«Hace 25 años China nos vendía balones de playa y ahora coches eléctricos», alerta el consejero de Industria

Así de contundente se ha mostrado este miércoles el consejero de Industria, Transición Energética y Sostenibilidad del Gobierno Vasco, Mikel Jauregi, durante el XIII Desayuno de Trabajo organizado por la asociación empresarial de Gipuzkoa (Adegi) y Kutxabank en el Hotel María Cristina de San Sebastián, dedicado en esta ocasión a los 'Retos y oportunidades de la industria vasca', y en el que también han participado el presidente de la entidad financiera vasca, Antón Arriola; y la presidenta de Adegi, Isabel Busto.

Jauregi ha pintado un panorama con más claros que oscuros. La foto fija que ofrecen la situación de Europa y la de Euskadi es «buena», con unos niveles de renta per cápita y bienestar social que «están en máximos históricos», mientras que el nivel de pobreza absoluta y desempleo está «en mínimos». Sin embargo, la foto dinámica es «más compleja» si ponemos el foco en el informe de Mario Draghi, al que muchas instituciones y personas del ámbito empresarial hacen referencia en los últimos meses, tal y como ha hecho el consejero de Industria esta misma mañana.

«El crecimiento de la economía europea ha ido disminuyendo durante décadas. La renta disponible real por persona ha crecido el doble en Estados Unidos comparado con Europa en los últimos 25 años por la transformación digital que los americanos están liderando. Esta brecha digital entre Europa y Estados Unidos es cada vez mayor, sobre todo en Inteligencia Artificial».

Esta pérdida de competitividad se da en un contexto de incertidumbre internacional. Para revertir esta situación, el consejero de Industria ha vuelto a poner el foco en la reindustrialización que debe acometer Europa y en la que Euskadi debe ser «punta de lanza», ya que el sector manufacturero «ha sido nuestra fórmula para generar riqueza y bienestar y estamos convencidos de que la industria seguirá siendo la solución tanto aquí como en Europa».

Jauregi también recogió durante su intervención el discurso que ofreció Andrés Arizkorreta, presidente del Círculo de Empresarios y CAF, la semana pasada durante el foro económico celebrado en este periódico, en el que abogaba no caer en la «autocomplacencia» y «subirnos al tren de la prosperidad que se llama industria». El consejero ha suscrito cada una de sus palabras y ha asegurado que «cuando hablamos de dar un salto cualitativo y ser punta de lanza de la reindustrialización en Europa, hablamos de subirnos al mismo tren del que habla Andrés».

La nueva reforma fiscal también ha sido tema de debate durante el desayuno organizado por Adegi y Kutxabank. El máximo responsable de la industria vasca ha afirmado que la «revisión» fiscal que se plantea en Euskadi «va por buen camino» y, a su juicio, habría que centrar el debate en otras palancas «de competitividad» como el absentismo laboral y acometer una reflexión, «a nivel macro de país», pero también «micro» en cada empresa, sobre por qué se produce y qué se puede hacer para afrontarlo, dejando de lado «soluciones rápidas».

En su intervención también se ha referido a la transición energética que supone «una oportunidad» para la industria vasca, haciendo especial mención al «debate sereno y racional» que se requiere sobre el desarrollo de parques fotovoltáicos y eólicos en Euskadi, con «soluciones equilibradas» que promuevan su implantación «ordenada». A su juicio, «estamos en una contradicción como país» en este tema, ya que, por un lado hay «ambiciones muy fuertes» recogidas por Ley, estamos «a la cola» en Europa en su desarrollo y «a la hora de arrancar todo el mundo dice no».

Por su parte, la presidenta de Adegi, Isabel Busto, ha urgido una «clara agenda de impulso industrial» y emplear todas las herramientas que ofrece el autogobierno, entre ellas la autonomía fiscal, para como ha dicho el lehendakari, Imanol Pradales, «pisar el acelerador». Tras incidir en que «la evolución europea está siendo errática», Busto se ha referido al sector de automoción «como paradigma de ello», con «una crisis estructural» por «una concatenación de factores que han incidido en la pérdida de competitividad por una regulación europea que lo ha asfixiado», debido a «los exigentes e inalcanzables requerimientos de emisiones de CO2».

En este contexto, Busto ha considerado «preciso acometer de manera urgente una clara agenda de impulso industrial» y, para ello, se debe «emplear todas las herramientas que dispongamos en virtud de nuestro autogobierno, adquiriendo especial relevancia, entre otros, la autonomía fiscal que nos otorga el concierto económico».