Ocho municipios de Gipuzkoa generan más de la mitad de la riqueza del territorio
Nueve de cada diez euros que crea San Sebastián proceden de los servicios y la industria aporta en Beasain dos tercios de su actividad económica
Más de la mitad de la riqueza generada en Gipuzkoa se concentra en solo ocho municipios. Así se desprende de los últimos datos publicados por ... el Eustat, que analizan el Producto Interior Bruto –PIB– municipal de los tres territorios históricos. En el caso de Gipuzkoa, San Sebastián, Irun, Arrasate, Hernani, Beasain, Bergara, Tolosa y Azpeitia figuran en el top 8 de las potencias económicas. Es decir, de los 88 municipios guipuzcoanos, sólo entre ocho suman el 52,1% del PIB, lo que evidencia una concentración marcada en determinados núcleos urbanos e industriales.
¿Pero qué es el PIB? Es una forma de medir la riqueza que genera un lugar, como un país, una comunidad autónoma o un municipio. Representa el valor total de todos los bienes y servicios que se producen en ese territorio durante un año. Es como una gran suma de todo lo que se fabrica, se vende y se ofrece, desde lo más cualificado hasta lo más cotidiano del día a día, desde coches o máquina especializada hasta cortes de pelo o las sandías que vende tu frutería. Cuanto más alto es el PIB, más actividad económica hay, aunque no siempre significa que toda la población viva mejor, ya que este indicador no mide cómo se reparte esa riqueza.
Como es lógico, San Sebastián encabeza el listado como el principal motor económico de Gipuzkoa. La capital aportó, según el Eustat, más de 8.256 millones de euros al PIB territorial en 2022, lo que equivale aproximadamente al 28,6% del total. Este peso económico se explica fundamentalmente por su liderazgo en sectores como el turismo, los servicios avanzados y la administración pública.
Donostia es un imán para los viajeros por su marco incomparable, su colección de paisajes que aúnan mar y montaña, y su aclamada gastronomía. Y es, sobre todo, desde el final del terrorismo cuando la ciudad ha despegado en las estadísticas de los flujos turísticos.
Le sigue Irun con un PIB de más de 2.000 millones, gracias a su situación estratégica en la frontera con Francia y su actividad logística y comercial. Ambas localidades son las más importantes de Gipuzkoa, las más pobladas. A continuación, se sitúan municipios industriales como Arrasate y Hernani, con economías basadas en la industria manufacturera y el cooperativismo.
La cifra
52,1% del PIB
de Gipuzkoa lo generan entre Donostia, Irun, Arrasate, Hernani, Beasain, Bergara, Tolosa y Azpeitia.
También figuran entre los ocho primeros núcleos con mayor capacidad de generar riqueza Beasain, Bergara, Tolosa y Azpeitia, todos ellos con un peso relevante en sectores como la transformación metálica, la maquinaria y los servicios vinculados al sector industrial.
Sin Eibar o Errenteria
Llama la atención que en el listado no figuren lugares como Eibar, Errenteria o Zarautz, que forman parte de las diez localidades más pobladas de Gipuzkoa pero que sin embargo su actividad económica no es tan potente como para codearse con las ocho más destacadas.
Este desequilibrio territorial en la generación de riqueza plantea desafíos para el desarrollo equilibrado de Gipuzkoa. Mientras los municipios líderes consolidan su papel como polos económicos, otros territorios más pequeños o rurales presentan tasas de crecimiento mucho más moderadas.
Es una forma de medir la riqueza que genera un país a lo largo de un periodo concreto, aunque no mide cómo es ese reparto
El caso de Donostia ilustra la creciente terciarización de la economía guipuzcoana, en contraste con el perfil más industrial de municipios del interior. Aunque la industria sigue siendo una base sólida del PIB del territorio –un 27,5%–, su peso relativo ha disminuido frente al auge de los servicios, que concentran dos de cada tres euros.
La comarca del Bajo Bidasoa, donde se encuentra Irun, ha reforzado su posición estratégica gracias a las inversiones en infraestructura logística y en transporte. Esto ha convertido a Irun en un nodo clave para el comercio transfronterizo y el tránsito de mercancías hacia Europa.
En Arrasate, el cooperativismo sigue siendo un modelo de referencia. La sede de Mondragon Corporación impulsa la actividad económica de toda la comarca del Alto Deba, lo que permite mantener niveles de productividad elevados en comparación con la media del territorio.
Hernani, por su parte, destaca por su dinamismo empresarial y su tejido industrial diversificado. La cercanía con Donostia y la existencia de suelo industrial bien comunicado han facilitado el asentamiento de numerosas pymes y empresas tecnológicas.
