El CIS alienta la opción de un sorpasso de EH Bildu sobre el PNV

La encuesta del CIS puede convertirse en un factor de movilización de una campaña que hasta ahora iba en modo plano, casi nórdico, sin el fuelle épico de discursos identitarios y sin los señuelos independentistas que, por ejemplo, van a marcar la campaña catalana. EH Bildu no oculta su satisfacción porque ve que le empieza a funcionar la campaña de Pello Otxandiano, un candidato que no genera rechazo y que goza del mayor índice de notoriedad. Esa es la clave. Que no genera la contestación que, por ejemplo, suscitaba el coordinador general de EH Bildu Arnaldo Otegi, en sectores que no procedían estrictamente del territorio ideológico de la izquierda independentista. Es lo que tiene ser un profesor de 40 años, que representa a una nueva generación y que está libre de las viejas mochilas del pasado.

El CIS sitúa el porcentaje de EH Bildu entre un 34,2% y un 35,1%, al PNV entre el 32,6% y el 33,5%, cuando hace diez días estaba en el 36%. En 2020 consiguió 31 escaños con un 39% de apoyos y EH Bildu se quedó en menos del 28% y 21 escaños.

La encuesta ubica al PSE como tercera fuerza, entre el 13,3% y el 14,1%. El PP retrocedería algo al 6,7%-7%. Pronostica un avance para Elkarrekin Podemos Alianza Verde y la posibilidad de que tanto esta lista como la de Sumar superen el 3% mínimo necesario para el reparto de escaños, aunque el dato hay que analizarlo por circunscripciones y no en general. Vox, en concreto, queda por debajo de esa barrera pero le bastaría con superarla en Álava para optar a mantener su representante en el Parlamento Vasco.

El CIS ha realizado en esta segunda encuesta menos entrevistas. Han sido 4.025 frente a 5.000 y los datos se recabaron del 4 al 8 de abril, es con la campaña electoral en marcha. Como dato adicional, sigue registrándose aún una notable bolsa de un 30% de indecisos a semana y media de los comicios. En la anterior entrega el porcentaje superaba ligeramente el 31%. Frente a estos, un 67% de los electores que ya tiene clara su opción y un 2,6% afirma que no votará. Ese puede ser el cambio que se está gestando en el vientre del volcán electoral vasco.

El CIS fue este miércoles pasto de los analistas y de las reacciones de los partidos. Y venía precedido por el debate en la noche del martes entre siete partidos en Televisión Española. Un programa que, sin aportar novedades especiales, permitió comprobar hasta qué punto la campaña vasca está asentada en un orden de prioridades sociales que parecía inconcebible hace poco tiempo y que sorprende aún en mentideros madrileños. Una de las mayores conclusiones de la Villa y Corte es que empieza a asumirse la hipótesis de una victoria electoral de EH Bildu con una creciente normalidad. Dejando claro que una cosa es asumir ese escenario y otro aceptar también que el sistema de alianzas no va cambiar a corto plazo en el País Vasco en torno al eje PNV-PSE salvo una catástrofe.

La jornada electoral de este miércoles tuvo un paréntesis y un contrapunto institucional en la despedida del lehendakari José Antonio Ardanza. El testiminio de Carlos Garaikoetxea en la capilla ardiente instalada en Ajuria Enea para dar el pésame a su familia con unas palabras de reconocimiento al hombre y al lehendakari constituyen un ejercicio de gran elegancia personal que contribuye a revalorizar las instituciones democráticas de autogobierno. El mensaje pone también el broche a una trayectoria convulsa en la que el nacionalismo vasco ha vivido episodios conflictivos y hasta traumáticos en un contexto brutalmente sacudido por el terrorismo. El mismo lehendakari Garaikotxea reconoció las diferencias que había tenido con Ardanza, pero eso no era óbice para poner de relieve lo que también les unía. En tiempos de desapego ciudadano hacia la política democrática este gesto pasará a la historia vasca por estar a la altura de las circunstancias con una enorme dignidad.