Bildu no puede formar parte de los gobiernos mientras sea incapaz de aprobar esta asignatura pendiente. La oferta encierra su interés en un momento en el que a partir del próximo domingo la cuestión de las alianzas va a tomar una velocidad de crucero. Si PNV y PSE alcanzan la mayoría absoluta, las cosas están muy claras y el futuro Gobierno Vasco de coalición tendrá que tomar nota del giro a la izquierda que parece intuirse ambientalmente.
'Pacto entre diferentes'
¿Y el debate del autogobierno? Ha dejado también algunas conclusiones sobre la mesa. De entrada, es una conversación pública que ha perdido las aristas dogmáticas del pasado. Se habla de actualización del autogobierno y derecho a decidir, pero en unos términos más laicos y menos religiosos que hace unos años. La autodeterminación está prácticamente ausente del debate y se menciona la necesidad de revisar el Estatuto de Gernika mediante un nuevo pacto 'entre diferentes' que permita incorporar los derechos sociales y blindarlos. La vía catalana se antoja lejana. El esencialismo de antaño ha perdido fuelle aunque se asume que este país es de una clara mayoría política nacionalista.
El capítulo del futuro del autogobierno también ha permitido el dinámico contraste de posiciones. Otxandiano pedía ayer «un nuevo estatus» que permita «un fondo de poder para arbitrar nuevas políticas públicas cercanas, de kilómetro cero». «Nuestra ambición nacional no se puede limitar a pedir el cumplimiento del Estatuto», añadió al propiciar «una sola voz para negociar» un pacto con el Estado en el plazo de un año. «Mi objetivo en ensanchar el consenso que tuvo el Estatuto de Gernika y que Euskadi sea reconocida como nación», ha apuntado Pradales, que ha negado que la actualización del autogobierno sea «una aventura». En Madrid toman buena nota de lo que ha querido decir, aunque en general la música 'suena' bien.
Salvador Illa,en el histórico bastión eibarrés
Salvador Illa fue el invitado de lujo del PSE en el mitin de Eibar, bastión histórico del socialismo vasco y cuna de su candidato a lehendakari, Eneko Andueza, que además siempre ha exhibido su orgullo eibarrés. Illa, que es el candidato socialista a recuperar la Generalitat catalana, quiso visualizar el respaldo del PSC a la apuesta de Andueza. Los socialistas vascos y catalanes mostraron una plena unidad de acción. Que puede tener su próximo capítulo en la participación de Andueza en la campaña del PSC en Barcelona.
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