Las autoridades enfrentan ahora el reto de extender este dinamismo de la economía a zonas menos desarrolladas del territorio
El estudio permite comprobar que la industria se reparte de forma diversificada por todo el territorio y se concentra principalmente en municipios de menos 20.000 habitantes. Tanto es así que, de los 81 municipios de Gipuzkoa con menos de 20.000 habitantes, en 34 de ellos la industria supone más del 50% del Valor Agregado Bruto –medida macroeconómica que indica la contribución de cada unidad de producción, industria o sector al PIB del municipio–. Finalmente, en el primer sector, que engloba agricultura, ganadería y pesca, destacan los municipios costeros ligados a la actividad pesquera como son Hondarribia y Getaria con 24.230 y 23.307 miles de euros de valor añadido generado, respectivamente.
El análisis de Eustat también permite observar cómo algunos municipios de tamaño medio han logrado escalar posiciones en la generación de riqueza, gracias a estrategias de especialización productiva, inversión en innovación y políticas de colaboración público-privada.
Las autoridades forales y municipales enfrentan ahora el reto de extender este dinamismo a zonas menos desarrolladas del territorio. El objetivo es garantizar una cohesión territorial que evite brechas económicas y permita que los beneficios del crecimiento se distribuyan de manera más equitativa.
En Bizkaia, el PIB está aún más concentrado que en Gipuzkoa: los ocho municipios con mayor actividad económica generan cerca del 70% de la riqueza del territorio. A la cabeza se sitúa Bilbao, con un PIB que supera los 10.600 millones de euros, lo que representa más del 30% del total. Le siguen Barakaldo, Getxo, Santurtzi, Portugalete, Sestao, Erandio y Leioa, municipios que forman parte del área metropolitana y que comparten una fuerte vinculación con el sector industrial, los servicios portuarios y logísticos, y las actividades terciarias.
En Álava, por su parte, el PIB se reparte de forma algo más equilibrada, aunque también hay una clara concentración en su capital. Vitoria-Gasteiz genera, de hecho, más del 72% del PIB del territorio, con más de 10.000 millones, gracias a su potente tejido industrial, la automoción –liderada por Mercedes-Benz– y su condición de capital política. Completan el top siete Laudio, Amurrio, Legutio, Oion, Iruña de Oka y Agurain, donde predominan la industria agroalimentaria, la logística y la energía.
Quién es quién en el duelo entre las tres capitales de Euskadi
La estadística del Eustat también permite establecer una comparativa entre las tres capitales vascas. ¿Quién aporta más a la economía de Euskadi? Cómo se distribuye la estructura productiva en Bilbao, San Sebastián y Gasteiz? ¿En qué ciudad tiene más peso la industria? ¿Dónde tiran más los servicios? Según esta fuente, la capital vizcaína produjo el 15,3% del PIB vasco en 2022, mientras que la aportación de Gasteiz fue del 11,5% y la de Donostia, del 9,5%. En número de habitantes, la capital guipuzcoana es la menos poblada de las tres. Los municipios de más de 20.000 habitantes generaron el 22,5% de la riqueza y los de menos de 20.000, el 41,1%.
Analizando por sectores económicos, y centrando el tiro en San Sebastián, el 12,4% de la riqueza de los servicios en Euskadi procedieron de Donostia, mientras que en el caso de la construcción fue del 8,4%. El peso de la industria, representado por los polos tecnológicos, como el de Miramon, fue del 2,1%.
Los servicios, es decir, el tirón del turismo, que empujan a crear actividad en la hostelería y el comercio, representaron la parte más importante de la estructura productiva de las tres capitales vascas, lo que evidencia la terciarización de la economía. Una tendencia que comenzó a extenderse con la entrada del siglo XXI, cuando muchas empresas de la rama industrial se dedicaron también a la servitización.
Es decir, ya no se limitaron a vender cosas, sino que también ofrecían soluciones, mantenimiento, asesoramiento o incluso el uso del producto sin necesidad de comprarlo. Para las empresas supone ingresos más estables y continuos, la fidelización del cliente, la mejora del producto, la diferenciación frente a la competencia y la entrada en nuevos mercados. En cambio, la actividad del primer sector, la agricultura, ganadería y pesca, queda circunscrito a los municipios de menos de 20.000 habitantes, que aglutinaron el 94,8% del PIB del País Vasco en esta actividad según la memoria del PIB municipal del ejercicio de 2022 elaborada por el Instituto Vasco de Estadística.
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