Pensión y trabajo, coto de autónomos
Jubilación activa. Los trabajadores por cuenta propia son, sobre todo, los que se acogen a esta figura para seguir en activo y cobrar la prestación
Es posible seguir trabajando más allá de la edad legal de jubilación y cobrar parte o toda la pensión. Esta figura, denominada jubilación activa, es desconocida para muchos y choca con una tendencia generalizada de adelanto de la edad de retiro. Pero el Gobierno central pretende impulsarla y hacerla más atractiva para, entre otras cosas, ayudar a que el sistema de la Seguridad Social sea más sostenible a medio y largo plazo.
Esta figura se reguló en 2013. Se trata de una fórmula legal que permite al trabajador jubilarse, en el sentido de poder cobrar la pensión de la Seguridad Social, pero al mismo tiempo trabajar (a tiempo completo o parcial) y recibir ingresos laborales o profesionales sin límite. Se pueden acoger todos los trabajadores, menos los funcionarios públicos. Si quien la solicita es un empleado por cuenta ajena tendrá que haber llegado al 100% de su base reguladora, renunciar al 50% de su pensión y pagar un 8% de cotización de solidaridad, además de la cotización por Incapacidad Temporal y por Accidentes de Trabajo y Enfermedad Profesional.
En el caso de los autónomos, desde el 26 de octubre de 2017 puede compatibilizarse con el cobro del 50% de la pensión, pero si cuenta al menos con un trabajador por cuenta ajena la cuantía de la pensión compatible con el trabajo alcanza el 100%. Al igual que los trabajadores por cuena ajena están sujetos a una cotización mínima por solidaridad con el sistema del 8%.
Según explica Silvia Martínez, de UPTA Euskadi, la cuota se sigue calculando según su base de cotización a la Seguridad Social, con lo que además de ese 8% deberá abonar un 3,3% por contingencias comunes.
Añade que las condiciones para acceder a la jubilación activa en el caso de los autónomos es haber cumplido la dad legal de jubilación -en enero será de 66 años pero irá aumentando dos meses cada ejercicio hasta alcanzar los 67 años en 2027- y tener cotizados dos años en los últimos quince, además de no tener deudas con la Seguridad Social.
La cifra
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61.220 trabajadores hay en todo el Estado en situación de jubilación activa. La Seguridad Social no recoge datos desagregados por comunidades autónomas. De ellos, 52.076 son autónomos y el resto trabajadores por cuenta ajena. Entre estos hay un mayor predominio de hombres.
Una de las causas de su poca aceptación entre los trabajadores es su desconocimiento, según destaca el economista José Antonio Herce, director asociado de Analistas Financieros Internacionales (AFI) y una autoridad en materia de pensiones. Herce lamenta que «la Seguridad Social no publicite esta figura, que es muy beneficiosa para el sistema, y tampoco informe sobre cuántas altas de estas jubilaciones se producen mensual o trimestralmente».
Según los últimos datos que aporta la Seguridad Social -no hay registros desagregados por comunidades autónomas- a 31 de agosto de este año se habían acogido a la jubilación activa un total de 61.220 trabajadores en todo el Estado, de los que 52.076 eran autónomos y 9.144 por cuenta ajena. Se trata de 2.111 más que un año antes, con un aumento mayor entre los trabajadores por cuenta propia -había 49.934- frente al resto (9.075).
Cuatro trabajadores autónomos que han optado por seguir trabajando más allá de su edad legal de jubilación cuentan la razón que les impulsó a ello y su experiencia.
Mari Mar Lanciego | Restaurante Matteo (Oiartzun)
«Lo hago por ayudara mi hijo, pero lo que cobras no compensa»
Mari Mar Lanciego empezó a trabajar como dice ella a los 7 años con su padre y después ya de forma profesional con sus hermanos que eran cocineros y abrieron un restaurante en Donostia, el Lanciego. «Ahí estuve 38 años».
Una tradición hostelera que continuó su hijo. «Tuve la oportunidad de alquilar el restaurante y así lo hice. Pensé que era la única manera de dejar de trabajar», explica.
Pero su hijo se embarcó en otra aventura y montó a finales del año pasado el restaurante Matteo de Oiartzun. «Le dije que le iba a echar una mano. ¿Cómo le iba a dejar solo?». Mari Mar se tendría que haberse jubilado el 1 de marzo de este año «pero aquí sigo al pie del cañón», relata.
