La Hacienda de Gipuzkoa recibe peticiones para aplazar el pago de impuestos por 268 millones

Paradójicamente, en 2018 el fisco recibió 30.000 solicitudes de aplazamiento, 10.000 más que en 2012. Como casi todo en la última década, el boom de los aplazamientos tuvo un claro responsable: la crisis económica que estalló en septiembre de 2008. Si ese ejercicio apenas se presentaron en la ventanilla de Hacienda 5.076 solicitudes, un año después, superaban las 11.000. Desde entonces, la curva no ha hecho más que ascender hasta las 30.000 actuales. Pero a pesar de ese incremento, el importe solicitado ha menguado. En los últimos seis años, de hecho, se ha pasado de los 336 millones hasta los 268, lo que supone 68 menos.

Si dividimos los 268 millones de euros entre las 30.000 solicitudes presentadas en 2018, deja una media de 8.937 euros por cada operación. Una cifra que también se ha visto reducida de forma considerable, ya que en 2012 la media fue de 16.000 euros -hubo menos solicitudes pero el importe fue mucho más elevado, el más alto de la serie analizada-.

El fisco tiene pendiente de ingresar por aplazamientos cerca de 109 millones de euros, la cifra más baja desde 2010 y lejos de los 160 que se registraron en 2011, lo cual viene a significar que las empresas piden más aplazamientos pero también cumplen con sus obligaciones y pagan sus deudas.

En cualquier caso, no hace falta un análisis demasiado exhaustivo para advertir que la cantidad económica en impuestos aplazados afecta directamente a la recaudación del territorio, aunque Hacienda lo entiende como una inversión a medio-largo plazo. Vienen a decir que si no se concede ese aplazamiento puede que la empresa tenga que cerrar al final, con lo cual se pierde actividad y empleo. Es decir, recaudación a futuro.

Los problemas de tesorería en las empresas son como esa cojera que uno nunca acaba de erradicar, como si fuera un resfriado que no termina de irse. Si al comienzo de la crisis, allá por 2008, fueron las empresas grandes del territorio las que optaron por aplazar sus deudas tributarias -el interés del dinero estaba entonces en el 5%- ante sus problemas de liquidez, la Hacienda de Gipuzkoa observó que tres años más tarde el testigo lo cogieron las pymes, siendo las pequeñas y medianas empresas las que más solicitudes de aplazamientos presentaron ante el fisco foral. Si aceleramos hasta los tiempos actuales, en cambio, no se puede concretar un perfil claro de las solicitudes -que piden tanto las personas físicas como las jurídicas-, puesto que más del 95% de los requerimientos de aplazamiento son de tramitación rápida.

Hacienda aclara que existen dos tipos de aplazamientos: la tramitación rápida y el resto de solicitudes. En cuanto al primer tipo, alcanzan hasta los 150.000 euros, y el plazo para devolver es de dos años, se realiza en cuotas mensuales y hay que ingresar el 20% de la deuda al hacer la solicitud. En cuanto al resto de demandas, el fisco explica que estudia cada caso y decide si acepta o no el aplazamiento según el análisis individual y de las garantías presentadas.

Desde el departamento foral agregan que los aplazamientos se pueden pedir en casi cualquier impuesto y el procedimiento se inicia, en la mayoría de los casos, mediante solicitud telemática. El pago de los aplazamientos está sujeto a día de hoy a un interés del 3,75%. En cualquier caso, «no deja de ser un mecanismo de último recurso, habida cuenta de que actualmente el coste de financiación es muy inferior a la cifra mencionada», concluyen las mismas fuentes.