La economía vasca desacelera y empuja al Gobierno Vasco a una rebaja de previsiones
La mejora en el empleo convive con un cierto deterioro en el tercer trimestre tanto del consumo como de la inversión privada
La economía vasca, como la de medio mundo, atraviesa un momento extraño, en el que la mejora del empleo y la remontada tras lo peor ... de la pandemia son una realidad, como lo es también el hecho de que los cuellos de botella en la industria y el miedo a que las nuevas olas del Covid -ahí está la variante Ómicron- están poniendo en aprietos a la industria y el consumo mientras los precios se disparan, alentados por el encarecimiento de la energía. En definitiva, un escenario cambiante, inestable, pleno de incertidumbre y en el que todo puede cambiar en cuestión de semanas.
Esa es la fotografía que muestra el informe del Instituto Vasco de Estadística sobre el comportamiento del Producto Interior Bruto (PIB) de Euskadi en el tercer trimestre del año. Un periodo en el que la economía vasca creció un 3,9% en tasa interanual, una décima más que en el dato avanzado a mediados del pasado octubre por el mismo Eustat. Sin embargo, ese ritmo queda muy lejos del 5,5% con el que contaba el Gobierno Vasco y que, de hecho, ha servido como base para los Presupuestos de 2022.
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Más allá del comportamiento interanual del PIB, que solo podía ser positivo por puro efecto estadístico, merece la pena aproximar la lupa al tercer trimestre del año, en el que la economía vasca avanzó un 1% respecto al segundo trimestre aunque con una desaceleración innegable en algunos de sus componentes más importantes.
Esa labor de confrontar el periodo abril-junio con el que transcurre entre julio y septiembre desvela un frenazo de aspectos capitales. Así, y desde el punto de vista de la oferta, tan solo algunos parámetros muestran una mejora intertrimestral. Se trata, por ejemplo de la construcción (cuya aportación al PIB crece un 1,5%) o del segmento de Administración Pública, Educación, Sanidad y Servicios Sociales, que mejora un 0,6% (frente al 1,5% del segundo trimestre).
Sin embargo, la agricultura cae con fuerza (un 7,2%, cuando en los anteriores trimestre avanzó un 20% y un 11%, respectivamente) y también lo hace la industria, con una aportación negativa del 0,2%, que en el caso de la industria manufacturera es del -0,3%.
Sirva de ilustración para analizar la marcha de nuestras fábricas y talleres, que la previsión oficial de Lakua pasaba por que a esta hora el sector creciera un 6,9% en términos interanuales y, sin embargo, el brío demostrado hasta septiembre se queda en el 5,5%.
El comercio, la hostelería y el transporte, segmento al que se le suponía cierto papel protagonista en la remontada, máxime en verano, experimentó una caída del 2,7% intertrimestral, cuando había avanzado un 2,2% y un 9,3% en los dos primeros trimestres del año.
La imagen apenas varía desde el punto de vista de la demanda, y es que (siempre en tasa intertrimestral) el gasto en consumo final cayó un 3,2%, cuando en el segundo trimestre había mejorado un 6,1%. En este capítulo destaca la reducción de la aportación al PIB del consumo de los hogares vascos (un 3,9% menos), mientras el gasto público se retraía un 0,9%.
La inversión en general se redujo un 1,2%, con un deterioro nada despreciable del 5,8% en el segmento de los bienes de equipo. Las exportaciones aportaron al PIB, al que sin embargo las importaciones arañaron lo suyo, lastradas por los graves problemas de suministro que viven algunos sectores de la economía.
Rebaja
El departamento de Economía y Hacienda del Gobierno Vasco, que reconoció el impacto de esos cuellos de botella en la industria, abrió la puerta a una inminente rebaja de sus previsiones, que pasan por un alza del PIB del 6,7% en el conjunto de 2021, tasa que hoy se antoja una quimera.
Tras resaltar que los datos «confirman la evolución positiva del empleo», que creció un 3,5% en puestos de trabajo a tiempo completo, el gabinete de Pedro Azpiazu 'telegrafió' esa rebaja.
A expensas de «ver los efectos de la sexta ola de Covid-19 sobre la economía», y a la espera de nuevos indicadores, apuntaron desde el Gobierno, «previsiblemente, Hacienda revisará las anteriores previsiones de crecimiento de la economía vasca a lo largo de diciembre». En cualquier caso, añadieron, el cuarto trimestre será mejor que el tercero.
Aluvión de actualizaciones a la baja para España
El anuncio del Gobierno Vasco de que revisará (evidentemente, a la baja) sus últimas estimaciones de crecimiento para la economía vasca, realizadas el pasado septiembre, coincide con un aluvión de minoraciones de los analistas sobre la marcha del PIB español. La última, esta misma semana, la de la OCDE, que se une a las planteadas recientemente por la Airef, el Banco de España o el FMI o la Comisión Europea.
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