Tiene claro que de no haber sido por esta circunstancia no se habría acogido a la jubilación activa porque señala que económicante tal y como está en estos momentos no compensa. «Cobro 705 euros de pensión, la mitad de lo que me correspondería, pero tengo que abonar 220 de cotización», relata, «con lo que no me quedan ni 500 euros».
Considera que no es suficiente si se quiere incentivar una medida como ésta, por lo que entiende que habría que darle una vuelta de tuerca. Insiste en que si no fuera porque quiere ayudarle a su hijo en su nuevo proyecto no hubiera optado por seguir en activo después de los 65 con tantos años de trabajo a sus espaldas.
«Cobro la mitad de la pensión, 705 euros, pero tengo que pagar 220 euros de cotización»
Mari Mar lanza otra reflexión y es que «cuando eres joven y trabajas por cuenta ajena cotizas mucho porque trabajas muchas horas, pero después cuando eres autónomo lo haces el mínimo porque la prioridad es salvar el negocio y te olvidas de ti y de tu futuro. Los primeros años bastante tienes con pagar todas las facturas y gastos. Al final piensas que no es justo haber cotizado tanto durante tantos años para que después te quede una pensión baja porque te computan los últimos ejercicios. Tengo la sensación de que he echado a la basura todos esos años de cotización».
Cree que al que tenga una verdadera necesidad de seguir trabajando por dinero no le compensa hacerlo. «Tienes que seguir cotizando y te pierdes años de disfrutar de la vida».
Arturo Barrio | Exclusivas Arco (Tolosa)
«Sigo porque lo he criado yo y me ha gustado toda la vida»
Decir Exclusivas Arco es tocar en lo más profundo de la memoria de miles de tolosarras que en algún momento de sus vidas han adquirido algún producto en este comercio tradicional de la villa papelera. Pero no solo es pasado, sino que sigue siendo presente. Arturo Barrio es el alma mater de esta tienda de proximidad y se resiste a dejar su criatura pese a que hace años le llegó la edad legal de jubilación.
«Sigo aquí al frente del cañón porque es mi criatura. Lo he hecho yo. Me ha gustado toda la vida y no tengo intención de dejarlo mientras me aguante la salud», relata.
Además, apunta que hay tiempo para todo, «para la cuadrilla, tomarse un vino -cuando nos lo permiten- y también para dedicarle algunas horas al trabajo. Además estoy solo, con lo que no dependo de nadie y tengo una mayor libertad de horarios y de movimiento. Y si me quiero coger unas vacaciones lo hago».
Con esa libertad que dan los años «y no tener ataduras familiares», Arturo se planteó en serio seguir trabajando cuando le llegó la edad de jubilación, «pero lo quería hacer bien, con todas las de la ley. Me fui a la Seguridad Social a preguntar qué podía hacer, aunque para entonces ya habían pasado dos años. Tenía 67».
«Quería hacerlo bien, con todas las de la ley, y fue una buena decisión. Hay tiempo para todo»
Arturo tenía un dilema y era que no quería jubilarse pero para poder cobrar el plan de pensiones la condición era esa. Hasta que le dijeron con 67 años que la solución era la jubilación activa, lo que le permitía ambas cosas: seguir en activo, cobrar una parte de la pensión -en su caso la mitad al no terner ningún trabajador a su cargo- y poder recuperar la EPSV.
«Me di cuenta que en los dos años anteriores había estado perdiendo dinero», admite. Reconoce que parte de lo que percibe de la pensión se la comen los gastos del comercio, con lo que «desde ese punto de vista no es ningún chollo, pero si te gusta el trabajo que tienes, como es mi caso, pues es una buena solución, aunque podrían mejorar los incentivos».
Arturo está tan convencido que animó a otra comerciante de Tolosa a seguir sus pasos. Se trata de Mari Carmen Mújika. Pero esta es otra historia y se la contamos ahora.
Mari Carmen Mujika | Mujika arropa denda
«Lo llevo metidoen la sangre, y así estoy entretenida»
Marí Carmen Mujika es de una estirpe de comerciantes. Su madre abrió en en 1936 la que fue la primera tienda de ropa de Tolosa, recuerda. «Vendía toallas, sábanas... ropa de hogar», explica.
