El Gobierno Vasco y Mondragon se asocian para desarrollar parques solares de cooperativas ciudadanas
Suman fuerzas para crear Ekiola, desde la que promoverán instalaciones propiedad de los consumidores
¿Te imaginas ser dueño de tu propio parque solar? ¿Y que esa inversión, realizada desde una cooperativa de consumidores, te proporcione la energía ... que necesitan tu casa durante muchísimos años? Pues ese es el objetivo de una iniciativa pionera denominada Ekiola que hoy han presentado la consejería de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente del Gobierno Vasco y el Grupo Mondragon.
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Los 'padres' de la criatura son el Ente Vasco de la Energía (EVE) y la ingeniería Krean, que colaboran desde hace largo tiempo en otros proyectos de energías renovables en Euskadi. El nuevo organismo, prueba inequívoca de la colaboración público-privada, busca promover la participación ciudadana en la generación y gestión de energías 'verdes' a través de esos parques solares, que se instalarán no en las azoteas de las casa sino en zonas más amplias de municipios y comarcas.
El caserío Zabalaga de Chillida Leku ha sido elluegar elegido para la puesta de largo de esta sociedad, en un acto en el que participaron la consejera Arantxa Tapia y el máximo responsable de Mondragon, Iñigo Ucín, quienes estuvieron acompañados de Iñigo Ansola, el director general del EVE, y su homólogo en Krean, Jon Berbel. Al acto acudieron también Nagore Alkorta, la alcaldesa de Azpeitia (localidad que acogerá el primer parque de Ekiola), el diputado de Medio Ambiente y Obras Hidráulicas de Gipuzkoa, José Ignacio Asensio, y el diputado de Medio Ambiente y Urbanismo de Araba, Josean Galera. Estos dos territorios históricos firmarán en breve sendos acuerdos de cooperación con Ekiola.
La iniciativa, subrayaron sus promotores, está pensada para cooperativas de entre 300 y 500 familias y «nace para impulsar y hacer efectiva en la Comunidad Autónoma de Euskadi la Estrategia Europea de cambio energético, que se cimienta en el empoderamiento de la ciudadanía en la generación y gestión de energías renovables para su consumo, a través de las nuevas figuras de consumidor activo y comunidad energética».
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«La creación de comunidades energéticas de formato cooperativo, que actúen y ejerzan un papel dentro del sistema eléctrico y que vayan acompañadas de sus administraciones locales y cercanas, permitirá dar cauce a distintos proyectos de instalaciones de generación de energía eléctrica fotovoltaica«, añadieron.
Se pretende -continuaron- constituir en Euskadi «un modelo de integración masivo, que cambie la visión de la energía de cada municipio en que se implante, que integre a su comunidad en una realidad de autogestión cooperativa y responda a las necesidades energéticas de todas las personas que se adhieran al proyecto«.
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Tapia calificó la iniciativa como «un proyecto de nueva gobernanza energética, alineada con las políticas energéticas de Europa y la Estrategia Energética de Euskadi 2030, que apunta a la necesidad de favorecer el autoabastecimiento«. Ucín, por su parte, señaló que »la configuración de cooperativas en este sector es una fórmula que responde a la idiosincrasia de Euskadi y permite la conformación de proyectos de mayor dimensión, que involucren a volúmenes relevantes de personas«.
Potencia a largo plazo
Esta fórmula -aseguraron fuentes del departamento de Tapia- hará posible la existencia de infraestructuras de entre 1 MW a 5 MW de potencia, que generarán energía de cercanía con el objetivo de que «las personas o familias que formen parte de la cooperativa se aprovechen de las economías asociadas a las instalaciones fotovoltaicas, identifiquen como propias dichas instalaciones, y generen en las mismas un volumen de energía equivalente a todo su consumo eléctrico».
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Los consumidores que quieran apostar por el sistema comprarán una parte de cada cooperativa que vaya surgiendo el amparo de Ekiola, con un coste equivalente al consumo energético de su vivienda. Cada cooperativa construirá y operará instalaciones con un coste de generación estable y por un plazo de operación de 25 años o más.
Los resultados de la empresa revertirán a los cooperativistas en sus facturas eléctricas, de manera que cada cual verá anualmente el resultado de la generación de su instalación, tanto en términos económicos como eléctricos, y podrá evaluar el impacto de las mismas en términos ambientales, de sostenibilidad, de generación de riqueza para su entorno y de impacto en la propia economía de su consumo.
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