Los vascos han gastado un 3% más en Navidades pero con un ticket medio más bajo

Las cifras (que corresponden a movimientos realizados por clientes del banco de las antiguas cajas vascas en Euskadi) revelan que en estas recientes Navidades los pagos con dinero de plástico en la comunidad autónoma han crecido un 7% de media. El repunte no es lineal, puesto que va del 6% experimentado en alimentación al 23,7% en bares y restaurantes, pasando por el 9,2% en que han aumentado las operaciones ligadas al turismo y los viajes. No todo el monte es orégano, puesto que el consumo en todo lo que no es alimentación no ha crecido y, aún más, el desembolso en gasolineras ha caído un 10%.

Si hablamos del dinero gastado, que en global ha crecido un 3,4%, vemos con más claridad que la citada 'alegría' no ha frenado. Eso sí, a la hora de analizar ese repunte entre las Navidades de 2022 y las de 2023 hay que tener siempre muy en cuenta el efecto de la inflación, que sin duda ha influido. El alza de los precios, que a lo largo del pasado ejercicio fue de más a menos (con mayor impacto, eso sí, en el capítulo de la alimentación) habrá impulsado la cantidad total gastada, pero no parece que haya sido de una manera determinante. «Los números son positivos, e indican que la economía tira en el País Vasco. La tendencia es claramente de alegría», señalan fuentes de la entidad. Según Kutxabank, además, la representatividad de los datos de gasto con tarjeta es más que suficiente de lo que pueda ser el gasto total. Aún más habida cuenta de que poco a poco el plástico se impone como forma de pago. De hecho, la retirada de efectivo cayó (en la entidad) el año pasado un 2%.

De vuelta a las cantidades pagadas con tarjeta, las que indican ese mayor gasto, cabe resaltar que el alza fue del 7,3% en alimentación (aquí si interviene el IPC) y del 11,2% en el ocio y la restauración. En cambio, en el resto de epígrafes cayó: un 1,6% en el consumo no alimentario, un 9,75 en las gasolineras y un 3,95 en apartado turismo (que no incluye en este caso las operaciones realizadas fuera de Euskadi).

Más allá de que los vascos hayamos querido disfrutar de las Navidades, a la vista ha estado, no es menos cierto que se ha impuesto la prudencia. Y es que el gasto medio de cada compra ha caído un 3,3%. Sin duda por el efecto de la inflación y la incertidumbre macroeconómica que impera en el mundo (véase la reciente guerra de Gaza). La merma de ese ticket medio tampoco es lineal. De hecho, sólo ha subido en alimentación (un 1% por aquello de la inflación) y en las gasolineras (0,5%), para caer sin remedio en el consumo no alimentario (1,8%), en el turismo (12%) y en los restaurantes, donde el retroceso ha sido del 10,1%.

Kino Martínez, secretario general de Hostelería Gipuzkoa, reconoció ayer a este diario que «tras un parón en seco muy, muy fuerte en el mes de noviembre, es cierto que estas Navidades no han sido malas». «Eso sí –añadió–, los márgenes de nuestras empresas están siendo menores por efecto de la inflación y el alza de costes». «De la misma manera que ha habido más cenas de empresa o de familias, lo cierto es que los menús han sido bastante más ajustados», dice.

Por su parte, Julen Maiz, presidente de la Federación Mercantil de Gipuzkoa, añade que «sin datos exactos aún del volumen de negocio de la campaña de Navidad, podemos indicar, no sin cautela, que ha sido buena en general, igualando e incluso superando a la del año pasado (que no fue buena) pero lejos de los niveles pre-pandemia, siendo los sectores que más han visto aumentar el número de compras los de textil, calzado y hogar, pero con un ticket de compra medio más bajo. A pesar de la incertidumbre y la inflación, ha habido mayor afluencia a nuestros ciudades y pueblos. Pero seguimos haciendo un esfuerzo sin repercutir el alza de costes».