Y allí mamó ella el gusanillo del comercio, que se le quedó grabajo a fuego. «Empecé a trabajar en casa cuando tenía 17 años. Y me preparé. Fui a estudiar contabilidad para poder llevar las cuentas».
Años más tarde abrió su propio comercio, también en la calle Correo, y con el mismo nombre, aunque vende ropa de caballero. «Aquí llevo ya 22 años». Mari Carmen, que es un derroche de entusiasmo y vitalidad, tuvo que hacer frente hace diez años a un cáncer de mama, y hace dos años tuvo otro episodio diferente. «Voy bien, controlada, con pastillas, pero no quiero quedarme en casa dándole vueltas a la cabeza».
Para Mari Carmen la tienda es una liberación, un escape y sobre todo mucho entretenimiento. «Me permite estar con los clientes y salir a tomar un café con una amiga que hasta hace poco tenía un comercio en esta misma calle, de los de toda la vida».
Para ella la mejor terapia es estar con la gente, reconoce, aunque admite que ahora las cosas están muy difíciles, con el Covid, y sobre todo cuando se impuso el confinamiento perimetral. «Eso nos estaba hundiendo a todo el comercio, porque yo tengo mucha clientela no solo de los municipios colindantes, si no también de Lizarza, Amezketa y hasta de Navarra». Esta comerciante ansiaba que se levantara de cara a la Navidad, y así se hizo, para poder maquillar este año un poco las cuentas. «La campaña navideña es crucial», remarca.
«Tengo 71 añosy espero seguir trabajando, aunque la mayoría cuenta los días para jubilarse»
A sus 71 años espera poder seguir trabajando y acudiendo a su establecimiento. Eso sí, señala que el primer año que se acogió a la jubilación activa se llevó una sorpresa desagradable. «Me dieron un sablazo en la declaración de la renta, porque cobras la mitad de la pensión, pero no te retienen nada, con lo que luego te toca rendir cuentas con Hacienda».
Con todo, entiende que la mayoría de la gente no esté por la labor de alargar su vida laboral. «Todo lo contrario. Están contando los días para jubilarse».
Juanito López | Gimnasio juanito (Eibar)
«Ha de ser voluntario y por vocación, no por necesidad»
A Juanito López le llegó la edad de jubilarse en junio de 2017, pero esperó un año más, hasta que cumplió los requisitos establecidos por la regulación que permitió a los autónomos acogerse a la figura de la jubilación activa. «Te pedían tener cotizados 32,5 años y al menos un trabajador por cuenta ajena para poder cobrar la pensión al 100%, pero no valían los hijos, como es mi caso».
Y es que Juanito regenta el gimansio que lleva su nombre en Eibar. «Durante los últimos 15 años estuve cotizando el máximo como autónomo». Ahora lo llevan también sus dos hijos y esa es precisamente la causa principal de que decidiera seguir en activo: «ayudarles a ellos, pero dentro de la ley», remarca.
Aunque no es la única razón. «Lo hago porque estoy a gusto, y también porque estoy bien de salud», dos cuestiones, a su entender, que son fundamentales. «Lo de la salud es importante sobre todo al tratarse de un gimnasio», matiza. Apunta que de «lo que te pagan por jubilación, te descuentan un porcentaje pequeño por seguir en activo». Cree que se ha ganado de sobra esa pensión «porque llevo 50 años cotizando».
Montó el gimnasio en 1994, aunque previamente trabajó por cuenta ajena, en la empresa de troquelería y carabinas Norica de Eibar. «Pero la empresa se trasladó a Amorebieta y fue cuando decidí abrir el gimnasio».
«Lo hago porque estoy a gusto, biende salud y por ayudar a mis hijos, pero dentro de la ley»
Señala que su intención es seguir activo «mientras me vea bien, esté con salud y tenga fuerzas y referencia física, porque no es cuestión de andar arrastrándose». Acude al gimnasio unas tres horas por la mañana y otra por la tarde. «Así se hace más llevadero».
Con todo, dice que tienes que amar mucho lo que estás haciendo, ser un apasionado de tu trabajo. «Yo he dedicado mucho tiempo a esto y sigue siendo un reto personal ayudar a gente con problemas. Pero tiene que ser voluntario y por vocación, no por necesidad económica. Esa no puede ser la razón esencial para seguir trabajando más allá de la edad de jubilación, destaca, siendo consciente de que hay muchas personas a las que les queda una pensión muy baja, con la que es difícil subsistir.