Imanol Rego: «Euskadi debe alcanzar en cuatro años los 3.000 millones de inversión en I+D+i»
Considera la innovación «fundamental para la competitividad» de las empresas, en plena guerra de los aranceles, que cree que son algo coyuntural
Imanol Rego (Donostia, 1972), CEO de la guipuzcoana Grupo Irizar (autobuses, componentes y soluciones en energía), se convirtió en marzo en el nuevo presidente de ... la Agencia Vasca de Innovación, Innobasque. Ya asentado en su nuevo cargo, Rego está convencido de que apostar por la I+D+i es la mejor clave para las empresas para sobrevivir en la actual guerra comercial.
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–Innobasque va a renovar su plan estratégico (2025-2028). ¿Cuál es la clave?
–Estamos en un momento de cambios. El informe Draghi ya definía en septiembre cuál debía ser la brújula de la competitividad económica en Europa, con la necesidad de invertir en una innovación primaria y disruptiva. Son elementos que van a transformar completamente las estrategias de los países, y lógicamente las de Euskadi. Tenemos que ser líderes en innovación.
– ¿Es la innovación uno de los retos pendientes de Euskadi? ¿Cómo estamos aquí respecto a Europa y el mundo?
–Un riesgo que podemos tener es caer en la autocomplacencia. Los datos nos llevan a una posición de la cual podemos estar orgullosos. Nos situamos en la posición 81 entre 239 regiones europeas en lo que es el rendimiento innovador, el Regional Innovation Scoreboard, y esto posiciona Euskadi como una región de un nivel de atracción muy alto. Además estamos en los niveles del 2,16% de I+D sobre el PIB en 2023, por lo que estaríamos hablando de unos 2.000 millones de euros y al cierre del 2024 estaríamos hablando del orden de unos 2.300 millones de euros. Esto nos situaría en el orden del 2,27 o 2,28% sobre el PIB. Todo eso está muy bien, pero tenemos que ver qué está ocurriendo en el resto del mundo. Estados Unidos se sitúa por encima del 3% y China en el 2,6% con datos no actualizados que es muy probable que hayan superado ya el 3%. El camino de Europa tiene que ser continuar en ese camino de la I+D+i, que permita que nuestro tejido empresarial sea más competitivo. El reto fundamental es que en los cuatro o cinco años próximos alcancemos unos niveles de inversión público-privada del orden de los 3.000 millones de euros.
–¿Y las empresas a día de hoy en Euskadi están concienciadas de la importancia de la innovación? ¿Desde su nuevo cargo va a incidir en eso?
–Esa es nuestra labor, aunque las políticas se establecen lógicamente desde el Gobierno. El nivel de empresas innovadoras ha pasado de un 43,3% a un 46,1%, que es el mejor de la serie que se inició desde el año 2018. Y ese crecimiento ocurrió tanto en producto como en procesos de negocio. En las empresas pequeñas superó la barrera del 40%, concretamente el 42%. Y lo que es importante, aumentó un 4,3% la facturación. Las empresas saben que la innovación es un elemento fundamental que les permite ganar en competitividad y eficiencia en sus procesos. La competitividad va a requerir innovación en los modelos de negocio, de producto, de procesos... La I+D+i ya no va a ser importante. Va a ser obligatoria.
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–Antes hablaba de la colaboración público-privada, ¿cómo juzga la implicación de las administraciones públicas? ¿Está conforme o les pedimos un poco más?
– La innovación tiene que ser traccionada desde el sector privado, y las administraciones públicas han de incentivar áreas de innovación en las cuales muchas veces la empresa privada igual no tiene el ojo puesto. Esa inversión, ese equilibrio se han dado y se van a continuar dando para posicionarnos como región líder.
–¿Cómo ve el impacto que va a tener la empresa la inteligencia artificial? ¿Estamos preparados para competir también en este ámbito en el País Vasco?
–La IA es una herramienta necesaria y que va a ser trivializada e integrada en poco tiempo en todos los procesos de la empresa. Se aplicará en el desarrollo de producto, acelerará la información para la toma de decisiones y simplificará lo complejo para ser más eficiente.
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Deuda americana
–¿Cómo observa la guerra comercial impulsada por el presidente de EE UU, Donald Trump?
–El problema principal de Estados Unidos es una deuda de 36 billones de dólares, cuyo 25% tiene que colocar antes de final de año. Para que veamos un poco los niveles de esa deuda estamos hablando de que la deuda per cápita de un americano son unos 90.000 dólares y la de un español unos 33.000 euros, tres veces menos. Con lo cual la herramienta de los aranceles es una herramienta pura y exclusivamente de negociación. Se requiere de un dólar más débil que permita colocar la deuda más fácil. Las negociaciones que están abiertas se establecen para que se les compre deuda americana porque si no, Estados Unidos tiene un problema muy importante. Los aranceles son la palanca de negociación y se mantendrán o desaparecerán dependiendo del éxito de las negociaciones.
«EE UU tiene una deuda enorme y los aranceles son la palanca para una negociación de la que dependerá que continúen»
–Más allá del ámbito de la innovación, como director general de Irizar Group supongo que le preocupará la descarbonización, un tema de candente actualidad ¿En la transición energética está primando la ideología antes que la tecnología?
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–Lo que es necesario es la descarbonización a nivel global. La economía tiene que descarbonizarse y hay que descarbonizar la generación de electricidad. Si descarbonizamos las fuentes energéticas de generación de electricidad estamos descarbonizando, pero si no descarbonizamos la generación, ni aunque haya un montón de coches eléctricos no estaremos al nivel de la descarbonización que se podría conseguir.
–(...)
–Las emisiones globales alcanzan los 37.800 millones de toneladas de CO2 al año. (Para hacernos una idea, la concentración de CO2 en la atmósfera alcanzó un récord de 422,5 ppm en 2024, un 50 % más que en la era preindustrial). Y el objetivo ha de ser reducirlas. No debe ser única y exclusivamente desde la electrificación; se puede hacer con multitud de diferentes tecnologías. Es por ello que el futuro de la descarbonización y la transición energética pasan por la adopción de diferentes tecnologías.
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