Petronor paraliza parte de la refinería hasta que se consolide la recuperación
La compañía reitera que «por el momento» no aplicará un ERTE entre la plantilla
Petronor anunció a principios del mes de mayo la paralización total de una de las dos unidades de refino de sus instalaciones de Muskiz, lo ... que reducía en un 40% su capacidad de producción. El hundimiento del consumo de carburantes y la saturación de la capacidad de almacenamiento fueron las claves para justificar la medida. De momento, las cosas seguirán igual. La compañía no tiene previsto reiniciar a corto plazo la producción en la unidad paralizada y tampoco tiene una estimación de cuándo lo hará. La razón, aseguran fuentes de la empresa, es que aunque es evidente que existe ya una recuperación del consumo, todavía no hay garantías de que esa tendencia sea estable y se vaya a mantener a medio plazo.
La paralización de la actividad de Petronor, aunque sea parcial como sucede en este caso, tiene una importancia clave en la economía vasca, porque es el principal generador de impuestos de la Diputación foral de Bizkaia y, con ello, del conjunto de las arcas públicas de la comunidad autónoma. Petronor aportó el pasado año 771 millones de euros a la Hacienda vizcaína, lo que supuso casi el 10% de sus ingresos totales.
La empresa considera un riesgo arrancar la unidad paralizada si no se va a poder mantener
las razones de fondo
Hundimiento del consumo
La decisión de rebajar un 40% la producción se adoptó en un momento crítico. De un lado, se había registrado el hundimiento del precio del petróleo, hasta el punto de que el West Texas había llegado al hito histórico de tener un precio negativo. En otras palabras, muchos operadores estaban dispuestos a pagar dinero porque les quitasen el petróleo de en medio, ante su incapacidad para almacenarlo.
Por otra parte, el consumo de carburantes se había hundido también por el parón de la economía que había seguido a la declaración del estado de alarma. En abril, último mes sobre el que existen datos oficiales, el consumo de gasolinas cayó en España un 78% -fiel reflejo de lo que sucedió con la movilidad privada-, mientras que los gasóleos retrocedían un 36,2%. El queroseno experimentó una caída del 93% tras la paralización del tráfico aéreo.
La clave
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78% cayó el consumo de gasolinas durante el mes de abril en España y un 36,2% el de los gasóleos.
En la empresa refinera vasca quieren estar seguros de que la recuperación del consumo experimentada en el mes de mayo y en lo que va de junio se consolida y mantiene la tendencia. Algo que, por el momento, no está garantizado. Fuentes de la compañía insisten en que parar una de las unidades de refino o ponerla en marcha son tareas muy complicadas que no deben realizarse de forma improvisada. «Las perspectivas son buenas», indican las mismas fuentes, pero habrá que esperar algún tiempo para confirmar la estabilidad en la demanda de carburantes. Arrancar para tener que parar de nuevo en apenas unas semanas es algo que la firma califica como «un auténtico riesgo» de consecuencias negativas.
El crudo se recupera
El precio del crudo también ha registrado en las últimas semanas una cierta recuperación y el West Texas se ha alejado de los precios negativos para cotizar en torno a los 41 euros el barril, mientras que el Brent se sitúa en los 43 euros. Los expertos señalan que las próximas semanas pueden ser claves para determinar el precio del petróleo hasta final de año.
Petronor eludió en su día plantear un ERTE, una paralización temporal y parcial de los contratos de su plantilla, y anunció que utilizaría las jornadas de inactividad en tareas de mantenimiento y también en procesos de formación de sus empleados. Ayer, desde la empresa se reiteró esta opción para señalar que no se contempla en estos momentos solicitar un expediente. La compañía sólo recurriría a esa medida si la situación del consumo de carburantes no mejora y se mantiene en niveles de recesión.
La empresa ya ha anticipado que para este ejercicio espera pérdidas importantes que pueden tener una doble vertiente. De un lado, las que va a generar la reducción de su capacidad de producción y de venta de combustibles, a lo que hay que sumar el 'efecto patrimonial': las variaciones en el precio del crudo que hacen ganar o perder dinero con el petróleo almacenado. En la primera mitad del año, el saldo es negativo para la empresa.
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