Un operario de una empresa industrial vasca valida una unidad de tracción para un vehículo. Morquecho

Euskadi pierde ritmo de crecimiento frente al PIB español por el impacto de la guerra comercial

Aunque el País Vasco parte de una base más sólida, se deja casi medio punto de media cada trimestre desde 2024 respecto al Estado y cede terreno frente a Madrid y Cataluña

Lunes, 11 de agosto 2025, 02:00

Desde que la economía mundial comenzó a sacudirse el polvo de la pandemia, el motor vasco ha recuperado velocidad, sí, pero a un ritmo más ... pausado que el del resto de las grandes regiones españolas. El motivo principal está en su estructura productiva: Euskadi es una economía industrial, muy abierta al exterior y con una fuerte dependencia de las exportaciones, que aportan cerca del 38% del PIB frente al 26% de media en España. Esta fortaleza —clave en el modelo de bienestar y empleo vasco— se convierte en vulnerabilidad –en ningún caso debilidad– cuando el comercio internacional se resiente. «En regiones con economías sustentadas principalmente en los servicios, es probable que el impacto inicial sea más limitado que en zonas como esta, donde la industria exportadora tiene mayor peso», sintetizan varios analistas.

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La diferencia se aprecia con claridad si se analizan las tasas de crecimiento interanual que la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) ha venido estimando para las comunidades desde el segundo trimestre de 2021, tras la recuperación de la pandemia. Aunque éstas no reflejan la evolución anual acumulada del PIB, la suma de las variaciones trimestrales ofrece una referencia útil: en ese registro, Euskadi aparece en último lugar entre las grandes economías regionales, con 66,1 puntos acumulados frente a los 81,2 de Cataluña, los 82,1 de Madrid, los 66,5 de Navarra o los 73,9 del conjunto de España.

El contraste se acentúa si se observan trimestres concretos: en el primer trimestre de 2024, Madrid creció un 2,8% interanual y Cataluña un 3,1%, frente al 1,6% de Euskadi. En el segundo trimestre de 2025, mientras Madrid y Cataluña avanzaban en torno al 2,8%, el País Vasco se quedaba en el 2,5%. En el caso de España, la medio trimestral interanual de crecimiento desde 2024 hasta el segundo trimestre de este ejercicio se sitúa en el entorno del 3%, mientras que la media vasca se queda en el 2,65%. Son diferencias modestas en cada periodo, pero persistentes en el tiempo, lo que explica la brecha acumulada en los últimos cursos.

Sin embargo, esa menor velocidad no implica que Euskadi parta de una posición débil; al contrario. Dispone de un tejido industrial sólido, una productividad elevada, salarios por encima de la media estatal y un posicionamiento internacional en sectores de alto valor añadido. «Fabricamos bienes de alto valor añadido que no se sustituyen tan fácilmente... no se encuentran en cualquier supermercado», apuntan los expertos. Esa sofisticación puede actuar como un blindaje parcial frente a ciclos adversos, siempre que se mantenga «la apuesta por la innovación, la diversificación de mercados y la apertura a sectores emergentes».

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Tejido sólido

Ese rasgo diferencial explica por qué, en un contexto de guerra comercial y proteccionismo creciente, Euskadi ha avanzado con menos brío que otras comunidades. Los aranceles de Trump y las tensiones geopolíticas no solo encarecen las operaciones exteriores, sino que «rompen las autopistas comerciales tradicionales» y generan incertidumbre, un factor que frena la inversión y dificulta la expansión empresarial. Además, la contracción del 5% en las exportaciones vascas en 2024 —tras el récord del año anterior— ha pesado de forma directa sobre el PIB.

La cuestión, coinciden los análisis, es no caer en la tentación de abandonar la industria para seguir caminos más cómodos a corto plazo. La experiencia demuestra que el bienestar vasco se ha sustentado en una visión de largo plazo y en la capacidad de competir en un mercado global. «Somos un territorio pequeño, pero reconocido en todo el mundo por nuestra industria. No podemos encerrarnos por miedo al cambio», resumen voces empresariales.

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De hecho, Euskadi cuenta con muchas empresas con trayectoria internacional consolidada, implantadas en mercados diversos y con capacidad de maniobra para adaptarse a las turbulencias. Las contramedidas europeas, nuevos acuerdos comerciales y la reorientación de exportaciones hacia Asia o Latinoamérica forman parte de ese margen de actuación. «No podemos abandonar las claves del futuro: innovación, digitalización, sostenibilidad y economía circular». En los últimos trimestres, el PIB vasco ha crecido a ritmos cercanos al 3%, similar al del conjunto del Estado. Aún no basta para cerrar la brecha acumulada, pero sugiere que Euskadi está comenzando a acompasar su ritmo.

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