Pensiones
Las manifestaciones callejeras de pensionistas y mujeres se siguen sucediendo, con nuevas protestas esta semana en Gipuzkoa
Las manifestaciones callejeras de pensionistas y mujeres se siguen sucediendo, con nuevas protestas esta semana en Gipuzkoa. Unas movilizaciones que han sorprendido a los partidos ... políticos, aunque en voz alta eviten reconocer que les haya cogido con el paso cambiado. En esta ocasión, los laboratorios sociológicos que trabajan habitualmente en la 'fontanería' de estas formaciones, ni tampoco los responsables de la 'inteligencia' de los partidos pudieron detectar de antemano que la indignación de los pensionistas iba a expresarse de una manera tan espontánea como multitudinaria, tan centrados estaban los políticos en otras cuestiones como Cataluña, que tras la detención de Puigdemont vuelve a la primera plana.
Si las protestas que se generaron en torno al 15M tuvieron un caldo de cultivo en la feroz crisis económica que hizo tambalear las estructuras del bienestar social de nuestro país en 2011, así como en los casos de corrupción que iban erosionando la confianza de la ciudadanía en la clase política, en esta ocasión han sido los mayores que viven de una prestación quienes han puesto pie en pared porque sus pensiones no dan para más. Y lo que ha sorprendido es que un colectivo, que hasta la fecha se mostraba silente y resignado, se ha remangado con ímpetu juvenil y ha decidido salir a la calle con el consiguiente efecto 'arrastre' del resto de los sectores sociales –porque todos seremos algún día pensionistas–, que se solidarizan con este colectivo.
Los responsables políticos han reaccionado, aunque bien es cierto que en diferentes velocidades e intensidades, ante una protesta tan multitudinaria que muy pocos pronosticaban. Y uno de los que movió ficha, al margen de que su resultado final no convenciera a casi nadie, fue Rajoy, que en esta ocasión no se hizo 'el muerto' y solicitó de motu proprio la celebración de un pleno monográfico para explicarse. Nada que ver con el tiempo que le costó ir al Congreso cuando salieron a la luz sus SMS a Bárcenas. Ahora, el Gobierno del PP, si no quiere ver echar por tierra sus expectativas de futuro, deberá buscar y liderar un acuerdo con todos los partidos que sea fiable y duradero en el seno del Pacto de Toledo. De momento, el pacto presupuestario de PP y Ciudadanos incluye una subida del 2%, por encima de la inflación, para las pensiones mínimas, entre otras medidas. Por esa senda deberán continuar, con soluciones de futuro, no parches, porque la calle es el síntoma de una dolencia de fondo
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