Los camioneros de Hiru desconvocan la huelga y alivian la falta de suministros en empresas

Carpetazo final a una de las huelgas de transporte más largas en la historia de Euskadi. Tras 16 días de paro, Hiru, el sindicato vasco de transportistas autónomos que reúne a cerca de 700 chóferes de camión de los cuales medio millar son guipuzcanos, ha decidido este miércoles en una asamblea extraordinaria (50 a favor de volver a la actividad, 31 seguir con el paro y 8 abstenciones) dar por finalizada una huelga que ha puesto en jaque al tejido empresarial de Euskadi y Gipuzkoa, y que ha asfixiado a diferentes sectores como la pesca, el agro o la propia industria a la hora de hacerles llegar la materia prima o distribuir el producto final.

También la Asociación de Transportistas de Navarra (Tradisna) ha celebrado una asamblea, en la que se ha aprobado dejar sin efecto el paro. Un total de 212 asociados han acudido a las instalaciones de la asociación en Imárcoain para votar.

La razón principal por la que se desconvoca la huelga, aseguran fuentes de Hiru, se debe a que «la mayoría de nuestros afiliados han conseguido mejoras en los precios y en las facturas con sus clientes». Las conversaciones con las administraciones vascas también han llegado a buen puerto y se ha abierto «una nueva vía» para negociar una mejora en las condiciones, aunque advierten de que «si no funcionan, volveremos a la huelga».

Lunes, 14 de marzo. Fue la fecha en la que Hiru decidió apoyar la huelga convocada por la Plataforma estatal de Defensa del Transporte tras una asamblea extraordinaria celebrada en Alsasua. Durante dicho cónclave se abordó la situación insostenible del transporte de mercancías por carretera y la necesidad de «revisar las tarifas del transporte según el incremento del precio del gasoil», disparado por la guerra de Ucrania. Desde Hiru, apreciaban que las reivindicaciones de la Plataforma estatal de Defensa del Transporte eran muy similares a las que ellos llevan defendiendo desde hace años y que se resumen en reclamar que nadie trabaje por debajo de los costes, la revisión de las tarifas según los incrementos de gastos, y el control de las cooperativas falsas, las empresas buzón, subcontrataciones y demás prácticas irregulares que abaraten el transporte. Durante esos primeros días de huelga, el seguimiento fue de un 75%.

Mientras tanto, la patronal guipuzcoana Guitrans, con 2.000 camiones y 500 empresas, también señaló que el alza de precios provocado por la guerra de Ucrania les abocaba a parar su actividad para «no perder dinero en cada kilómetro», aunque en su caso, han optado por no apoyar la huelga durante estos 17 días y han continuado con su actividad.

Con el paso de los días, la tensión fue aumentando en los principales centros logísticos de Euskadi y Gipuzkoa ante posibles piquetes y represalias a aquellos conductores de camión que había decidido no bajarse de su vehículo. El Gobierno Vasco, de la mano de su departamento de Seguridad, trató esos días de minimizar los efectos de la huelga de transportistas escoltando a decenas de camiones para que pudiesen llegar a los centros logísticos, mercados centrales y otros puntos de reparto de mercancía de la comunidad con el objetivo de proteger a los transportistas y garantizar los suministros.

Transcurrida ya una semana de huelga, el paro de los transportistas comenzaba a poner a prueba la resistencia de la alimentación –se comenzaba a notar la falta de varios productos en diferentes supermercados de Gipuzkoa– y ya provocaba paros parciales en fábricas como Arcelor Mittal Olaberria, CAF, Michelin Lasarte o Papresa.

Lunes, 21 de marzo. Un inicio convulso de una nueva semana de huelga a la que su sumaba Fenadismer, la segunda asociación en importancia que integra a más de 32.000 empresas de transporte y 50.000 vehículos. La Plataforma estatal para la Defensa del Transporte e Hiru rechazaban el viernes 25 el acuerdo de 500 millones alcanzado de madrugada entre el Gobierno y el Comité Nacional del Transporte por Carretera (CTNC).

Guitrans, por su parte, seguía apelando a la «negociación», aunque reconocía que cada vez era «más difícil defender esa postura». Solo tres días más tarde, Adegi alertaba de que otra semana de huelga afectaría a la mitad del empleo en Gipuzkoa y que nueve de cada diez empresas ya sufría problemas por el paro del transporte. Mientras tanto, Hiru reclamaba a la adminstración vasca medidas complementarias más allá del precio del gasoil.

Este pasado lunes 28, arrancaba la tercera semana de huelga con la decisión la víspera del sindicato vasco de transportistas autónomos en asamblea por amplia mayoría (78% de los que acudieron) de continuar con el paro. Ayer, miércoles 30 de mayo, Hiru daba carpetazo a una huelga que ha durado 17 días y que ha tensionado el tejido económico de Euskadi.

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