CC OO de Euskadi se feminiza

CC OO se feminiza, sí. Han puesto mucho énfasis en ello sus dirigentes esta mañana durante la presentación del XI Congreso confederal de la central en Euskadi. La cita será el 1 y 2 del mes que viene y su principal reto pasará por poner nombre al próximo secretario o secretaria general, porque el actual, Unai Sordo, se va a Madrid para sustituir a Ignacio Fernández Toxo. «Han surgido tres o cuatro nombres, y hay más mujeres que hombres», ha admitido Sordo. Fuentes del sindicato ya dan por hecho que el liderazgo recaerá en una de ellas.

En realidad, es una evolución lógica porque el peso de las mujeres en el sindicato no deja de crecer. En el congreso del mes que viene participarán 300 delegados y el 40%, 119, serán mujeres. Un porcentaje similar a la proporción de afiliadas sobre el total de personas que pagan la cuota, explicó Mari Cruz Vicente, actual 'número dos' de la central en Euskadi, que, eso sí, se desmarcó hace ya tiempo de la carrera por la secretaría general.

Los cambios en CC OO-Euskadi llegan en un momento fundamental, cuando los sindicatos están recuperando afiliación al calor de la recuperación del mercado laboral, pero deben repensar su papel para demostrar que son útiles para los trabajadores. Según explicó Sabino Santolalla, secretario de Organización, la afiliación está remontando tras la sangría de la crisis y ahora el sindicato cuenta con más de 46.000 afiliados. La presencia de mujeres ha pasado del 37% hace cuatro años al 40% actual. Y la representatividad de CC OO en el País Vasco llega al 18,89%, con 3.305 delegados en la comunidad autónoma. Un «empate técnico» con LAB, que el año pasado le arrebató a CC OO el segundo puesto en Euskadi, tras ELA. Con todo, Santolalla se mostró confiado en que en pocas semanas la central aún liderada por Sordo vuelva a ser la segunda más representativa porque la diferencia con LAB «oscila entre 4 y 6 delegados arriba o abajo».

Por su parte, Sordo quiso poner énfasis en que el sindicato debe centrar sus fuerzas en «pasar a la ofensiva» y prestar especial atención a «la gente que está en precario», porque el mercado laboral se enfrenta a un reto fundamental que es mejorar la calidad del empleo. «Ahí debemos demostrar la utilidad del sindicato». Además, mostró como objetivo el cualificar la acción sindical, haciendo especial énfasis en la formación de los representantes de los trabajadores; y también abogó por cambios en la organización para hacerla más flexible y de ese modo llegar a todos los trabajadores en unas empresas que cada vez operan de un modo más atomizado. Por último, hizo hincapié en la necesidad de marcar el perfil sociopolítico del sindicato para hacer entender a los asalariados que «es en los modelos de protección social donde está el futuro», máxime en un momento en el que los extremismos de derechas amenazan las bases del Estado Social.