«Ha crecido el empleo y se ha reducido la temporalidad»

Confebask realiza una valoración positiva de este primer año de la última reforma laboral y considera que se han disipado algunas dudas que tenía al respecto. «En su conjunto, tenemos unas relaciones dentro de la empresa más estables y seguras, que generan confianza y espolean el crecimiento. Ninguna reforma laboral tiene la capacidad de modificar el modelo productivo, pero sí puede incidir muchísimo en el modelo de relaciones y dinámicas que se producen en la empresa, generando el ecosistema necesario para un mejor y mayor crecimiento. Y esto es lo que ha sucedido con la última reforma laboral», señala Virginia Múgica, directora del departamento Jurídico y de Relaciones Laborales de Confebask.

Múgica explica que desde la perspectiva empresarial había mucha preocupación con la desaparición del contrato de obra o servicio y la flexibilidad que posibilitaba. «Realmente era una incógnita si la nueva tipología de contratación laboral, y en particular el contrato fijo discontinuo, iba a responder satisfactoriamente. Transcurrido un año el balance es muy positivo: ha crecido el empleo, y aunque en Euskadi ya partíamos de unas cifras equiparables a las europeas en temporalidad en el sector privado –la auténtica distorsión se da en el sector público–, lo cierto es que ha contribuido a un mayor descenso».

Añade que los contratos indefinidos «se han incrementado también significativamente y el contrato fijo discontinuo está cumpliendo su función, dotando de estabilidad a la relación laboral con el trabajador en un marco de flexibilidad con la empresa». Por todo ello, apunta que en definitiva «es positivo el balance de una reforma que, no hay que olvidar, cumple otro gran hito: haber sido pactada y acordada, por primera vez, entre los directamente implicados, representantes de las empresas y los trabajadores, lo que ha contribuido, sin duda, a este primer balance positivo de la reforma».

La lectura que realiza ELA es bien distinta. «Ha supuesto un blanqueamiento estadístico de la precariedad. Ha aumentado la contratación indefinida a base de precarizar este contrato», señala Pello Igeregi, responsable de Negociación Colectiva de ELA. Y lo ilustra con datos. «La contratación indefinida ha crecido hasta el 22% y el 78% siguen siendo contratos temporales, pero el 55,2% de los contratos indefinidos suscritos en Gipuzkoa son contratos a tiempo parcial o fijos discontinuos (el 64,61% en el caso de las mujeres)».

Igeregi apunta que más del 90% de los contratos suscritos en Gipuzkoa siguen siendo precarios, igual que antes de que se aprobase la última reforma laboral, aunque una parte de estas personas tengan nominalmente un contrato indefinido. «La mayor aportación de la última reforma laboral fue ampliar el ámbito de aplicación del contrato fijo discontinuo y legalizar la precariedad».

Para el responsable de Negociación colectiva de ELA hay otra cuestión no resuelta, «que se incumpliera la promesa de derogar la reforma laboral de 2012, que sigue vigente en sus aspectos lesivos fundamentales, tales como el despido barato o la facilidad para aplicar ERE». Añade que tampoco se ha podido blindar la opción de mejorar aquí «los convenios de miseria que se firman en el Estado, algo que sigue sin resolverse definitivamente». Y añade que «quienes firmaron la última reforma laboral en la Mesa de Diálogo Social han cerrado las puertas a transformar en profundidad el mercado de trabajo precario que sufrimos».

Fran Osuna, secretario de Acción Sindical de CC OO de Euskadi, defiende que la reforma laboral ha supuesto un cambio de paradigma tanto en lo que respecta al modelo de contratación como a la hora de afrontar la negociación colectiva sectorial. En materia de contratación destaca que la indefinida pasa a representar en Euskadi el 24,52% frente al 9,35% de 2021 y que pese a reducirse el año pasado la contratación total, la indefinida creció un 148% hasta los 199.995 contratos.

También subraya que se ha logrado en 2022 un récord de afiliación, con 994.077 cotizantes a la Seguridad Social, y que en el régimen general los afiliados con contratos indefinidos han aumentado en 71.809 personas (14,6% más), mientras que las personas con contrato temporal descienden un 27,8%.

Añade que dentro de la afiliación con contrato indefinido, el fijo discontinuo no llega a representar pese a su incremento ni el 5% y el 3% de la afiliación total debido a la composición de la estructura productiva del país, no tan vinculada a actividades estacionales. Pero apunta que se ha logrado que lo que «eran falsos temporales se regulen ahora como indefinidos y con más derechos».

Osuna indica que la reforma pactada ha demostrado «que se puede generar empleo apostando por la contratación indefinida y aumentando derechos laborales». También pone en valor que se recuperara la ultraactividad indefinida de los convenios.

El profesor titular de Economía de la Deusto Business School, Massimo Cermelli, explica que la intención de esta reforma laboral era acabar con la precariedad y que aunque las intenciones eran buenas la «operativa quizás no lo ha sido tanto».

Indica que ha acabado en parte con esa temporalidad, ya que los contratos temporales se han convertido en gran parte en fijos, pero esos contratos fijos son «más difusos en la medida en que su duración es menor que antes de la reforma».

Explica que se está consiguiendo que los contratos temporales vayan desapareciendo, pero incide en que mientras en el aspecto cuantitativo se está logrando ese objetivo no ocurre lo mismo en lo que respecta a la calidad de las nuevas contrataciones. Y es que apunta que el año pasado en Euskadi casi el 89% de los contratos suscritos eran a tiempo parcial o fijos discontinuos.

Y arroja otro dato. «El año pasado más de 332.000 personas firmaron en el País Vasco más de un contrato indefinido, lo que revela que la contratación indefinida tiene una tasa de mortalidad muy elevada». Añade que en diciembre el 8% de los afiliados vascos (35.000 personas) habían firmado más de un contrato indefinido. Para Cermelli el reto es lograr que los contratos indefinidos duren más.

El profesor de Deusto Business School es partidario de que los fijos discontinuos sí computen como parados durante el tiempo que están inactivos. Con todo, no considera que el Gobierno haya tratado de maquillar las cifras de desempleo al sacarlos del Sepe en dichos periodos y entiende que será una cuestión que se irá corrigiendo.

Massimo Cermelli también alude a otro aspecto como es el hecho de que se da más peso a los convenios sectoriales frente a los de empresa, «lo que puede generar otro problema derivado sobre todo de la alta inflación como es que se fijen los salarios por igual en los sectores sin atender a la situación específica de las empresas y a su productividad, lo que puede mermar su competitividad», concluye el experto.