Olano: «No nos planteamos bajar tipos ni suprimir ningún tributo»
El diputado general de Gipuzkoa rechaza de forma contundente cualquier planteamiento en torno a la eliminación del Impuesto de Patrimonio
El diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano, ha sido contundente a la hora de apartar de la hoja de ruta de la institución cualquier posible modificación fiscal de enjundia en un futuro próximo. «No es una prioridad de la Diputación iniciar una carrera de reducción de tipos», ha explicado Olano a preguntas de los periodistas en la rueda de prensa de presentación del proyecto de Presupuestos de la Diputación de Gipuzkoa para 2020.
Olano se ha mostrado firme en su postura y ha señalado que «no es una prioridad hacer modificaciones fiscales, ni suprimir ningún tributo». La institución guipuzcoana muestra así sus cartas en torno al debate abierto en Euskadi sobre la posibilidad de eliminar el Impuesto de Patrimonio. El diputado general de Álava se mostró recientemente favorable a revisar el tributo y Bizkaia también se ha planteado revisar «si tiene futuro», dos posturas bien recibidas por la patronal Confebask, firme defensora de su supresión, ya que en el resto de países de Europa no existe una figura similar.
Sin embargo, ni desde el Gobierno Vasco ni, ahora, desde Gipuzkoa, la «prioridad» se fija en reducir la carga de ese gravamen o suprimirlo. «No queremos entrar en una competición», ha insistido hoy Olano, que ha dejado claro que el objetivo es «mantener la suficiencia financiera de las instituciones para hacer frente a las necesidades de la sociedad».
De suprimirlo a defenderlo
El idilio de Gipuzkoa con el Impuesto de Patrimonio es relativamente reciente. De hecho, en la última década el camino ha sido bastante tortuoso hasta terminar en la relación estable actual y que la Diputación parece defender a capa y espada. Hace escasamente una década, con Markel Olano al frente, el gravamen quedó suprimido atendiendo también al paso que habían dado Álava y Bizkaia.
Sin embargo, con la llegada de EH Bildu al Palacio Foral en 2011 se recupero el tributo en forma de Impuesto sobre la Riqueza y Grandes Fortunas, una apuesta polémica y que acarreó la salida de varias fortunas del territorio. Ese mismo año, Álava recuperó el Impuesto de Patrimonio, y Bizkaia lo hizo en 2013, pero ambos tributos eran más blandos que el diseñado por la coalición abertzale para Gipuzkoa.
En la campaña de las elecciones de 2015, el PNV avanzó que suprimiría el tributo de EH Bildu, y desde ese curso se fue reformando progresivamente hasta acabar en el Impuesto de Patrimonio vigente casi armonizado tras la reforma fiscal vasca de 2017. Tras dos años de estabilidad del gravamen, parece que tanto Álava como Bizkaia quieren impulsar una revisión que, de momento, Gipuzkoa no contempla.